domingo, 18 de febrero de 2007

Frederick Grine

Un Cráneo Corrobora la Teoría del Origen Africano de Hombre Moderno

16 de Febrero de 2007.


La correcta datación de los fósiles es decisiva para comprender el curso de la evolución humana. Una calavera humana descubierta unos 50 años atrás cerca de la ciudad de Hofmeyr, en la provincia sudafricana de Eastern Cape, parece ser uno de esos fósiles fundamentales.Un estudio llevado a cabo por un equipo internacional de científicos ha determinado que dicho cráneo tiene una edad de 36.000 años. Este fósil constituye una corroboración crítica de evidencias genéticas indicando que los humanos modernos tuvieron su origen en el África subsahariana y emigraron alrededor de la época de la que data el cráneo, fuera de África, para colonizar Eurasia.La investigación ha sido dirigida por Frederick Grine de los departamentos de Antropología y Ciencias Anatómicas de la Universidad de Stony Brook en Nueva York."El cráneo de Hofmeyr nos brinda las primeras claves para conocer la morfología de esa población del África subsahariana, y constituye nuestro ancestro común más reciente, vengamos de donde vengamos", explica Grine.Aunque la calavera fue descubierta hace más de medio siglo, sólo se le dio importancia recientemente. Un nuevo enfoque en su datación, a cargo de Richard Bailey y sus colegas de la Universidad de Oxford, todos miembros del equipo de Grine, les permitió calcular mejor la edad del fósil y ubicarlo unos 36.000 años atrás, gracias a la medición de la cantidad de radiación absorbida por los granos de arena que llenaban la cavidad cerebral del cráneo. Este hallazgo viene a llenar un vacío significativo en el registro de fósiles humanos del África subsahariana en el periodo que va entre 15.000 y 70.000 años atrás.El campo de la paleontología es conocido por sus fuertes debates, y uno de los más controvertidos durante años está relacionado con el origen evolutivo de los humanos modernos. Varios estudios genéticos (particularmente aquellos sobre el ADN mitocondrial) de seres humanos vivos, indican que los humanos modernos evolucionaron en el África subsahariana, y partieron de allí hace entre 65.000 y 25.000 años para colonizar Eurasia.Sin embargo, otros estudios (generalmente sobre el ADN nuclear) se manifiestan en contra de este origen africano y su modelo de éxodo. Según los defensores de esta postura, grupos arcaicos no africanos, tales como los neandertales, hicieron contribuciones significativas al genoma de los humanos modernos en Eurasia. Hasta el momento, la carencia de fósiles humanos con la antigüedad apropiada procedentes del África subsahariana, ha ocasionado que estos modelos genéticos opuestos sobre la evolución humana no pudieran probarse con evidencias paleontológicas.El cráneo de Hofmeyr ha cambiado la situación. La sorprendente similitud entre una calavera fósil de la punta más sureña de África y cráneos antiguos similares de Europa, concuerda con la teoría genética del origen africano, que predice que los humanos que habitaron Eurasia durante el Paleolítico superior, podrían hallarse en el África subsahariana hace unos 36.000 años. Este cráneo sudafricano brinda la primera evidencia fósil que corrobora esta predicción.

Marvin Harris

MARVIN HARRIS (1927 – 2001): MURIÓ EL PADRE DEL MATERIALISMO CULTURAL



El pasado 26 de octubre (del 2001) murió a la edad de 74 años, el antropólogo estadounidense Marvin Harris, padre del materialismo cultural. Ha sido muy escasa la difusión que esta noticia ha tenido en los distintos medios de información general de Iberoamérica, a pesar de que -por el lado del público general- su obra se encuentra entre las de los antropólogos más leidos y –por el lado académico- buena parte de sus manuales y libros fueron y aún son utilizados en muchos programas universitarios.
La vida de Marvin Harris estuvo principalmente ligada a la Universidad de Columbia, donde empezó su formación en las ciencias sociales, licenciándose en letras en 1949 y obteniendo su doctorado en 1953. Después de terminar sus estudios en esta universidad paso a ser profesor de la misma durante 30 años (1951 a 1981), hasta 1981 cuando abandonó Columbia para trabajar en a la Universidad de Florida, donde paso sus últimos años.
El materialismo cultural desarrollado por Harris, tiene sus raíces en muchos científicos sociales. Su teoría se sustenta sobre el materialismo histórico de Karl Marx, la evolución cultural de White, la ecología humana de Steward, el comportamiento psicológico de Skinner y los conceptos etic y emic enunciados inicialmente por Pike.
La obra de Marvin Harris es el último episodio de la contribución de Lewis H. Morgan a la teoría antropológica, es decir, el enfoque «materialista» de la sociedad. Harris mantiene las mismas posiciones generales que Morgan o White dentro de los parámetros de la antropología de finales del siglo XX. Los más importantes de estos perfeccionamientos son sus visiones sobre las distinciones entre estudios de carácter emic y etic (derivaciones de los términos "fonémico" y "fonético") en la investigación antropológica.
Los perfeccionamientos en la obra de Harris tienen un carácter metodológico y analítico y representan avances en el pensamiento materialista antropológico. Este progreso es lo que se considera, en los estudios folclóricos, como modernización, y no en tanto que avance teórico. Esta distinción metodológica es la que distingue el materialismo cultural de otros enfoques teóricos. Según Harris, la perspectiva emic caracteriza a las estrategias de la antropología que se basan en la visión propia de una cultura, y se supone que representa una estrategia hermenéutica para el análisis cultural. Esto se diferencia de la perspectiva etic, que representa un enfoque exterior, desarrollado por el investigador para generar una teoría científica.
Otro aspecto de la obra de Harris es su carácter generalmente no evolutivo, a diferencia de otros materialistas que se han interesado por el avance de la cultura. Está más interesado en descifrar el desarrollo de rasgos culturales específicos dentro de una sociedad a través del uso de un enfoque etic y la aplicación del materialismo cultural.
Marvin Harris insistió en que la principal tarea de la antropología es dar explicaciones causales acerca de las diferencias y similitudes de los pensamientos y comportamientos de los grupos humanos. El propio trabajo de campo de Harris en Brasil y en el África de habla portuguesa se desarrolló a partir de esa idea. Entre sus publicaciones se encuentran: “Town and Country in Brazil” (1956) “Minorities in the New World” (1958) en colaboración con Charles Wagley, “Patterns of Race in the Americas” (1964). “The Nature of Cultural Things” (1964), “Culture, Man and Nature” (1971), The Rise of Anthropological Theory (1968) impresionante historia de la antropología, explicada desde el punto de vista del materialismo cultura, “Cows, Pigs, Wars and Witches” (1974), “America Now: Why Nothing Works” (1981) o "Good to eat" (1998).
El mejor resumen de la obra de Harris está posiblemente en su libro “Cultural Materialism: the Struggle for a Science of Culture” (1979), en donde expone un interesante planteamiento de la antropología moderna.
Aunque Marvin Harris tuvo detractores a sus planteamientos, sus estudios fueron amplios aportes a la teoría antropológica contemporánea. Criticado por muchos, admirados por otros, Marvin Harris aportó elementos de análisis en el complejo campo de la antropología teórica.

Referencias
Antropología. Lecturas. Paul Bohannan y Mark Glazer. Ed McGraw Hill, Madrid 1993

Mario Toboso

Neurología de la conciencia pura
Por Mario Toboso

En esta nota trataremos sobre la descripción neurofisiológica del estado de conciencia pura. Para ello partiremos del estudio de la actividad cerebral que configura tanto la conciencia del tiempo como el carácter intencional de la conciencia cognoscitiva, expresado en la prevalencia de la dualidad sujeto-objetiva. La disolución de esta dualidad tiene que ver con la supresión de la temporalidad del sujeto y su transición hacia la Presencia que caracteriza la conciencia pura. Desde el punto de vista de la neurología, ¿es posible dar explicación a una conciencia tal, en la que parecen fundirse el pasado, el presente y el futuro de la persona?

1. La actividad cerebral y la conciencia del tiempo La representación del tiempo se considera una función del hemisferio cerebral dominante, generalmente el izquierdo, responsable de la distribución secuencial de los acontecimientos, de abstraer las características relevantes de lo percibido y más analítico que el hemisferio derecho, encargado de la representación del espacio y de las tareas holísticas en las que aspectos variados de la percepción son reunidos en una sola unidad. La descripción habitual considera que el cerebro es el responsable de estructurar el tiempo del ser humano, capaz de memoración y anticipación proyectiva, cuya vida psíquica es fluyente, siendo este flujo el de los actos de la persona. La instalación del sujeto en el tiempo implica la participación de los lóbulos frontales, que intervienen en la proyección de la vida hacia el futuro, y de los sistemas de memoria a corto y a largo plazo (Laín Entralgo, 1995: 303).

2. De la conciencia sujeto-objetiva a la conciencia pura sin objeto Recordemos que el sujeto que analiza el mundo exterior, lo reduce a partes y lo descompone de acuerdo con las categorías de su conciencia cognoscitiva (chitta) muy poco tiene que ver con el Testigo de la conciencia pura (Chit) ligada a la Presencia. A propósito de esta cuestión, la Presencia del Testigo puede definirse como “la ausencia” del sujeto. En la transición de la conciencia cognoscitiva a la conciencia pura sin objeto es abolida la naturaleza intencional propia de aquélla (que deja así de estar dirigida hacia los objetos), lo que se relaciona con la disolución de la dualidad sujeto-objetiva esencial a dicha naturaleza.

3. La construcción del “objeto” por parte de la corteza prefrontal Desde un punto de vista neurofisiológico, las áreas corticales relativas a esa naturaleza intencional se localizan en la corteza prefrontal. Ésta participa en una comunicación a tres bandas con otras partes del cerebro. Por un lado, mediante fibras proyectivas hacia estructuras subcorticales (giro cingulado, tálamo, hipotálamo, hipocampo, amígdala, etc.) implicadas en la orientación y las emociones. En segundo lugar, por medio de fibras asociativas hacia diferentes áreas corticales relacionadas con los sentidos, el movimiento, el lenguaje y otras funciones cognitivas; a este respecto, resulta particularmente significativo que sólo la corteza prefrontal recibe aferencias de todos los modos sensoriales (incluido el olfato), así como de las áreas de asociación multimodal. Existe también una interconexión abundante entre la corteza prefrontal y las áreas asociativas del lóbulo parietal inferior, implicadas en la formación de conceptos. Todo ello parece indicar que la corteza prefrontal es la región cerebral donde los aspectos abstractos de la percepción sensorial se enlazan en una vivencia unitaria. Finalmente, a través de fibras del cuerpo calloso se comunican las áreas prefrontales de ambos hemisferios cerebrales. La existencia de este sistema complejo de fibras y conexiones sugiere que la función global de la corteza prefrontal podría ser la integración de sus funciones propias con las de otras áreas corticales y subcorticales de cara a la representación del “objeto”, en un sentido general.

4. La actividad prefrontal y su carácter intencional Profundizando en el carácter intencional de la actividad prefrontal, se relacionan con el mismo estos tres aspectos: 1) La anticipación y la selección del objeto en general, la concentración y las operaciones cognitivas realizadas sobre el mismo, así como las acciones motoras que hacia él se dirigen. 2) La inhibición de los detalles irrelevantes (sensoriales, emocionales, etc.) relativos al objeto, y de aquellos que obstaculicen su representación. 3) El establecimiento de un punto de vista cognoscitivo relacionado con la dualidad sujeto-objetiva. En los puntos 1) y 2) el énfasis se sitúa en el reconocimiento de patrones de significado estables y redundantes asociados a los objetos. Su redundancia es debida a las diferentes áreas asociativas funcionando conjuntamente bajo la dirección de la corteza prefrontal, y se impone no sólo sobre objetos ya retenidos en la memoria, sino también sobre la producción de nuevas representaciones. En lo tocante al punto 3), la dualidad básica entre sujeto y objeto puede llegar a anularse bajo dos condiciones. Por un lado, si la actividad prefrontal cae por debajo de un umbral mínimo, como sucede en el estado de dormir profundo (sushupti), en el que el registro electroencefalográfico (EEG) dominante de ondas delta de baja frecuencia se asocia a una disminución global del flujo sanguíneo en el cerebro, y especialmente en la corteza prefrontal. Esta disminución global caracteriza también el estado de dormir con sueños (svapna), si bien aquí hay una reactivación del área prefrontal ventromedial, ligada al sistema límbico y a las emociones, aunque como en el estado anterior persiste la desactivación del área prefrontal dorsolateral, responsable de las funciones ejecutivas, la memoria de trabajo, la planificación y el proceso de decisión. La baja actividad del área prefrontal dorsolateral en estos dos estados de conciencia (sushupti y svapna) provoca la distorsión del sentido del “yo” (ahamkâra) que afecta al punto de vista cognoscitivo mencionado en el punto 3). Por otro lado, también se llega a la anulación de la dualidad sujeto-objetiva si la actividad prefrontal se eleva por encima del umbral propio del estado de vigilia (jagrat). Este caso se asocia a las experiencias de transición del ámbito de la conciencia cognoscitiva (chitta) al de la conciencia pura (Chit), en las que la temporalidad del sujeto es absorbida en la Presencia.

5. Neuroteología y psicología transpersonal Mediante modernos sistemas de análisis de imágenes se pueden identificar las áreas cerebrales que incrementan o disminuyen su actividad en tales experiencias. En los casos estudiados, el proceso que conduce a las mismas implica el ejercicio de la meditación profunda, basada en el uso de imágenes mentales o de oraciones. De los estudios tomográficos realizados se desprende que la conciencia pura desvelada a través de la meditación refleja un patrón característico de actividad en las áreas parietal y prefrontal dorsolateral. Las consideraciones que a continuación esbozamos pueden ampliarse teniendo en cuenta los resultados de las diversas investigaciones llevadas a cabo dentro del terreno de la denominada neuroteología (Austin, 1998). Si bien se trata de una disciplina neurológica recientemente popularizada, el análisis de la conciencia pura es desde hace muchos años un tema fundamental de la psicología transpersonal. No obstante, las experiencias que lo acompañan han sido sistemáticamente patologizadas, como estados “alterados” de conciencia, por las dos ramas dominantes de la vieja ortodoxia psicológica, la psicología experimental de laboratorio (conductismo) y la psicología clínica (psicoanálisis), incapaces de ver en ellas más que el punto de encuentro de supuestos desarreglos psicológicos.

6. La actividad cerebral reflejo de la conciencia pura Tanto en el caso de monjes budistas tibetanos (centrando la meditación profunda en imágenes) como en el de religiosos franciscanos (meditando sobre oraciones) las imágenes cerebrales obtenidas por medio de la tomografía computerizada por emisión de un solo fotón (SPECT) revelan una actividad inusual de la región prefrontal dorsolateral y un decaimiento de la actividad del área de orientación del lóbulo parietal, que procesa la información sobre el espacio y la ubicación de cuerpo en el mismo: determina dónde termina el propio cuerpo y comienza el espacio exterior. Concretamente, el área izquierda de orientación genera la sensación de un cuerpo físicamente delimitado, en tanto que la derecha crea la representación del espacio externo a dicho cuerpo. La actividad del área de orientación requiere el ingreso de datos sensoriales. Si (como ocurre en la meditación profunda) no se da la entrada de tales datos al área izquierda, se limita la capacidad del cerebro para establecer la distinción entre el cuerpo y el espacio exterior. En el caso del área derecha, la ausencia de datos sensoriales provoca una sensación de espacio “oceánico” infinito.

7. Ausencia de tiempo Además de la pérdida del sentido corporal y del sentido del espacio, un relato común a los experimentos de meditación mencionados es la experiencia de la ausencia del tiempo: la supresión de la temporalidad, al absorberse indiferenciadas en la Presencia las categorías pasado y futuro. Esta supresión de la temporalidad sería el origen de la sensación de unidad, identidad y paz inefable (Ananda) descrita también en esas experiencias; como si la herida de tiempo de la conciencia cognoscitiva, fracturada siempre entre el pasado y el futuro, fuese restañada como Presencia en la conciencia pura.

Referencias

Austin, James H., 1998, Zen and the brain: Towards an understanding of meditation and consciousness, MIT Press, Cambridge (Mass.).

Laín Entralgo, Pedro, 1995, Cuerpo y alma, Espasa Calpe, Madrid.

Yaiza Martinez

Un escáner cerebral pone al descubierto las intenciones humanas

La posibilidad de conocer lo que el cerebro esconde abre un debate ético sobre sus consecuencias
Un equipo de neurocientíficos ha conseguido por vez primera conocer las intenciones de un equipo de voluntarios ante dos posibles tareas, sólo gracias a imágenes de resonancia magnética de sus cerebros. Los patrones de actividad cerebral fueron decodificados gracias a un software y traducidos a pensamientos significativos, con un 70% de aciertos. Las implicaciones de este logro científico abren diversos tipos de posibilidades de aplicación: detección de intenciones criminales o posibilidad de controlar ordenadores y máquinas con la mente, entre otras. Sin embargo, el debate es inevitable: ¿tenemos derecho a conocer por esta vía los pensamientos de otros?

Por Yaiza Martínez.

Un equipo de neurocientíficos ha desarrollado una potente tecnología que permite observar a un nivel profundo el cerebro humano y conocer las intenciones de las personas antes de que actúen, según un artículo publicado este mes en la revista Current Biology y explicado asimismo en un comunicado del Max Planck Institute, implicado en la investigación. Este equipo ha constatado que, cuando los humanos nos centramos en procesar la información relacionada con algún objetivo concreto, la actividad en la corteza prefrontal del cerebro se incrementa. Lo descubrieron estudiando a sujetos que libremente decidieron cual de dos tareas ejecutar, guardando en “secreto” sus intenciones durante un periodo de tiempo variable. Después de este tiempo, realizaron la tarea elegida, indicando cuál de ellas habían preparado. Los científicos demostraron que durante ese tiempo es posible decodificar, a partir de la actividad de las regiones media y lateral de la corteza prefrontal, cuál de las dos tareas presentadas había sido la elegida. Por tanto, se pueden representar nuestros “objetivos secretos” a través de patrones distribuidos de la actividad de esta área del cerebro y, por tanto, reconocerlos. Diversas zonas del cerebro Durante la ejecución de las tareas, además, se puede decodificar la mayor parte de la información a partir de la región posterior de la corteza prefrontal, lo que sugiere que en la planificación y ejecución de las tareas se involucran zonas distintas de nuestro cerebro. Esta investigación no está exenta de polémica porque permitiría a la ciencia conocer las intenciones no reveladas de las personas, lo que plantea la cuestión de cómo debiera ser utilizada una tecnología capaz de leer nuestros cerebros en el futuro. El experimento fue realizado con un escáner de alta resolución que identifica los patrones de actividad cerebral y luego los traduce a pensamientos significativos, revelando las intenciones de la gente en un futuro inmediato. Esta es la primera vez que se consigue con éxito conocer este tipo de intenciones. Alto porcentaje de aciertos Durante la investigación, los científicos le pidieron a un grupo de voluntarios que decidieran entre añadir o quitar dos números que aparecían en una pantalla. Antes de que estos números aparecieran, se les hizo un escáner cerebral con la técnica de imágenes de resonancia magnética. Posteriormente, los científicos utilizaron un programa informático diseñado para captar diferencias sutiles en la actividad cerebral, para predecir las intenciones ante las posibilidades. Alcanzaron un porcentaje de aciertos del 70%. Los investigadores tratan ahora de averiguar los patrones concretos de actividad que se relacionan con diferentes tipos de pensamientos. Se espera que la tecnología siga así desarrollándose, hasta el punto de que se puedan probar por imágenes cerebrales las intenciones, pensamientos, esperanzas y emociones de las personas. Aparece la neuroética Realizada por John-Dylan Haynes, del Max Planck Institute for Human Cognitive and Brain Sciences, en Alemania, Katsuyuki Sakai, de la universidad de Tokio, y Geraint Rees, del Institute of Cognitive Neuroscience de la University College London, entre otros neurocientíficos eminentes, esta investigación se fundamenta en una serie de estudios recientes en los que las imágenes del cerebro fueron utilizadas para identificar la actividad cerebral relacionada con la acción de mentir, los comportamientos violentos y los prejuicios raciales. El trabajo revela los grandes avances de la neurociencia, que reclaman un debate urgente acerca de las consecuencias éticas del futuro uso de estas tecnologías, advierte The Guardian: si la tecnología de lectura del cerebro se desarrolla más, muy pronto podría adoptarse en los interrogatorios policiales a criminales y terroristas. El escáner cerebral de alta resolución podría servir por tanto para juzgar si un individuo pretende cometer algún crimen, aunque también para probar su inocencia. En la actualidad, ya existen compañías que utilizan escáneres cerebrales para intentar fabricar detectores de mentiras más fiables. La tecnología podría usarse asimismo en un futuro para buscar señales de actividad cerebral relacionada con la pederastia, el racismo, la agresividad u otras tendencias indeseables. Todas estas posibilidades explicarían la emergencia reciente del llamado campo de la neuroética, ciencia que se ocupa de los problemas éticos, sociales y legales asociados al desarrollo de las neurociencias y la aplicación de sus técnicas. Esta ciencia ha ido surgiendo a raíz de los rápidos progresos de la neurología en el descubrimiento de los secretos que alberga el cerebro. Otras aplicaciones Pero, por otro lado, la misma tecnología podría servir potencialmente para la mejora de ordenadores controlados por el cerebro, así como de máquinas que mejorarían la calidad de vida de personas con discapacidades físicas. Si se pueden leer sus pensamientos, estas personas serían capaces de manejar, por ejemplo, Internet o el e-mail sólo con sus mentes, así como escribir en la pantalla gracias a procesadores que “sabrían” lo que pretenden escribir. Asimismo, la posibilidad de leer y descifrar la actividad del cerebro les permitiría controlar sillas de ruedas o extremidades artificiales con sus pensamientos. Neuromarketing Cualquiera de las posibles aplicaciones estarán listas, según estiman los científicos, en un periodo de entre cinco y 10 años. Para entonces, según declaraciones de John-Dylan Haynes para la revista abc.net, podría ser aplicada a fines muy concretos, aparte del análisis criminológico o de su uso por parte de personas discapacitadas. Por ejemplo, podrían conocerse las aptitudes de un individuo en una entrevista de trabajo, así como sus intenciones hacia la compañía, o analizar las preferencias de los consumidores a través de una técnica potencial denominada neuromarketing, que estudia los efectos que la publicidad tiene en el cerebro humano con la intención de poder llegar a predecir la conducta del consumidor. Ya hemos escrito en otro artículo que la resonancia magnética funcional (fMRI) es capaz de detectar las partes de nuestro cerebro que están activas cuando compramos. Temas relacionados Algunos de estos desarrollos tecnológicos han sido comentados en otros artículos de esta revista, entre ellos: Crean un ordenador capaz de detectar la 'intención'. Consiguen un chip que conecta el pensamiento con las extremidades. Científicos alemanes desarrollan el primer ordenador que lee el pensamiento. Una visión más global de esta línea de investigación, sus promesas y consecuencias, puede obtenerse de este artículo de Mariano Sigman, en el que plantea que si supiéramos qué lenguaje hablan las neuronas podríamos jugar con las ideas como jugamos con los brazos.

Sábado 17 Febrero 2007
Yaiza Martínez

Sam Harris

Fe y razón: un debate entre la irracionalidad y el sentido común

La fe religiosa es causa y consecuencia de la irracionalidad con la qué el hombre, durante siglos, ha establecido su relación con el mundo que le rodea. Además de no mejorar sustancialmente la condición moral humana ha sido la el origen de innumerables sufrimientos. Sam Harris (Para Kaos en la Red) Thomas May

Poco tiempo antes del nacimiento de Cristo -en una época violenta y desquiciada- el poeta romano y filósofo epicúreo Lucrecio escribió una obra maestra monumental titulada De Rerum Natura (“De la naturaleza de las cosas”). Uno de sus objetivos era liberar a la humanidad de las supersticiones religiosas que impedían lograr la verdadera paz del alma y la felicidad, según creía el poeta. En el libro que presentamos –The End of Faith: Religión, Terror and the Future of Reason [El final de la fe: religión, terror y el futuro de la razón]— Sam Harris juega el papel de un Lucrecio actual. Estudió filosofía en Standford y actualmente es candidato a obtener un doctorado en neurociencia. Harris es muy consciente de que un libro sobre los daños inherentes de la religión institucionalizada y dogmática pueden despertar muchas controversias; pero escribió su libro con una sensación de urgencia ante lo que considera la mayor amenaza actual. En el libro es una argumentación sobre el carácter dogmático de la fe en contraposición con el misticismo, sobre el papel que juega la razón en el lenguaje civil y su esperanza de que los humanos logren superar su propensión a la violencia religiosa, antes de que sea demasiado tarde.
Amazon.com: Es obvio que hay algo en la arquitectura cognitiva humana que nos lleva a albergar creencias sobre un ser trascendente. ¿Cómo puede explicarlo, teniendo en cuenta su propio trabajo en neurociencia?
Sam Harris: No tengo noticia de ningún resultado de la neurociencia que hable directamente de este tema. Pero hay ciertas características de la mente humana que claramente son relevantes para explicarlo. Nacemos perfectamente equipados para vivir en nuestro mundo circundante. Salimos del útero materno listos para percibir los rostros como rostros, para adquirir el lenguaje y gradualmente comenzar a reconocer que estamos en presencia de otras mentes similares a la nuestra. La preeminencia del animismo entre nuestros ancestros primitivos –y su persistencia en algunas tribus primitivas—demuestra que tendemos a otorgar cualidades humanas a los procesos naturales. Sólo cuando logramos un conocimiento más profundo de los procesos causales que ocurren en el mundo (con la ayuda de la ciencia) estamos en condiciones de comprender, por ejemplo, que las nubes de tormenta no son dioses enojados, y que las enfermedades no son el resultado de una posesión demoníaca. Es difícil decir en qué lugar debemos trazar la línea entre el bagaje genético y la herencia cultural, y por cierto ambos operan en el caso de las creencias religiosas. Pero lo más importante es que es evidente que tenemos una marcada disposición para proyectar nuestra propia subjetividad en el mundo. De hecho, el Dios bíblico es celoso, colérico e insoportablemente neurótico. Y los dioses griegos eran como adolescentes que se quedaban solos en la casa paterna de fin de semana. Sin embargo, del hecho de que tengamos una predisposición para concebir el universo en términos antropomórficos no se sigue que estemos condenados a hacerlo de esa manera.
Amazon.com: ¿Podría explicarnos el mix de biología y cultura dentro de este fenómeno que Ud. describe? Por ejemplo, ¿qué piensa Ud. de los argumentos de Dean Hamer en “The God Gene”? Si existe una fuerza biológica que nos lleva a tener fe, ¿cómo damos cuenta de la enorme diferencia cultural que divide al monoteísmo occidental y el misticismo oriental?
Harris: Probablemente sea inútil intentar explicar los rasgos cognitivos superiores en términos de genes individuales. Pero sea cual fuera la historia en el nivel genético, la biología sólo determina vagamente cada uno de los procesos culturales. Necesitamos comer, pero no necesitamos comer pasta. Tenemos una propensión a sentir celos, pero esta emoción puede manifestarse a la manera de un Cary Grant o de un Mullah Omar. La misma biología y una cultura diferente. Si bien gran parte de nuestro comportamiento como seres humanos deriva de nuestra biología, si se conserva con sus rasgos originales es porque no hemos experimentado una presión suficiente que nos obligue a cambiarla. La cultura no mejora de manera sistemática el diseño de sus productos (tampoco lo hace la biología). Entonces, si bien podemos observar diferencias importantes en las distintas culturas, es posible que esas diferencias sólo sean el reflejo de que las comunidades tienden a usar las herramientas que han encontrado mientras les son útiles, y no necesitamos pensar que esas diferencias reflejan algo más profundo sobre nosotros y nuestra constitución humana. Consideremos las diferencias entre la medicina oriental y occidental. ¿Tienen ambas un valor de uso equivalente? Pues no. ¿La medicina oriental es mejor para los orientales? No. Si bien la medicina oriental puede ser útil para tratar algunas enfermedades -e incluso es posible que en algunos casos sea mejor que la medicina occidental- simplemente no resisten comparación. Ninguna persona sensata que sufra de apendicitis, de un aneurisma o un cáncer de pulmón visitaría al acupunturista antes de ir al hospital. Eso es tan cierto en Nueva York como en Hong Kong.
Sin embargo, en lo que hace a la actividad espiritual, las diferencias son de otro tipo. Si bien el misticismo oriental alberga una buena cantidad de creencias injustificadas, sin embargo, es indudable que éste ha sido el mejor intento de la humanidad en cuanto a ciencia espiritual. Los métodos de introspección del budismo, por ejemplo, no tienen ningún equivalente en occidente. Y una prueba de ello son los intentos desesperados de los occidentales para que sus tradiciones religiosas sean consideradas igualmente sabias. Pero no lo son. Cuando el Lama tibetano habla de “la consciencia no dual” (Tib.rigpa) y el Papa habla sobre Dios o el Espíritu Santo (o sobre cualquier otra cosa), no están hablando sobre lo mismo; tampoco están trabajando con los mismos supuestos. El Lama utiliza una terminología muy precisa (que no tiene un equivalente preciso en inglés) para describir algo que brota de la experiencia de cientos de meditadores que han aprendido refinados métodos de introspección; mientras que el Papa simplemente repite supuestos metafísicos injustificados e injustificables que los cristianos han heredado, en el contexto de una cultura que no ha logrado reemplazar la simple fe por alternativas interesantes. Y esas alternativas existen desde hace milenios al este de Bósforo. Lo que estoy diciendo no implica ignorar a los Meister Eckart , aunque siempre han sido la excepción en occidente. Y es muy importante recordar que justamente por su excepcionalidad siempre fueron perseguidos y considerados herejes.
Amazon.com: Entonces, básicamente Ud. caracteriza a la religión occidental como peligrosa y al misticismo oriental como prometedor. Pero ¿cómo ha llegado a esa conclusión?
Harris: Si arrancamos al misticismo de su dogmatismo religioso, obtendremos una propuesta empírica y altamente racional. Así como la gente no estaca y quema a su vecino luego de sus nuevos descubrimientos físicos o biológicos, nadie está dispuesto a hacerlo por mero misticismo. La Religión, y especialmente la religión occidental, es algo muy distinto. La creencia religiosa es un modo de cortar el diálogo.
La única garantía de una continua colaboración entre los seres humanos es una buena disposición para modificar nuestras ideas (y el comportamiento resultante) por medio del diálogo y a la luz de nuevas evidencias y argumentos. Pues de otro modo y cuando hay mucho en juego, sólo cabe apelar a la fuerza. Si yo creo que puedo alcanzar el paraíso estrellando un avión en un edificio y me conformo con creerlo aunque carezco de pruebas empíricas, entonces nada de lo que diga otra persona logrará persuadirme, porque me he entregado a una fe que me hace inmune al poder del diálogo.
Amazon.com: En otras palabras, Ud. cree que es importante hacer una distinción clara entre “fe” y “espiritualidad”. Sintéticamente, ¿en qué consiste esa distinción?
Harris: La “fe” es una creencia falsa en proposiciones injustificadas (que un libro determinado fue escrito por Dios, que nos reuniremos con nuestros seres queridos luego de la muerte, que el Creador del Universo puede leer nuestros pensamientos, etc.) La “espiritualidad” o el “misticismo” (ambas palabras son bastante espantosas, pero no tenemos mejores vocablos en inglés) hacen referencia a un vasto proceso de introspección por medio del cual una persona está en condiciones de advertir que ese sentimiento que se llama “yo” es una ilusión cognitiva. La verdad central del misticismo es la siguiente: podemos tener una experiencia del mundo sin necesidad de sentirnos como un “yo” separado, en el sentido habitual del término. Sin embargo, no es necesario que este cambio en el carácter de nuestra experiencia sea el resultado de realizar afirmaciones insostenibles acerca de la naturaleza del universo.
Amazon.com: ¿Por qué cree Ud. que los esfuerzos anteriores destinados a eliminar la fe mediante el materialismo clásico han resultado en niveles de violencia similares a los que, según creemos, fueron inspirados por la fe (por ejemplo el comunismo)
Harris: El comunismo no fue un intento de eliminación de la fe. Fue una nueva fe, aunque no una fe en el más allá. El comunismo fue irracional. La manía de Stalin en contra de la “biología capitalista” y su apoyo al lysenkismo (una reformulación de la doctrina lamarckiana sobre las características adquiridas, esto es, la idea de que las jirafas tienen cuellos altos porque sus ancestros trataban de encontrar ramas cada vez más altas) es sólo un ejemplo del dogmatismo propio del comunismo estalinista. Los científicos librepensadores (lo que equivale a decir racionales) que no apoyaron esta ideología fueron enviados al Gulag. Millones murieron de hambre -tanto en la Unión Soviética como en China- porque no lograron poner en práctica las sanas prácticas agrícolas de la genética mendeliana.
Pero la intolerancia producto de la fe a la que se refiere mi libro no es la del Gulag. Es la intolerancia coloquial. Cuando la gente formula hipótesis raras y sin prueba alguna, entonces dejamos de prestarle atención, salvo que se trate de cuestiones de fe. Lo que pretendo decir es que no debemos permitir que la fe siga por este camino. Las creencias falsas deberían ser criticadas ahí donde aparezcan en nuestra conversación; en la física, pero también en cuestiones referidas a la ética y la espiritualidad. En más de una ocasión, el Presidente de los EEUU ha pretendido dialogar directamente con Dios. Ahora bien; si dijera que se comunica con Dios por medio de su secador de cabello, entonces habría una emergencia nacional. No alcanzo a comprender por qué, si le agregamos el secador de cabello, su afirmación puede resultar más ridícula y ofensiva.
Amazon.com: Siguiendo la lógica de su propia argumentación sobre la fe, ¿cómo fue posible, por ejemplo, que la cristiandad alcanzara un estado de relativa “domesticación” en la modernidad antigua, y no fuera ridiculizado y tenido por un absurdo?
Harris: Pues bien, en algunos momentos importantes fue ridiculizada, especialmente en Europa (piense en Voltaire y Hume) y estos períodos dan cuenta de que los europeos modernos no estaban tan dispuestos a vagar por el camino de la irracionalidad bíblica como lo estamos nosotros, los estadounidenses. Más importante aún, la cristiandad ha sufrido un retroceso permanente -y no oficialmente reconocido- como consecuencia del progreso de la ciencia y de la cultura laicas occidentales. Los curas aún seguirían diagnosticando una posesión demoníaca, si no fuera por los avances de la ciencia médica en los últimos 200 años. Han disminuido gradualmente (pero de manera radical) aquellas situaciones en las cuales la oración puede presentarse como una primera respuesta adecuada e incluso sana ante el sufrimiento humano.
Otra característica importante de la cristiandad –que desgraciadamente no comparte el Islam—es que ofrece flancos a su “domesticación”.”“Dad al Cesar lo que es del Cesar…” es un buen argumento para separar a la Iglesia del Estado. El Islam es más complicado en este punto. Para un musulmán que actúa de acuerdo con la doctrina islámica del Corán o del Hadith, es harto más difícil separar la religión de la política.
Amazon.com: Si tenemos en cuenta la reacción de los lectores ante su libro, ¿no teme que pueda convertirse simplemente en una “prédica para conversos? O ¿espera lograr el esperado diálogo, luego de un cambio radical de valores?
Harris: En realidad aspiro a iniciar un diálogo. Y, en todo caso, no estoy seguro de quiénes son los “conversos”. Parece que mi libro ofende por igual a liberales y conservadores. A los conservadores les agrada lo que digo sobre el Islam, pero retroceden ante cualquier ataque a la cristiandad. Y los liberales detestan lo que digo del Islam (porque es políticamente incorrecto), pero aprecian mis argumentos en contra de la intrusión del fundamentalismo cristiano en la política social. Ambos se niegan a aceptar mi argumento central en contra de la fe. Es posible que la dedicatoria de mi libro le aporte una idea clara. Lo escribí sólo “para mi madre”. Al menos ella está de acuerdo conmigo.
Amazon.com: ¿Cuáles son las reacciones menos esperadas con las que se encontró, tanto a favor como en contra?
Harris: Me ha sorprendido mucho advertir que algunos cristianos celebraron mi argumento en contra de la religión moderada. Un ministro baptista considera que mi libro es algo así como un último clavo en el ataúd de la moderación religiosa, y considera que he logrado probar que sólo hay dos opciones válidas: laicismo o fundamentalismo. Pero lo que encuentro más sorprendente es el modo en que refuta mi tesis: simplemente no ofrece ninguna refutación. El ministro se refirió a mi libro en la radio durante 40 minutos, sólo hubo algunas pocas distorsiones y no sometió mi argumento sobre la fe a ningún tipo de objeción. Parecía que cualquier proceso de razonamiento que pusiera en cuestión la fe debería ser tan obviamente inaceptable para su audiencia, que no era necesario ni tan siquiera considerarlo. Su discurso fue algo así como un lanzamiento para mi libro, pues si bien implícitamente lo condenaba en realidad era como observarlo a través de un cristal.
Sin embargo, y para decirlo de un modo general, de continuo me sorprende advertir que incluso los intelectuales laicos creen que la fe es necesaria para la gente. El argumento más común es el siguiente:”Nunca nos libraremos de la religión. Simplemente es demasiado importante para la gente.” Pero, ¿cómo es posible que alguien crea saber que efectivamente esto es así? Seguramente en la primera mitad del siglo XIX había mucha gente que decía cosas tales como “Nunca nos libraremos de la esclavitud. Simplemente es muy necesaria para la economía…”Se trata de una afirmación similar, por supuesto, pero fue producto de la pereza intelectual y moral y simplemente estaba errada.
Amazon.com: La famosa frase de los Hermanos Karamazov de Dostoviesky: “sin Dios, todo está permitido,” está en la boca de los teístas que desean advertir sobre los peligros de una vida sin certeza moral trascendente. ¿Ud. cree que es seguro decir que “con Dios todo está permitido (por ejemplo, el asesinato, el genocidio, etc)?
Harris: Si, pero yo ampliaría el alcance de esta afirmación: Con falsas certezas todo es posible. Eso incluye también a los Hitler y Stalin de todo el mundo.
Amazon.com: ¿Cuál es la cosa más sencilla y práctica que puede hacer la gente que está de acuerdo con sus conclusiones y desea comenzar a cambiar ahora mismo ese amplio consenso sobre la fe religiosa?
Harris: Repito que lo que hay que hacer es encontrar nuevas reglas para el discurso, y no nuevas leyes o demostraciones callejeras. Simplemente imagine qué distintas serían las cosas si cada vez que una persona que goza de poder mencionara la palabra “Dios”, la prensa reaccionara como si hubiera hecho uso de la palabra “Poseidón”. Nuestro discurso cambiaría rápida y espectacularmente. Imagine a alguien que se opone a la investigación con células madre en el Senado que dijera algo así como “la vida es un regalo de Zeus. Nadie debe interferir en su curso.”
Es obvio que la crítica y la honradez intelectual no bastan. Desde un punto de vista positivo, necesitamos encontrar propuestas creativas para la ética, para la experiencia espiritual y para lograr comunidades fuertemente estructuradas. El estudio científico de las experiencias humanas positivas –diversión, amor, compasión, estados de meditación, etc— juega también un papel importante. Pero eso lleva tiempo. Sin embargo, no necesitamos tiempo para advertir que cuando la gente invoca a Dios en un discurso público, o bien está hablando de cosas vacías, o realiza afirmaciones muy sospechosas sobre la naturaleza del mundo o sobre el carácter de su propia experiencia. Debemos exigirles que comiencen a hablar con sentido, y si no lo hacen, deberíamos negarnos a escucharles.
Amazon.com: ¿Podríamos afirmar que su texto es similar a una “plegaria”?. ¿Finalmente piensa Ud. que los humanos seremos capaces de evitar el Apocalipsis, que la mayor amenaza derivada de la fe religiosa, según su propia opinión?
Harris: No soy tan optimista como quisiera. Desde el punto de vista psicológico el optimismo es una experiencia interesante, pero si bien encuentro motivos para luchar en contra de la religión, sin embargo no hallo una base concreta que me ayude a pensar que cambiaremos para mejor. Hemos pasado demasiado tiempo en compañía de malas ideas como para que ahora estemos en condiciones de detener nuestro descenso hacia el precipicio. Espero estar equivocado, pero no me sorprendería que las cosas se salieran de cauce durante el transcurso de nuestra vida.
Las personas que tienen en sus manos el poder para cambiar la civilización no piensan, no hablan ni distribuyen los recursos como debieran, a fin de evitar la catástrofe. Que elijamos presidentes dispuestos a perder el tiempo con el matrimonio gay, cuando estamos ante una amenaza por la inseguridad de las armas nucleares en manos de la ex Unión Soviética (para citar sólo un ejemplo de una amenaza inminente para nuestra supervivencia), es un ejemplo de lo mal que estamos (y también es un emblema del papel que juega la fe como fuerza impulsora). De modo que no soy optimista. Sin embargo, todos estamos en condiciones de intentar cambiar el curso del mundo para mejor. ¿Qué otra cosa nos queda?

lunes, 5 de febrero de 2007

Federico Kukso

El mañana nunca muere



Federico Kukso - 4/2/2007


La revista virtual www.edge.org nuclea a más de un centenar de científicos e intelectuales brillantes en su campo, muchos de ellos las máximas eminencias en su materia y autores de teorías que han aportado a la historia de la ciencia y el pensamiento. Como todos los años, la revista les pide a sus miembros que respondan una pregunta. El año pasado, los lectores de Radar recordarán que fue “¿Cuál es la idea más peligrosa del mundo?”. Este, la pregunta es todavía más enigmática: “¿En qué es optimista, y por qué?”. A continuación, las diez respuestas más significativas e inesperadas para tener fe en un futuro que parece negro.


Hace un par de años el cosmólogo, astrofísico y sir inglés Martin Rees salió con los tapones de punta y presentó en su libro Nuestra hora final un panorama desolador, lúgubre y apocalíptico de los años que se avecinan con la noble intención de sacudir al lector, dejándolo en un estado de perplejidad y abandono, y con los ojos abiertos ante los dilemas del presente: calentamiento global, asteroides furibundos que en cualquier momento pueden toparse con la Tierra, contaminación, la nanotecnología fuera de control o los experimentos con colisionadores de partículas que podrían provocar la creación de un agujero negro artificial. Hasta le apostó un millón de dólares a la revista Wired que, para antes de 2020, el terrorismo biológico habrá causado un millón de muertos.

La cuestión es que tiempo después Rees se arrepintió, aplacó su pesimismo y volvió a las filas optimistas de la ciencia que se abrazan a una idea algo bucólica del futuro como si fuera su última esperanza. En realidad, a lo largo de la historia la mayoría de los científicos (y de los profetas tecnológicos) vieron casi siempre el vaso medio lleno. De ahí tantas fichas puestas en el progreso, la constancia de las innovaciones, la irrefrenable evolución de la técnica; un entusiasmo a veces agigantado por el frenesí de la novedad que tembló un par de veces en el siglo XX con el pánico a la bomba, los horrores de las guerras y la unidimensionalidad de la ciencia como discurso de la verdad.

Así como hacen los cazadores de tendencias, la revista virtual Edge (www.edge.org) advirtió una nueva orientación en el campo científico y cultural: un lento renacer de una ola de optimismo. Y la volcó, como hace desde 1997, en su pregunta anual, que hizo llegar a los principales investigadores y embajadores de la tercera cultura: “¿En qué es usted optimista? ¿Y por qué?”. Hay quienes le apuntan a Malthus, los que aplauden el triunfo de la energía solar y la detección temprana de dificultades en el aprendizaje, y quien espera el fin de los “ismos” (racismo, sexismo, fundamentalismo) y de las guerras. Pero lo que más sorprende en las 160 respuestas (110 mil palabras) es la persistencia asintomática de una palabra: fe, como si para pensar en el futuro además de imaginarlo, hubiera primero que creer en él. Para bien o para mal, pero creer al fin y no mirar atrás.


“Comprendiendo las intrincadas interacciones entre los grupos, aumentará la inteligencia humana. Comprender a otros nos ayudará a acrecentar nuestra inteligencia en un sentido cognitivo (para resolver problemas) y emotivo. Y con suerte, estos desarrollos producirán redes sociales altamente integradas y emergerá una nueva clase de ‘sociedad inteligente’.” Stephen M. Kosslyn

1. La gran respuesta
Por Richard Dawkins

Soy optimista en que los físicos de nuestra especie completarán el sueño de Albert Einstein y llegarán a una teoría del todo antes de que criaturas superiores que evolucionaron en otro mundo hagan contacto con nosotros y nos den la respuesta. Aunque esta teoría unificará las leyes de la física, estoy convencido de que la disciplina continuará floreciendo, así como se desarrolló la biología después de que Charles Darwin resolviera su problema más profundo.

Las dos teorías –la teoría del todo y la teoría de la evolución– nos equiparán con una satisfactoria explicación naturalista de la existencia del universo y de todo lo que hay en él. Confío en que esta iluminación científica final infligirá un golpe de muerte a la religión y a otras supersticiones juveniles.

Richard Dawkins es biólogo evolucionista y profesor en la Universidad de Oxford. Recordado por ser el autor de El gen egoísta, su último libro se llama The God Delusion.

Las cuerdas que sostienen el mundo. La teoría de cuerdas se postula como la “teoria del todo” que unificará a la física.

2. El declive de la violencia
Por Steven Pinker

En la París del siglo XVI, una de las formas de entretenimiento más populares era la quema de gatos: se subía un gato a un escenario y se lo bajaba lentamente al fuego. De acuerdo con el historiador Norman Davies, “los espectadores, incluyendo reyes y reinas, chillaban de risa mientras los animales, gritando de dolor, eran chamuscados, rostizados y finalmente carbonizados”.

Pese a lo horrorosos que son los eventos de la actualidad, muestras de sadismo como ésa serían impensables en la mayoría del mundo. Este es tan sólo un ejemplo de la tendencia más importante y menospreciada en la historia de nuestra especie: el declive de la violencia. Crueldad como entretenimiento popular, sacrificios humanos para complacer la superstición, esclavitud como fuerza de trabajo, genocidio por conveniencia, tortura y mutilación como formas rutinarias de castigo, ejecuciones como crímenes triviales, asesinato como medio de sucesión política, progroms como desahogo de la frustración y homicidio como el principal camino para resolver conflictos: todas éstas fueron circunstancias comunes y corrientes a lo largo de la mayoría de la historia humana.

Aun así, en la actualidad son excepcionales en Occidente y son condenadas cuando ocurren. La mayoría de la gente encuentra poco creíble este argumento, pero se ha demostrado que la tendencia en los últimos 50 años ha ido en baja. La aplicación de la pena capital en Texas, las barbaries en la cárcel de Abu Ghraib, la esclavitud sexual en grupos de inmigrantes son prácticas excepcionales que cuando se conocen resultan controversiales y condenables. En el pasado, no eran consideradas gran cosa.

Steven Pinker es psicólogo experimental, profesor de Harvard y autor de libros como El instinto del lenguaje, Cómo funciona la mente, y La tabla rasa.

3. El desafío de la energía
Por Martin Rees

Hay sin duda argumentos poderosos para ser tecnoptimista. Para la mayoría de la gente en la mayoría de las naciones, nunca hubo un mejor momento para estar viva. Las innovaciones que conducirán a un avance económico –tecnología de la información, biotecnología, nanotecnología– podrán potenciar el mundo en vías en desarrollo. Nos estamos internando en un ciberespacio que puede conectar a cualquiera en cualquier lugar con toda la información y cultura del mundo así como conectar con todas las personas del planeta. La creatividad de la ciencia y del arte se encuentra mucho más al alcance que en el pasado. Y las tecnologías del siglo XXI ofrecerán estilos de vida benignos con el medio ambiente que reducirán las demandas de energía.

En este siglo seremos testigos de cómo ciertas drogas potenciadoras de la mente, la genética y las “cybertécnicas” alterarán a los seres humanos. Eso es algo cualitativamente nuevo en la Historia y conducirá a nuevos dilemas éticos. Nuestra especie podrá ser transformada y diversificada (acá en la Tierra y tal vez más allá) dentro de apenas unos pocos siglos.

Martin Rees es astrofísico, profesor de Cosmología en la Universidad de Cambridge y presidente de la Royal Society. Su último libro se titula Nuestra hora final.

4. viaje de ida a Marte
Por Paul Davies

En algún momento antes del fin del siglo XXI habrá una colonia humana en Marte. Ocurrirá cuando la gente se percate de que los viajes de ida y vuelta al planeta rojo son innecesarios. Un viaje de ida a Marte no es una invitación a una misión suicida. Se pueden mandar por adelantado provisiones y una fuente de energía nuclear, y renovarlas cada dos años. Si bien Marte es relativamente inhabitable, tiene todos los materiales para que una colonia llegue a ser autosuficiente. Seguramente, la vida será incómoda para los pioneros, pero así fue también la de los exploradores de la Antártida hace cien años.


¿Por qué la gente decidiría ir a Marte y no volver? Hay muchas razones: un sentido innato de la aventura y la curiosidad, el atractivo de ser los primeros humanos en estrenar un planeta nuevo, el deseo de explorar un ambiente exótico y único, fama, gloria. Un geólogo en Marte se sentiría como un chico en una tienda de golosinas.

Pero, ¿cuándo partirán los primeros colonos? En algunos años, si no se entromete la política. La NASA podría mandar una tripulación de cuatro con la tecnología actual, pero la agencia carece hoy del temple y de la imaginación para ese tipo de misiones aventuradas. Sin embargo, soy optimista en que los nuevos jugadores en el espacio –China e India– no sufrirán de la timidez occidental. Una colonia indio-china en Marte para el año 2100 no sólo es tecnológicamente viable, sino políticamente realista.

Paul Davies es físico de la Universidad de Arizona (Estados Unidos). Sus últimos libros son How to Build a Time Machine y The Goldilocks Enigma.

5. La evaporación de la poderosa mística de la religión
Por Daniel C. Dennett

Soy tan optimista que pienso vivir para ver la evaporación de la poderosa mística de la religión. Creo que dentro de 25 años casi todas las religiones evolucionarán en fenómenos muy diferentes a lo que son hoy. Por supuesto mucha gente continuará aferrándose a su religión con la misma pasión que acrecienta la violencia y otros comportamientos intolerantes y reprensibles. Pero el resto del mundo verá este comportamiento como lo que es, y aprenderá a evitarlo hasta que amaine.

Al igual que hoy fumar ya no es cool, llegará primero el día en que la religión será una elección del tipo “tómala o déjala”, para luego dejar de ser bien vista, excepto en sus formas socialmente valorables. ¿Acaso para entonces aquellas instituciones seguirán siendo religiones o se habrán extinguido para siempre? Todo dependerá de los elementos que uno considere que constituyen una religión.

Confío en que esto ocurrirá principalmente porque, con la proliferación de la tecnología de la información (no sólo Internet sino también celulares, radios y televisión), ya no será factible para los guardianes de las tradiciones religiosas proteger a sus jóvenes de la exposición a los hechos que lenta e irresistiblemente socavan los requisitos mentales del fanatismo y la intolerancia religiosa.

El fervor religioso de hoy es un último y desesperado intento por parte de nuestra generación para tapar los ojos y oídos de las generaciones venideras. Y no está funcionando: los jóvenes se alejan cada vez más de la religión de sus padres y abuelos. Alrededor del mundo la categoría de “no religioso” está creciendo más rápido que los mormones, los evangelistas, incluso más rápido que el Islam.

Muchas religiones ya están haciendo la transición y de a poco desenfatizan sus elementos irracionales así como abandonan las prohibiciones xenofóbicas y sexistas para correr la atención de la pureza de la doctrina a la efectividad moral. Esto favorecerá la evolución de formas de religión no violentas, bienvenidas como partes del patrimonio cultural del planeta. Eventualmente la verdad nos hará libres.

Daniel Dennett es filósofo de la ciencia. Es autor de La peligrosa idea de Darwin, Dulces sueños: Obstáculos filosóficos para una ciencia de la conciencia y Breaking the Spell: Religion as a Natural Phenomenon.

6. Pequeñas maravillas
Por Max Tegmark

Al levantar la cabeza, es fácil sentirse insignificante. Desde que nuestros ancestros admiraron las estrellas, nuestros egos humanos sufrieron una serie de golpes. Para empezar, somos más chicos de lo que creímos. A pesar de toda su grandiosidad, el Sol terminó siendo una estrella ordinaria entre cientos de miles de millones en una galaxia que a su vez es apenas una entre otras mil millones de galaxias en nuestro universo observable.

También nuestras vidas son temporalmente cortas: si condensáramos la historia cósmica de 14 mil millones de años en un día, los 100 mil años de historia humana serían cuatro minutos, y una persona de 100 años estaría representada por apenas 0,2 segundos. Aprendimos que tampoco somos tan especiales: Charles Darwin nos enseñó que somos animales; Sigmund Freud, que somos irracionales. Y las máquinas ahora ya nos sobrepasan.

Pese a esto, en años recientes, de repente me volví más optimista en cuanto a nuestra importancia cósmica. Llegué a pensar que la vida avanzada y evolucionada es muy rara, lo que hace que nuestro lugar en el espacio y en el tiempo sea remarcablemente importante.

Nuestro universo contiene incontables sistemas solares, muchos de los cuales son miles de millones de años más antiguos que el nuestro. Enrico Fermi señalaba que si civilizaciones avanzadas hubieran evolucionado en muchos de ellos, ya nos hubieran contactado.

Pienso que la vida puede expandirse hasta envolver nuestro universo observable. Y eso justamente se va a determinar aquí, en este planeta, durante este siglo, si es que alguna vez ocurre.

Max Tegmark es físico del MIT.

7. El peso de la evidencia
Por J. Craig Venter

Soy optimista en que uno de los principios de la investigación científica –la toma de decisiones basada en la evidencia– se extenderá a todos los aspectos de la sociedad moderna. No todas las preguntas pueden contestarse sólo observando la evidencia pues aún estamos en un estadio muy prematuro en la comprensión del universo que nos rodea. Para casi todos los científicos, por ejemplo, la evidencia de la evolución ha sido abrumadora. El registro fósil fue evidencia suficiente para la mayoría, pero ahora con la información genética secuenciada de todas las ramas de la vida (incluyendo la información genética de nuestros parientes como los Neanderthales, los chimpancés y otros monos) no deberían quedar dudas.

En oposición a esto, tenemos a los diarios, la radio y las señales de televisión que continúan presentando segmentos de información subjetivamente. También hay campañas políticas y anuncios sesgados hechos por aquellos que desean ganar o retener el poder. Así pues necesitamos tanto impulsar un sistema educativo que enseñe la toma de decisiones basada en la evidencia, como procurar que nuestros líderes no caigan en comportamientos parciales y partidarios en nuestro intento de afrontar algunos de los desafíos más difíciles de la historia, de cara al futuro de la humanidad.

Craig Venter es biólogo y conocido por ser el cerebro detrás del Proyecto Genoma Humano.

8. El siglo XXII
Por Rodney A. Brooks

Justo la semana pasada me encontré con un grupo de personas del siglo XXII, y fueron encantadoras. Nos reímos mucho, pero ninguna de ellas parecía hablar una palabra de inglés. Incluso su japonés no era muy bueno. La mayoría de los análisis demográficos nos indican que muchas de aquellas pequeñas niñas que conocí en Kyoto terminarán siendo las ciudadanas del próximo siglo. Incluso si ninguna de ellas lo logra, al menos hay alguien vivo en este momento que será la primera persona en procurarse un hogar fuera de la Tierra. En el próximo siglo las niñas que conocí se irán a dormir sabiendo que la humanidad se ha esparcido por el Sistema Solar. Algunos lo habrán hecho por riqueza. Otros, dirigidos por un impulso irrefrenable, seleccionado evolutivamente. La maravilla de todo eso es que aquellas ahora viejas y enérgicas mujeres que conocí en Kyoto serán capaces de deleitarse con el espíritu humano, siempre buscando aprender, comprender, explorar, ser.

Rodney Brooks es el director del Laboratorio de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial del MIT.

9. La inteligencia ampliada hasta la sabiduría
Por Stephen M. Kosslyn

Creo que la inteligencia humana podrá ser aumentada drásticamente en un futuro cercano. Como un fisicoculturista levanta pesas para aumentar sus bíceps y tríceps, podremos diseñar juegos de computadora para ejercitar una parte específica de los músculos del cerebro y desarrollar tipos específicos de razonamiento.

Comprendiendo las intrincadas interacciones entre los grupos aumentará también la inteligencia humana. Como una computadora puede extender nuestras capacidades mentales, otras personas nos ayudarán a acrecentar nuestra inteligencia en un sentido cognitivo (para resolver problemas) y emotivo. Además doy por sentado que los ingenieros continuarán diseñando poderosas máquinas al punto tal que la línea que separa lo que está en la cabeza y lo que está en dispositivos externos se vuelva cada vez más tenue.

Con suerte, estos desarrollos producirán redes sociales altamente integradas y emergerá una nueva clase de “sociedad inteligente”. Y, quién sabe, tal vez esa sociedad no sólo sea más inteligente, sino también más sabia.

Kosslyn es psicólogo de la Universidad de Harvard, y autor de Wet Mind.

10. Y ahora las buenas noticias
Por Brian Eno

La razón principal de mi optimismo es el creciente poder que tiene la gente. El mundo está en movimiento, comunicándose, conectándose, fusionándose en influyentes bloques que finalmente les quitarán el poder a los gobiernos nacionales. Algo parecido a una democracia real se puede apreciar en el horizonte. Internet está catalizando conocimiento, innovación, cambio social y probando, con manifestaciones como Wikipedia, que hay otros modelos de evolución sociocultural: no se necesita control centralizado y verticalista para producir resultados inteligentes.

Hay una verdadera revolución del pensamiento en curso en todos los niveles culturales: personas que no se conocen y cooperan entre sí para participar en juegos cuyas reglas no han sido aún escritas, personas que escuchan música o se interesan por arte emergente en vez de arte predeterminado, y personas que aceptan el modelo wiki de código abierto para la evolución del conocimiento. Todo esto representa cambios drásticos y prometedores en la manera en que la gente piensa sobre cómo funcionan las cosas, cómo las cosas llegan a ser y cómo evolucionan.

Brian Eno es músico, compositor y productor de U2, Talking Heads y Paul Simon.

viernes, 2 de febrero de 2007

José Cueli

José Cueli

El tiempo y la racionalidad

En un artículo publicado en 2003 en el diario El País, Carlos Fuentes comentaba: ''México ha estado afanoso por conquistar la racionalidad europea, y hay toda una cultura en busca de esa racionalidad. Por eso fuimos primero seguidores de la Ilustración francesa, luego positivistas y después seguidores de las filosofías pragmáticas estadunidenses. Siempre hemos buscado una filosofía que apoye el afán de racionalidad de un país que sabe que tiene un trasfondo mítico, irracional, mágico, inexplicable, lo que es, por una parte, un gran atractivo, aunque para muchos mexicanos sea un gran lastre. No podemos ser un país moderno porque venimos arrastrando una carga mitológica desde el origen de los siglos. México tiene una cultura con 3 mil años de existencia, y esa cultura no nació del racionalismo, no nació de un tiempo lineal, como le gustaría a los racionalistas mexicanos, nació de un tiempo circular que se muerde la cola como la serpiente emplumada, de un tiempo que asciende en espirales''.
Su alusión al tiempo no lineal me remite a Freud y a los postulados de la filosofía de la deconstrucción de Jacques Derrida, así como a la filosofía de Heidegger y de Nietzsche.
El tiempo en su posible articulación con el espacio y el ser ha motivado profundas disertaciones en diferentes ámbitos de las ciencias y las humanidades. Quizá debiéramos interrogarnos acerca de la forma en que fechamos el origen de nuestra historia. ¿Por qué privilegiamos un acto acaecido hace 2 mil años para cifrar el devenir de nuestra historia? ¿Por qué soslayamos lo ocurrido previamente si contamos con datos científicos que comprueban la existencia del hombre sobre la Tierra cientos de años atrás? ¿Qué pasa con ese fragmento de historia perdido?
El tiempo fluye sin meta y sin sentido si no tiene algo que le brinde referencia y que le otorgue orden, finalidad y credibilidad. El tiempo sin el ser es insensato, salta de sus goznes.
La idea de temporalidad lineal representada por la secuencia presente, pasado, futuro es una tentación que siempre nos acecha, pues brinda fundamento a todas las aparentes certezas del pensamiento que no sabe más que de certezas que le brinda el pensamiento consciente. El asunto se torna aquí casi una aporía.
El sicoanálisis freudiano coloca el dedo en la llaga con su descubrimiento del inconsciente, ya que a partir de ello, espacio y tiempo, sujeto y objeto, ya no pueden ser pensados de la misma forma.
El concepto de nachtraglichkeit (a posterioridad) rompe con la ilusión de la temporalidad lineal. Los sueños demuestran la existencia de un ''tiempo fragmentado'', es decir, de un tiempo que no tiene que ver con la idea de una sucesión tripartita ordenada en presente, pasado y futuro. En el sueño todo es presente puro.
Si el contenido de los sueños puede estar influenciado por el soñante, el trabajo del sueño escapa a toda intención. Esta fragmentación del tiempo es el resultado de un trabajo inconsciente.
Robert Musil manifiesta que no hay verdad sino verdades. Parafraseándolo, podría decirse que no hay tiempo sino tiempos.