DAM. Transcribo con admiración este artículo de mi buen amigo J.R. Albaine Pons.
VIDA INTELIGENTE
Los magos sin ritmo
J. R. Albaine Pons
www.clavedigital.com
Cuando nuestro gran músico Don Félix del Rosario irrumpió con inusitada fuerza a mediados de los años 60 del siglo pasado con su grupo "Los Magos del Ritmo", nos trajo un merengue cadencioso basado en saxofones, que hoy son clásicos dominicanos. Compitió con las irascibles trompetas del Combo Show de Johnny Ventura y ambos terminaron con la era de las grandes orquestas merengueras, que se fueron con la Era, aquella de la Paz y la Confraternidad.
Quizás no pensó Don Félix en toda la carga cultural de la palabra mago. Conocidos desde los Medas y los Persas, atesorados por los ingleses en la Edad Media con su archiconocido Merlín, adorados desde entonces por los españoles por ponerlos a visitar un pesebre y llevados al comic del siglo XX con el inolvidable Mandrake, los magos son no sólo nuestra fantasía, sino más aun, nuestra cotidianidad.
Los magos en realidad no son los que hacen milagros, que esos son los santos (aunque en siglos pasados la Iglesia Católica ofrecía y gustosa ofrendaba hogueras para aquellos que infringían las leyes naturales de su idea de Dios y no se salvó ni Juana de Arco), los magos son los que predicen el futuro y lo saben todo, aunque no saben nada de todo lo demás.
Y mire usted nuestra pelota o la foránea por TV y escuchará a los narradores compitiendo a ver quién predice el próximo lanzamiento, no pueden soportar la espera de unos segundos para ver qué lanza y narrarlo ¡No! Se enredan en las predicciones que resultan en un 99% equivocadas.
En realidad el predecir es una conducta muy propia del ser humano. En un texto reciente sobre la religión y su explicación como idea, el filósofo norteamericano contemporáneo Daniel Dennet presenta la conducta al parecer disparatosa de una hormiga que insiste en escalar una hoja de hierba hasta llegar a su ápice y luego cae, para volver de nuevo a subir y repetir este alpinismo verde todo el tiempo.
La hormiga ni especula ni busca nada sobre la hierba. Biológicamente no obtiene ninguna ventaja, ni comida, ni pareja, ni territorio al realizar este comportamiento repetitivo. Pero tiene alojado en su cerebro un pequeño parásito; una duela de lanceta, parásito emparentado con nuestras tenias o solitarias, las duelas del hígado de los corderos y la esquistosomiasis que abunda en ríos del Este. Este Dicrocelium dendriticum en el cerebro de la hormiga, necesita llegar al estómago de un rumiante, de una oveja, para completar su ciclo de vida; y dirige así la conducta de nuestra hormiga.
Para Dennet, y para mucha de la psicología cognitiva actual, en los humanos son las ideas las que realizan las funciones de dirigir la conducta. Los humanos, ya lo sabemos, somos animales. Pero no de cualquier tipo, aunque sea difícil de creer. De los chimpancés nos separan 300 mil generaciones y 10 Mega de información genética. Los humanos pensamos, y como dice Canetti, pensar es insistir, y predecir, agregamos.
No podemos olvidar que el 99% de la existencia humana la hemos vivido como tribus nómadas básicamente recolectoras y nuestros cerebros aunque hoy están aquí, en realidad están adaptados a esa vida errante de búsquedas y de expectativas y predicciones. Y ahora magos son aquellos que hacen de sus predicciones un modus vivendi en la sociedad, en sociedades donde cada uno de nosotros cree con certeza ser por lo menos un mini-mago, un maguito de sociedad.
Todos somos magos. Intentamos predecir la Loto, adelantar quién ganará las próximas elecciones o cuánto tiempo durará la “prima” en caerse. Ahora predecimos el ambiente y el clima. El calentamiento global, que quede claro: una predicción, sólo que de modelos matemáticos y en computadora y no en bola de cristal, pero predicción al fin. Desde presidentes hasta encargados de presas hidroeléctricas son los grandes magos actuales. Predicen el futuro y tratan su predicción como una cosa y como una causa y ya todo está resuelto.
Pero ojo, no confundir a los magos con los brujos y hechiceros. Estos últimos evolucionaron hacia la medicina moderna. ¿Y los magos? Evolucionaron también, pero en estos magos conocidos, que predicen y no pegan una. Pero no importa. Casi siempre los errores de nuestros magos gobernantes los pagan los pobres
Son magos sin ritmo, no como los de Don Félix. O, peor aun, son magos de un ritmo mortal.
Comentario de Rafael Calderón
Muy buen escrito. Sólo quiero anotar que quien bautizó al grupo del maestro Félix del Rosario con el nombre "Los Magos del Ritmo" fue don Ramón Rivera Batista, innolvidable as de la locución dominicana, quien (emocionado durante una presentación del grupo que inició su fama en el hotel Europa) resumió en esa frase todo lo que hacían seis músicos para sonar como una orquesta grande.
domingo, 30 de diciembre de 2007
miércoles, 26 de diciembre de 2007
Hubble
El último viaje al 'Hubble'
Los astronautas se preparan para la quinta misión de reparación del telescopio
DENNIS OVERBYE - Greenbelt (Maryland) - 26/12/2007
www.elpais.es
El próximo agosto, tras 20 años de exageración, desencanto, errores garrafales, triunfos e inigualables vistas del espacio, y cuatro años después de que la NASA decidiera dejar que el telescopio espacial Hubble muriese en órbita, un grupo de astronautas se acercarán al observatorio en el transbordador Atlantis, llave de tuercas en mano. Al menos ése es el plan. "Ha sido una vuelta en montaña rusa desde el infierno", comenta acerca de la controversia y la incertidumbre Preston Burch, director del proyecto del telescopio espacial, en el Centro de Vuelo Espacial Goddard (de la NASA).
En un edificio cercano, los astronautas del Hubble -vestidos como para realizar una operación quirúrgica, con trajes blancos, gorros y máscaras- se mueven por una gigantesca y limpia habitación para, por así decirlo, comprobar los neumáticos de los nuevos instrumentos destinados al Hubble y probar técnicas y herramientas bajo el ojo atento de los ingenieros del Goddard. Prueban a meter y sacar la nueva Widefield Camera 3
[Cámara de Campo Amplio de tercera generación], suspendida en el aire como el piano de cola, en el hueco correspondiente en una réplica del telescopio, mecánica y eléctricamente tan exacta que hasta reproduce la cinta aislante que rodea las puertas. "Tenemos que entrenar su mente y su cuerpo", explica Michael Weiss, director adjunto del proyecto del Hubble. Así, cuando los astronautas vean el verdadero telescopio en órbita, "dirán que ya lo han visto antes".
Varios astronautas, haciendo paseos espaciales, han restaurado el Hubble cuatro veces en las últimas dos décadas; pero casi todos coinciden en que el viaje planeado para agosto realmente será la última misión de servicio. Los transbordadores dejarán de volar en 2010, y se calcula que, sin mantenimiento periódico, los giroscopios y las baterías del telescopio se apagarán dentro de unos cinco años.
Astronautas, ingenieros y científicos afirman que están decididos a efectuar el rejuvenecimiento más espectacular del Hubble; una remodelación, puntualizan, que le permitirá funcionar al límite de sus capacidades hasta bien entrada la próxima década, para que pueda desaparecer con un halo de gloria. "Será un telescopio prácticamente nuevo", dice Matt Mountain, director del Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial (Universidad Johns Hopkins, Baltimore). Y añade: "Queremos una ciencia prodigiosa de la que podamos sentirnos orgullosos".
Ingenieros y directores del proyecto se ocupan de organizar cinco días de paseos espaciales a realizar en agosto. Si todo sale bien -algo que nunca hay que dar por sentado a 560 kilómetros de la Tierra-, los astronautas instalarán la cámara y un espectrógrafo nuevos y cambiarán todos los giroscopios -varios estropeados- que lo orientan y las baterías que lo mantienen en funcionamiento. También repararán un espectrógrafo y la Cámara Avanzada de Rastreo, que el pasado invierno sufrió un grave cortocircuito.
Todo esto parecía destinado a un final prematuro después del desastre del transbordador Columbia, en 2003, en el que murieron los siete astronautas. Sean O'Keefe, entonces director de la NASA, consideró que una misión al telescopio era demasiado arriesgada y la canceló. La gente en EE UU se indignó. Incluso hubo niños que se ofrecieron a enviar sus ahorros a la NASA para mantener el telescopio en funcionamiento. O'Keefe fue sustituido en el cargo, en 2005, por Michael Griffin, quien, tras un análisis de riesgos, aprobó la misión del Hubble ante la ovación de científicos e ingenieros.
La nueva cámara que los astronautas instalarán en agosto está diseñada para ampliar la visión del Hubble en ultravioleta (mejorando su visión de los astros más calientes) y en infrarrojo (para ver las estrellas frías), y sustituirá a una que lleva en el telescopio desde 1993. Otro cometido de los astronautas es colocar una sujeción en la parte posterior del telescopio para que una nave automática pueda amarrar un cohete en el futuro. El cohete podría entonces tirar el telescopio en el océano. Pero ese momento aún no ha llegado. La órbita del telescopio permanecerá estable hasta 2024, según los cálculos más recientes.
Una vida de éxito pero accidentada
La historia del telescopio Hubble, anunciado antes de su lanzamiento, en abril de 1990, como el mayor avance astronómico desde Galileo Galilei, se ha caracterizado por giros dramáticos. En el espacio, el Hubble podría distinguir detalles que en la tierra se ven difuminados por la atmósfera. Pero su espejo de 150 centímetros de diámetro resultó estar mal pulido y tenía lo que los astrónomos denominan una aberración esférica. En 1993, los astronautas lo equiparon con lentes correctoras (a costa de retirar uno de sus cinco instrumentos, un fotómetro), y quedó arreglado.
Otras tres visitas de los astronautas lo mantuvieron en funcionamiento y, sustituyendo los viejos instrumentos, aumentaron su capacidad.
En 2002, después de que una cámara infrarroja Nicmos se quedara inesperadamente sin refrigerante, los astronautas le adhirieron un refrigerador mecánico. Un año después, los astrónomos del Hubble usaron la cámara rejuvenecida junto con la Cámara Avanzada de Rastreo para captar las vistas telescópicas más profundas jamás obtenidas del universo. Las imágenes mostraban las galaxias tal y como existían unos cuantos cientos de millones de años después del inicio del cosmos.
"Cuando tienes un instrumento con un alcance mucho mayor del que has tenido nunca, haces descubrimientos que nadie se había imaginado", dice John Grunsfeld, astronauta de la misión de servicio del Hubble en 2002, y que repetirá en 2008. "Y vemos cosas nunca vistas. A raíz de ello, el telescopio dejó de ser un mero observatorio para convertirse en un símbolo de la ciencia. El Hubble se ha convertido en parte de nuestra cultura". Edward Weiler, director del centro Goddard de la NASA, calcula que a lo largo de los años el Hubble ha costado 6.200 millones de euros. "Hay pocas personas, en especial estadounidenses, que no piensen que ha valido la pena", afirma.
Los astronautas se preparan para la quinta misión de reparación del telescopio
DENNIS OVERBYE - Greenbelt (Maryland) - 26/12/2007
www.elpais.es
El próximo agosto, tras 20 años de exageración, desencanto, errores garrafales, triunfos e inigualables vistas del espacio, y cuatro años después de que la NASA decidiera dejar que el telescopio espacial Hubble muriese en órbita, un grupo de astronautas se acercarán al observatorio en el transbordador Atlantis, llave de tuercas en mano. Al menos ése es el plan. "Ha sido una vuelta en montaña rusa desde el infierno", comenta acerca de la controversia y la incertidumbre Preston Burch, director del proyecto del telescopio espacial, en el Centro de Vuelo Espacial Goddard (de la NASA).
En un edificio cercano, los astronautas del Hubble -vestidos como para realizar una operación quirúrgica, con trajes blancos, gorros y máscaras- se mueven por una gigantesca y limpia habitación para, por así decirlo, comprobar los neumáticos de los nuevos instrumentos destinados al Hubble y probar técnicas y herramientas bajo el ojo atento de los ingenieros del Goddard. Prueban a meter y sacar la nueva Widefield Camera 3
[Cámara de Campo Amplio de tercera generación], suspendida en el aire como el piano de cola, en el hueco correspondiente en una réplica del telescopio, mecánica y eléctricamente tan exacta que hasta reproduce la cinta aislante que rodea las puertas. "Tenemos que entrenar su mente y su cuerpo", explica Michael Weiss, director adjunto del proyecto del Hubble. Así, cuando los astronautas vean el verdadero telescopio en órbita, "dirán que ya lo han visto antes".
Varios astronautas, haciendo paseos espaciales, han restaurado el Hubble cuatro veces en las últimas dos décadas; pero casi todos coinciden en que el viaje planeado para agosto realmente será la última misión de servicio. Los transbordadores dejarán de volar en 2010, y se calcula que, sin mantenimiento periódico, los giroscopios y las baterías del telescopio se apagarán dentro de unos cinco años.
Astronautas, ingenieros y científicos afirman que están decididos a efectuar el rejuvenecimiento más espectacular del Hubble; una remodelación, puntualizan, que le permitirá funcionar al límite de sus capacidades hasta bien entrada la próxima década, para que pueda desaparecer con un halo de gloria. "Será un telescopio prácticamente nuevo", dice Matt Mountain, director del Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial (Universidad Johns Hopkins, Baltimore). Y añade: "Queremos una ciencia prodigiosa de la que podamos sentirnos orgullosos".
Ingenieros y directores del proyecto se ocupan de organizar cinco días de paseos espaciales a realizar en agosto. Si todo sale bien -algo que nunca hay que dar por sentado a 560 kilómetros de la Tierra-, los astronautas instalarán la cámara y un espectrógrafo nuevos y cambiarán todos los giroscopios -varios estropeados- que lo orientan y las baterías que lo mantienen en funcionamiento. También repararán un espectrógrafo y la Cámara Avanzada de Rastreo, que el pasado invierno sufrió un grave cortocircuito.
Todo esto parecía destinado a un final prematuro después del desastre del transbordador Columbia, en 2003, en el que murieron los siete astronautas. Sean O'Keefe, entonces director de la NASA, consideró que una misión al telescopio era demasiado arriesgada y la canceló. La gente en EE UU se indignó. Incluso hubo niños que se ofrecieron a enviar sus ahorros a la NASA para mantener el telescopio en funcionamiento. O'Keefe fue sustituido en el cargo, en 2005, por Michael Griffin, quien, tras un análisis de riesgos, aprobó la misión del Hubble ante la ovación de científicos e ingenieros.
La nueva cámara que los astronautas instalarán en agosto está diseñada para ampliar la visión del Hubble en ultravioleta (mejorando su visión de los astros más calientes) y en infrarrojo (para ver las estrellas frías), y sustituirá a una que lleva en el telescopio desde 1993. Otro cometido de los astronautas es colocar una sujeción en la parte posterior del telescopio para que una nave automática pueda amarrar un cohete en el futuro. El cohete podría entonces tirar el telescopio en el océano. Pero ese momento aún no ha llegado. La órbita del telescopio permanecerá estable hasta 2024, según los cálculos más recientes.
Una vida de éxito pero accidentada
La historia del telescopio Hubble, anunciado antes de su lanzamiento, en abril de 1990, como el mayor avance astronómico desde Galileo Galilei, se ha caracterizado por giros dramáticos. En el espacio, el Hubble podría distinguir detalles que en la tierra se ven difuminados por la atmósfera. Pero su espejo de 150 centímetros de diámetro resultó estar mal pulido y tenía lo que los astrónomos denominan una aberración esférica. En 1993, los astronautas lo equiparon con lentes correctoras (a costa de retirar uno de sus cinco instrumentos, un fotómetro), y quedó arreglado.
Otras tres visitas de los astronautas lo mantuvieron en funcionamiento y, sustituyendo los viejos instrumentos, aumentaron su capacidad.
En 2002, después de que una cámara infrarroja Nicmos se quedara inesperadamente sin refrigerante, los astronautas le adhirieron un refrigerador mecánico. Un año después, los astrónomos del Hubble usaron la cámara rejuvenecida junto con la Cámara Avanzada de Rastreo para captar las vistas telescópicas más profundas jamás obtenidas del universo. Las imágenes mostraban las galaxias tal y como existían unos cuantos cientos de millones de años después del inicio del cosmos.
"Cuando tienes un instrumento con un alcance mucho mayor del que has tenido nunca, haces descubrimientos que nadie se había imaginado", dice John Grunsfeld, astronauta de la misión de servicio del Hubble en 2002, y que repetirá en 2008. "Y vemos cosas nunca vistas. A raíz de ello, el telescopio dejó de ser un mero observatorio para convertirse en un símbolo de la ciencia. El Hubble se ha convertido en parte de nuestra cultura". Edward Weiler, director del centro Goddard de la NASA, calcula que a lo largo de los años el Hubble ha costado 6.200 millones de euros. "Hay pocas personas, en especial estadounidenses, que no piensen que ha valido la pena", afirma.
sábado, 31 de marzo de 2007
Encuentran el planeta Tatooine
La NASA encuentra el planeta de Luke Skywalker
El Spitzer descubre sistemas planetarios con dos soles, como imaginó George Lucas en Star Wars El doble crepúsculo que Luke Skywalker admira en 'Star Wars' puede no ser una simple fantasía. Astrónomos de la NASA que operan el telescopio espacial Spitzer han encontrado evidencias de que esta escena, ambientada en al árido planeta Tatooine, hogar de infancia del protagonista de la saga cinematográfica de George Lucas, pueden ser bastante comunes en el Universo. "Parece que no existe un tendencia contra la formación de planetas en sistemas binarios", dijo el Dr. David Trilling de la Universidad de Arizona en Tucson, principal autor del artículo sobre la investigación, que aparecerá en la edición del 1 de Abril del Astrophysical Journal. "Es posible que existan incontables planetas allá afuera con dos o más soles."
El Spitzer descubre sistemas planetarios con dos soles, como imaginó George Lucas en Star Wars El doble crepúsculo que Luke Skywalker admira en 'Star Wars' puede no ser una simple fantasía. Astrónomos de la NASA que operan el telescopio espacial Spitzer han encontrado evidencias de que esta escena, ambientada en al árido planeta Tatooine, hogar de infancia del protagonista de la saga cinematográfica de George Lucas, pueden ser bastante comunes en el Universo. "Parece que no existe un tendencia contra la formación de planetas en sistemas binarios", dijo el Dr. David Trilling de la Universidad de Arizona en Tucson, principal autor del artículo sobre la investigación, que aparecerá en la edición del 1 de Abril del Astrophysical Journal. "Es posible que existan incontables planetas allá afuera con dos o más soles."
Los astrónomos ya sabían que los planetas se pueden formar en sistemas binarios de gran separación, en los que las estrellas están a distancias 1,000 veces mayores que la distancia de la Tierra al Sol, ó a 1,000 unidades astronómicas. De los aproximadamente 200 planetas descubiertos fuera de nuestro sistema solar, algo así como 50 están en órbita alrededor de uno de los miembros de un dúo estelar muy separado. El nuevo estudio de Spitzer está enfocado en estrellas binarias más cercanas entre sí, con separaciones de entre 0 y 500 Unidades Astronómicas,(N. del A: 1 U.A. es la distancia que separa a la Tierra del Sol). Hasta ahora, casi nada se sabía acerca del efecto que la cercanía de las estrellas podía tener en el crecimiento de planetas. Las técnicas usuales de caza de planetas generalmente no funcionan bien en estas estrellas. En el año 2005 un astrónomo financiado por la NASA descubrió el único candidato planetario conocido que reside en un sistema múltiple compacto. Los datos de Spitzer también revelan que no todos los sistemas binarios son hospitalarios para la formación de planetas. El telescopio detectó muchos menos discos en sistemas binarios de separación intermedia, donde las estrellas tienen separaciones de entre 3 y 50 unidades astronómicas. Dado que Spitzer encontró discos alrededor de una de las estrellas en sistemas binarios de gran separación, y discos alrededor de ambas estrellas en sistemas cercanos, es posible que las estrellas tengan que estar o muy cercanas o muy lejanas para que los planetas se formen. "Para un planeta en un sistema binario, la posición es lo más importante", dijo uno de los coautores del trabajo, el Dr. Kart Stapelfeldt, del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena, California. "En su mayor parte, los sistemas binarios han sido ignorados", agregó Trilling. "Son más difíciles de estudiar, pero pueden ser los sitios más comunes para la formación de planetas en nuestra galaxia."
JPL administra Spitzer en nombre del Directorado de Misiones Científicas de la NASA en Washington. Las operaciones científicas del telescopio se realizan en el Centro Científico Spitzer, localizado en el Instituto Tecnológico de California (Caltech, por su abreviación en Inglés), en Pasadena. El fotómetro de imágenes en multibanda de Spitzer fue construido por la corporación Ball Aerospace (localizada en Boulder, Colorado), la Universidad de Arizona y Boeing North America (localizada en Canoga Park, California). El coautor Rieke es el investigador principal del instrumento.
domingo, 11 de marzo de 2007
Cosmología
Cosmología
Particle Physics and Astronomy Research Council
Royal Greenwich Observatory
Cuaderno de Información No. 32: 'Cosmología'
Por el Profesor Joseph Silk
El Universo:
A través de un estudio de los movimientos de las galaxias, puede deducirse que todas se están alejando unas de otras. Es simple deducir a partir de esto, que en algún momento en el pasado deben haber estado mucho más juntas de lo que están ahora.La cosmología es el estudio del origen y desarrollo del universo, y la teoría más popular actualmente es la del 'Big Bang'. Ésta teoriza que hace cerca de 20.000 millones de años, toda la materia y el espacio que hacen el universo, estaban concentrados en un volumen muy pequeño.La teoría dice que el universo comenzó a existir como un volumen extremadamente pequeño lleno de energía, lo que dio al universo una temperatura muy alta. Al expandirse el universo, las partículas atómicas fundamentales se formaron en una mezcla dominada por el hidrógeno, con algo de helio, y casi nada más.
Algunos de los mayores problemas actuales en astrofísica, surgen de la consideración de cómo se formaron las galaxias, y cuál es la naturaleza de la masa del universo (sólo podemos identificar 10 por ciento de lo que debe estar allí).
El estudio del universo primitivo es posible debido a que la velocidad de la luz es finita.Al mirar las galaxias a muchos millones de años-luz de distancia, las vemos como eran cuando la luz salió de ellas -- hace muchos millones de años. Estos objetos remotos son, por supuesto, muy tenues, y esa es la razón por la que los astrónomos siempre están queriendo usar telescopios más grandes, y detectores más eficientes, para poder medir más atrás en el tiempo.
La evidencia del Big Bang:
Hasta muy entrado este siglo, los astrónomos no sabían que la Vía Láctea era una galaxia, y que los 'universos-islas' visibles a través de los más grandes telescopios eran galaxias, sistemas de muchas, muchas estrellas agrupadas como en la Vía Láctea.
Hubble hizo el descubrimiento fundamental que demostró esto.Él demostró, a partir del espectro de las galaxias, que la velocidad de recesión aumentaba con la distancia. Lo que se deduce a partir de esto, es que el espacio se está expandiendo, y pronto se apreció que la Vía Láctea era sólo una, de una gran cantidad de galaxias, y que ella, como el Sol, no ocupaba un lugar especial en el sistema de galaxias.
A partir de la observación de galaxias en longitudes onda ópticas, no era posible encontrar efectos evolutivos, y así la hipótesis de que el universo estaba en un estado estacionario era plausible. Con el advenimiento de los grandes radiotelescopios, se encontró que había muchas más tenues radio-galaxias de lo que cabría suponer en un universo en estado estacionario. De hecho, se demostró que era probable que todas las galaxias se hubieran originado en un volumen muy pequeño -- el Big Bang.
Esta teoría recibió estímulo cuando una radiación a 3 grados Kelvin, la radiación de fondo de microondas, fue descubierta viniendo de todas las direcciones del espacio. Esta radiación se predijo que era un remanente de tiempos muy primitivos en la edad del universo, antes de que se formara la materia, cuando el universo estaba todavía lleno con radiación caliente. La radiación era isotrópica, y correspondía a la radiación corrida hacia el rojo del Big Bang.
Predicciones a partir del Big Bang:
El análisis teórico del Big Bang ha tenido varios éxitos en la predicción de las propiedades del universo resultante. El mayor de ellos es la predicción de la abundancia relativa de los elementos y sus ratas isotópicas. Cuando las más antiguas estrellas, cuyos materiales han sido los menos alterados por la acumulación de materiales procesados en los centros de anteriores generaciones de estrellas, son investigadas, se ha demostrado que sus ratas de abundancia están en excelente acuerdo con las predichas.
Sin embargo, hay problemas con la teoría. Uno de ellos, es que la misma naturaleza isotrópica del fondo de microondas, indica que las etapas primitivas del universo fueron completamente uniformes. Cuando miramos el universo actual, vemos desuniformidades a todo nivel. Nosotros mismos somos ejemplos de agregados de masa, como lo son las estrellas, las galaxias, y las agrupaciones de galaxias en cúmulos y cuerdas. El enigma de cómo esta naturaleza no isotrópica pudo surgir de un universo primitivo isotrópico fue, hasta un punto, aliviado por el descubrimiento del satélite COBE, de que hay pequeñas variaciones en la temperatura de la radiación de microondas, indicando alguna falta de homogeneidad en un tiempo muy primitivo en la edad del universo.
La expansión del universo a partir del Big Bang, es fuertemente dependiente de la masa del universo. Hay un valor crítico que indicaría que el universo se expandirá durante un largo tiempo, gradualmente frenando, y entonces alcanzaría un estado estacionario. Una masa inferior a este valor, significaría que el universo continuará expandiéndose para siempre, mientras que un valor mayor significaría que el universo se expandirá hasta un tamaño máximo, y entonces comenzará a contraerse, eventualmente regresando a un muy pequeño volumen.Los astrónomos piensan, que la masa del universo es igual a este valor crítico, pero sólo podemos 'ver' un décimo de la materia necesaria para alcanzar este valor. La misma discrepancia es vista en la atracción gravitatoria de las galaxias individuales, y en la de los cúmulos de galaxias. La masa parece estar allí, pero no podemos identificarla. Esto es el llamado 'problema de la masa faltante'.
La 'Forma' del Universo:
Uno de los conceptos más difíciles de aceptar, es que el universo es todo lo que hay. No sólo toda la materia y energía, sino también todas las dimensiones. No hay un 'afuera' del universo, y no tiene un 'borde'.
Cuando pensamos en el Big Bang, intuitivamente pensamos en un pequeño universo expandiéndose como una esfera en un espacio vacío. Desgraciadamente, esto es incorrecto. Las dimensiones que usamos comúnmente, tres espaciales, y un tiempo, están todas mezcladas en cuanto concierne al universo primitivo, y nuestros conceptos normales del tiempo y el espacio no son válidos.
La única forma en que esto puede ser parcialmente comprendido, es considerando la analogía bidimensional de la superficie de un globo que está siendo inflado. La superficie es continua en todo lugar, no tiene borde, y sin embargo se expande. La analogía tridimensional (cuya compresión escapa al autor!) representaría al universo.
Principios Cosmológicos:
El científico, aunque no necesariamente el poeta o el teólogo, comienza su estudio del Universo asumiendo que las leyes físicas, medidas localmente en el laboratorio, tienen una aplicación más general.Si los experimentos comprueban que esta suposición es incorrecta, entonces uno procede a explorar las generalizaciones de la física local.En este espíritu, la cosmología, la ciencia de los estudios del Universo, se desarrolla por extrapolación a lugares remotos en el espacio y el tiempo, de leyes físicas verificadas localmente, que puedan ser comprobadas con las modernas técnicas astronómicas.En una teoría cosmológica se busca la simplicidad en escalas suficientemente grandes. Las teorías exitosas en física y matemáticas son invariablemente las más simples, con el menor número de grados de libertad arbitrarios.Postular que Titán sostenía los cielos (De dónde vino? Por qué no se aburría? O le daba sueño?) requería muchas más suposiciones ad hoc que el entendimiento de que las órbitas de los planetas en el campo gravitatorio de Sol, eran suficientes para impedir que cayeran en la Tierra como estrellas fugaces.
A diferencia de otras ramas de la ciencia, la cosmología es única en que sólo hay un Universo disponible para el estudio. No podemos ajustar un parámetro, modificar otro, y terminar con un sistema diferente para experimentar. No podremos nunca saber qué tan único es nuestro Universo, porque no tenemos otro Universo para compararlo. El Universo significa todo lo que es o será jamás observable, así que jamás podremos esperar ver otro Universo.
Sin embargo, podemos imaginar otros posibles Universos. Podríamos tener un Universo sin galaxias, estrellas o planetas. Es innecesario decir que el hombre no podría existir en tal Universo.El hecho mismo de que nuestra especie halla evolucionado en el planeta Tierra impone restricciones significativas sobre las posibles formas en que nuestro Universo ha evolucionado. De hecho, algunos cosmólogos piensan que esta podría ser la única forma en que podremos abordar asuntos tales como: Por qué el espacio tiene tres dimensiones?, o, Por qué el protón tiene una masa que es precisamente 1.836 veces mayor que la del electrón?Si alguno de estos no fuera el caso, nosotros ciertamente no estaríamos aquí.Podemos llevar el argumento más allá: Nuestra actual existencia requiere que el Universo halla tenido tres dimensiones espaciales, y el protón una masa de 1.836 electrones. A esta conclusión se le llama "Principio Cosmológico Antrópico": Particularmente, que el Universo debe ser compatible con el origen y desarrollo de vida inteligente.Por supuesto, esto no es una explicación, y el principio antrópico no tiene significado físico alguno. Más bien, limita nuestras posibilidades. Podría existir una multitud de Universos radicalmente diferentes sobre los que no tenemos que preocuparnos.
Es inevitable que un astrónomo estudie objetos remotos en el tiempo, así como en el espacio; La luz viaja una distancia de 300.000 Kilómetros en un segundo, o diez millones de millones de Kilómetros en un año.La estrella más cercana, Alfa Centauri, está a 4,3 años-luz de nosotros: La vemos como era hace más de cuatro años. La galaxia más cercana comparable con nuestra Vía Láctea está a 2 millones de años-luz de distancia: Vemos la Galaxia de Andrómeda, un objeto de ojo desnudo bajo un cielo oscuro, como era cuando el homo sapiens todavía no había evolucionado.Un telescopio grande es una máquina del tiempo que puede llevarnos parte del camino hacia la creación, para examinar regiones de las que la luz emanó hace más de cinco mil millones de años, antes de que nuestro Sol se hubiera formado.Para el cosmólogo, el asunto de la creación es inevitable.
Hay tres posibilidades que uno podría concebir para la creación del Universo:
El comienzo fue un estado singular, no descriptible por la ciencia física.Un escéptico podría preguntar, Qué hacía Dios antes de que Él creara el Universo?La respuesta apócrifa es que Él estaba preparando el Infierno para la gente que pudiese hacer tales preguntas (atribuida a San Agustín).
El comienzo fue el estado más simple y permanente imaginable, conteniendo dentro de sí las semillas de la futura evolución.Esta es la posición moderna, y uno busca las leyes físicas correctas que describan este estado inicial.
No hubo creación, y el Universo es inalterable y de edad infinita. Podemos tratar de distinguir entre las últimas dos posibilidades, las únicas dos opciones sobre las que las herramientas científicas podrían ser utilizadas.Las anteriores consideraciones sobre la simplicidad de una teoría exitosa, están incorporadas en un simple principio que sirve de guía para construir un modelo del Universo. Hay varias versiones de tal principio cosmológico.
El "Principio Cosmológico" afirma que el Universo, en promedio, se ve igual desde cualquier punto. Es motivado por el argumento de Copérnico sobre que la Tierra no está en una posición central, preferida.Si el Universo es localmente isotrópico, visto desde cualquier punto, es por lo tanto tambien uniforme.Así que el principio cosmológico afirma que el universo es aproximadamente isotrópico y homogéneo, visto por cualquier observador estático. Esto permite la posibilidad de muy diversos estados pasados y futuros para el Universo.
Una versión más fuerte, el "Principio Cosmológico Perfecto", va más allá: El Universo parece el mismo desde todo punto y desde todos los tiempos.En otras palabras, no pudo haber evolución: El Universo debe siempre estar en el mismo estado, al menos en un promedio sobre tiempos largos. Finalmente, el "Principio Cosmológico Antrópico" argumenta que el Universo debe haber sido construido como para haber conducido al desarrollo de la inteligencia.
La Obscuridad del Cielo Nocturno:
La Paradoja de Olbers es: "Por qué es obscuro el cielo en la noche?"Olbers (y otros antes que él) asumieron que tanto la frecuencia espacial promedio como la luminosidad de las estrellas (y galaxias) es aproximadamente constante a través del espacio y en el tiempo.Considere cualquier concha grande de materia de radio r y grosor dr.La luz desde esta concha es 4 Pi r2 dr n L, donde el número de estrellas por unidad de volumen es n y la luminosidad de una estrella es L.Así que la radiación medida en el centro de la concha es n L dr, y no depende del radio de la concha.Al sumar las contribuciones de conchas concéntricas más y más distantes (todas de igual grosor), la radiación medida en el centro parece aumentar sin límite.Esto no es completamente correcto, puesto que la luz de una estrella distante es interceptada por una estrella intermedia, pero esperaríamos que el cielo fuera tan brillante como la superficie de una estrella. Cualquier línea de visión debe, tarde o temprano, caer en una estrella.Esta conclusión se aplica en cualquier punto arbitrario, y por lo tanto se aplica en todas partes.
Tenemos una contradicción con la observación trivial de que aparte de la Vía Láctea, nuestra propia Galaxia, el cielo nocturno es notablemente obscuro.La paradoja de Olbers no se resuelve admitiendo el polvo interestelar, como Olbers sugirió, puesto que él absorbe e irradia energía.
Posibles soluciones son:(A) El Universo es joven, así que las estrellas sólo han estado brillando por cerca de diez mil millones de años, o(B) El Universo es de edad infinita, pero en expansión, de manera que evita un estado de equilibrio termodinámico.
La expansión "enfría" el Universo, debido al "Corrimiento de Doppler" (que enrojece la luz o reduce la energía de los fotones recibidos de una fuente que se aleja).Por supuesto, el Universo podría ser joven y estar en expansión, pero sólo la hipótesis B requiere la expansión.
Cosmología del Estado Estacionario:
"Steady State Universe" (Universo en Estado Estacionario, Bondi, Gold, y Hoyle, 1949) postula la creación de materia a partir del vacío, para satisfacer el Principio Cosmológico Perfecto (la densidad es constante y el Universo parece el mismo, en promedio sobre grandes volúmenes y tiempos). Este postulado fue motivado por un aparente problema de escala de tiempo.Hubble encontró que el Universo de galaxias se expandía con una velocidad dada por: V = H0 * R, que aumentaba sistemáticamente con la distancia R a la galaxia. H0 es la tasa de expansión de Hubble.Esto significa que si no ha habido aceleración o deceleración, toda la materia debe haber estado amontonada al inicio de la expansión; hace un tiempo R/V o 1/H0.Se encontró que la tasa de expansión de Hubble actualmente era H0= 500 km/s/Mpc en el trabajo original de Hubble.Esto significa que 1/H0 = 2 mil millones de años, era un límite superior para la edad del Universo.
Uno podría comparar esto con la técnica de fechado por radioactividad de las rocas antiguas, p. ej. U238 -> Pb205 con una vida-media de 4x109 años.Medidas en diferentes muestras de rocas y meteoritos, las actuales abundancias de isótopos del plomo permiten un estimado de su edad. Inferimos 4.6x109 años para las más antiguas rocas meteóricas o Lunares (4.600 millones de años).
La teoría de evolución estelar, con fusión de hidrógeno en helio como fuente de energía, produce la edad de los cúmulos globulares, las estrellas más antiguas en nuestra Galaxia.El punto de quiebre en la secuencia principal denota la duración de la era observada de "quemado" de hidrógeno, mientras que la rama horizontal en el diagrama H-R indica la posición de las estrellas que están "quemando" helio. La edad inferida para ajustarse al diagrama H-R observado es 10x109 años (10 mil millones de años).La discrepancia entre la edad de Expansión Universal, por una parte, y las edades de los meteoritos y estrellas por la otra, fue removida en los 1950s, cuando se obtuvo un valor más preciso para H0.El mejor valor moderno es H0 = 50 km/s Mpc, o 1/H0 = 20x109 años (20 mil millones de años).
Las predicciones clave de la Cosmología del Estado Estacionario eran que:
Hubo y hay creación de un átomo de hidrógeno por metro cúbico cada 1010 años.La creación se asume que ocurre a partir del vacío, violando radicalmente la ley de conservación de la masa y energía.Se esperaba que tambien se produjera antimateria, produciendo un fondo de rayos gamma que resultaría de la ocasional aniquilación de protones y antiprotones. No se quiere violar tambien otra ley fundamental, la ley de conservación de la carga eléctrica. Por tanto otra posible forma de nueva materia creada son neutrones. Estos decaen dejando gas caliente que emite rayos-X difundiéndose por el Universo. Ni los esperados rayos gamma cósmicos, ni los rayos-X, fueron observados, de modo que la teoría fue modificada para postular creación sólo en densos núcleos que identificamos con los núcleos de las galaxias.
No ha podido ocurrir evolución a grandes distancias.La cuenta de fuentes de radio investigó esta predicción:N(>f) es el número observado más brillantes que el flujo f, el cual, para una fuente a una distancia d, con luminosidad L, está dada por f = L/4Pi d2. Así que la distancia hasta la que es posible observar, en un sondeo limitado por flujo, de fuentes con idéntica luminosidad L es d = (L/4Pi f)1/2.Ahora bien, el número total de fuentes medidas en un sondeo de todo el cielo es N=(4/3)Pi d3n, donde n es la densidad de la fuente.El modelo del Estado Estacionario predice que n = constante, de manera que N(>f) es proporcional a d3 o (L/f)3/2, prediciendo que al aumentar la sensibilidad del sondeo (o al disminuir f), N(>f) debería aumentar como f-3/2 en el espacio Euclidiano.Las observaciones revelaron un aumento mucho más fuerte en la cuenta de fuentes.Los proponentes del modelo del Estado Estacionario en los 1950s argumentaron que podríamos estar viviendo en un rincón muy local. Sin embargo, subsiguientes identificaciones ópticas y determinaciones de distancia han mostrado que principalmente las fuentes de radio son radio galaxias y quasares que están a varios miles de millones de mega-parsecs de nosotros, demostrando que la evolución debe estar ocurriendo sobre una escala del orden de 1010 años. Las galaxias luminosas emisoras de radio eran mucho más frecuentes en el pasado que lo que parecen ser actualmente. El golpe final para la teoría del Estado Estacionario vino con el descubrimiento del Fondo Cósmico de Microondas en 1964.Este era evidencia directa de radiación originada en una fase densa y caliente del Universo, como predijo la teoría del Big Bang. Está caracterizada por un espectro de cuerpo negro apropiado para un cuerpo negro a 2,75 grados Kelvin. La intensidad de la radiación un cuerpo negro tan frío, llega a un máximo en una longitud de onda de 1mm, en la banda de microondas.Para explicar tal radiación en un modelo de Estado Estacionario se requiere postular la presencia universal de gramos de polvo milimétricos, que absorberían un intenso campo de radiación producido por muchas galaxias excepcionalmente luminosas, y lo re-irradiarían a la temperatura apropiada.Esta interpretación es tan artificial, y requiere tantas conjeturas especiales, que es considerada muy poco posible.
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martes, 6 de marzo de 2007
Franlin Domínguez Cruz
Juan Pablo Duarte y sus hijos
Por Franklin Domínguez Cruz
El autor es periodista martes 6 de marzo de 2007
A propósito de la Reforma Constitucional y demás intereses nacionales, veo favorable que muchos secretos de la historia sean desvelados antes de presentar la Consulta Popular a la Comisión Ejecutiva de la Reforma, para el proceso de depuración del cual somos miembros, representante del Municipio de Restauración. Provincia Dajabón.
El asunto es que el Patriota ideal. Juan Pablo Duarte y Diez, (JPD) fue padre de dos hijas, de la unión con su prima Vicenta Diez, hija del hermano de su madre Manuela Diez. Esta relación fue considerada como una afrenta a la Patria, por los oportunistas.
Sin embargo; la duda se disipó en los años 1990-92 , cuando líderes políticos, escritores, historiadores, empresarios, comerciantes, periodistas y amigos de la familia Duarte, apoyándose en personas como José Francisco Peña Gómez, Freddy Beras Goico, Rafael Castro Martínez, y Don Tito Mella, quien ayudó a encontrar la familia Garófalo Duarte, en Puerto Rico.
Además; Rafael Padilla, impresor y Raimundo Tirado, descendiente de la familia Duarte ¡un Duartiano impetuoso!
De Venezuela se integraron para esta investigación el Presidente Carlos Andrés Pérez y el Escritor sobresaliente, Senador, Ramón J. Velásquez. Así como; el secretario de la Academia de Historia de Venezuela y el Periodista Herman Courlaender Duarte.
Estos demuestran con sus aseveraciones que Juan Pablo Duarte y Diez, tenía familia con hijos, aquí en Republica Dominicana y en la Republica de Venezuela, luego.
¡Entonces! ¿Porque la Academia de la Historia de la RD? ¡ ahora! ¿No se ocupa de desentrañar este secreto de Estado guardado por tanto tiempo?
La Investigación del asunto toma cuerpo en el año 1955, cuando el Boricua, (P.R.)
Luis Padilla D´ Onis, se convierte en el pionero de las indagaciones para conocer la descendencia del General Juan Pablo Duarte y Diez, ideólogo y fundador, de nuestra Independencia Nacional.
La Tiranía del generalísimo Rafael L. Trujillo Molina (RLTM) impedía rotundamente conocer la remota idea, de que el Prócer tuviera descendientes. ¡vainas de Trujillo!
Los historiadores Dominicanos, ignorante y genuflexos ante la tiranía, crearon una repulsa unánime, sencillamente negando tales aseveraciones ¡esas plumas cagas tintas!
Esta reacción provocó naturalmente un aislamiento en el investigador Padilla; y valor a la vez, al ver que el Duarte humano, sencillo y real, tenía que estar por alguna parte.
D´Onis, la encontró con la colaboración de muchas gentes, que años después se ligaron a darle luz a esta verdad, la inmolación de una familia por el padre salvar su Patria.
¡La verdad sobre Juan Pablo Duarte y sus descendientes!
Recordaran amig@s lectores que la Madre de JPD. Doña Manuela Diez, es nativa de el Seibo, Paraje Jovero de Miches, Sabana de la Mar y la otra parte Duarte, del Paraje La Bajada, San Francisco de Macorís, donde vivía un hijo de Vicente Celestino Duarte.
“Vicenta Diez, sale de manera clandestina de Santo Domingo, con su hija Sinforosa de pocos meses de nacida procreada con JPD, estas fueron a parar al jovero”
Los nombres de estos personajes recogidos en la historia, tales como; Dr, Manuel Ponce de León y el general José Melenciano, fueron actores del drama verdadero de los descendientes de Duarte.
Archivos y Documentos en Puerto Rico y Venezuela, avalan que el académico Emilio Tejera Bonetti de indudable buena fe, quiso investigar la ascendencia de los hijos del Patricio y lo que hizo fue fabricarle descendencia falsificada a Juan Pablo Duarte.
Resultados de la investigación de Tejera Bonetti:
El Segundo apellido del padre de Duarte, era de Berger y no Rodríguez, como señala Máximo Coiscou Enríquez, porque Don Juan José, padre de Juan Pablo, firmó cuando compró la casa en la calle Atarazana, Juan José Duarte de Berger, por que aquellos españoles, acostumbraban a dar el nombre del pueblo de origen en su segundo apellido.
Pinceladas de la vida del Patricio, recordando su natalicio.
El 26 de enero de 1813, nace el niño JPD., apenas tenia 9 años, cuando el presidente Pedro Boyer, ocupa la antigua parte española de la isla. De su infancia, la historia nos dice muy poco.
Fue en 1830, cuando aún adolescente viaja a Europa, para estudiar en Londres, auspiciado por su padre, comerciante de Santo Domingo.
El buque, hizo escala en varios países; Venezuela, Colombia, Estados Unidos, España y Francia. En esta travesía Duarte, inicia sus estudios con la grata experiencia de la navegación abnegada, en tan larga y aquilatada excursión.
Consolidó su Patriotismo hacia Quisquella, con el firme propósito de liberar su país de la dominación haitiana. Se ha dicho que el capitán del Velero ingles, le significó al joven,-
-“No me explico como la parte oriental de la isla de Santo Domingo, pobladas por blancos, está dominada por negros hijos de esclavos, este es el único lugar del mundo que acepta semejante humillación”-
Duarte sentenció en sus memorias desde entonces. “No descansaré ni un momento, hasta ver mi patria redimida del tutelaje haitiano”.
Las múltiples paradas del Buque en las ciudades señaladas, los contactos con Sucre, quien le impregnó el sentimiento nacionalista. Estados Unidos, allí estudió “Ventajas del Régimen democrático” En España aborreció el colonialismo, en Francia vislumbró la Libertad y en Londres, conoció el más perfecto sistema de gobierno.
Así lo señala el Patriota cuando le escribía a su amigo Félix Maria del Monte, resumiendo sus razones así; “el ingles es un hombre libre, el Francés apenas un hombre; y el Español es un bárbaro”.
El retorno de Duarte.
Bienvenido ¡OH ciudadano del mundo! Eres el mas puro, el más constante, valeroso y abnegado de los libertadores nacionalistas!
En la sociedad de Santo Domingo, Juan Pablo se codeó y tuvo un romance de escasa duración con una señorita, porque el “se sentía desposado con la patria y su movimiento en gestación por la autonomía de su pueblo”-decia.
Su ideario de Libertad, traspasa toda la sociedad sucumbida por la extraña incidencia del impostor. En su fatigante lucha por la independencia, ensancha conocimientos, con el estudio de idioma, practica esgrima, espada, machete y se involucra con su padre en el comercio.
Uniendo voluntades de grupo, casa por casa; crea las Sociedades La Trinitaria y
La Filantrópica, con la primera, asocia con sangre la divina trinidad y con la segunda asocia a los iniciados con el bien común.
Los sentimientos de Juan Pablo, esposo y padre.
¡Aquí! Aparece el segundo detalle de la parte romántica del Joven amador, ahora el amor toca la puerta de su corazón, presionándolo a tener herederos, que podrían continuar su obra grandiosa en caso de que perezca, reclamo al que no debe negarse según las indicaciones de sus padres.
La elegida para perpetuar su sangre y sus ideales, es nada mas y nada menos que; sangre de su sangre, carne de su carne, ¡Vicenta Diez! hija de su tío Félix Diez .
Agregamos que el echo de Duarte, mantenerse siempre oculto en la casa de sus parientes, estableció las condiciones para un romance con su prima, la bella Vicenta, quedando embarazada lo que obligó a un matrimonio secreto ante un notario autorizado.
Dicen que el acta de matrimonio se encuentra extraviada, pero con el tiempo han aparecido acta de bodas, como la de Antonio Duvergé con Rosa Montas y otras.
Con su esposa Vicenta, Juan Pablo Duarte, procreó dos hijas Carmen Sandalia y Sinforosa Duarte Diez, la primera nacida en 1841 y la última en1843, año crucial del Prócer por las encarnizadas persecuciones recibidas de los haitianos.
Las actas de nacimientos de las niñas fueron desaparecidas por los esbirros del pasado.
Al conocerse de la conspiración que organizaba Duarte y sus discípulos los trinitarios, se impuso el exilio; el ideológico y otros, fueron expatriados a Venezuela.
A Vicenta Diez, le recomendó el patricio que para liberarse de cualquier persecución, se mudara para el jovero, a la casa de su amigo Simón Paredes y que dejase la mayor de las niñas, Carmen Sandalia en poder de su Padrino Blas Pérez.
JPD, le recomendó a su compañera que disfrazara su identidad para que no fuera asesinada por las huestes opresora, que cambiara su apellido Diez por Díaz y que su esposo se llamara Juan Sotero Duarte.
Por todas estas peripecias y luego del Trabucazo de los Febreritas, Duarte regresa de Saint Thomas, a su Patria liberada del yugo opresor, pero las responsabilidades de Padre de la Patria son enormes, que le impedían visitar a su familia en el Jovero, Sabana de la Mar.
Le escribo, escépticos lectores; de una naciente nación carente de todo, sin organización de servicios públicos, ni direcciones Estatales, una nación acabada de nacer, para colmo, se le avisa del movimiento de 30, mil militares haitianos que se acercan, al mando del presidente Herard Aimé, venían en campaña de recuperación.
Las constantes luchas intestinas, la expulsión de Juan Pablo, por Thomas Bobadilla y Briones, exiliándose en: Alemania, Puerto Rico Y Curazao, ya en Venezuela se ocupa de trasladar en su familia desde Santo Domingo.
El tiempo pasa anunciando las hojas del calendario, al paso de los días; Duarte se entrevista en las calles de Venezuela con un Dominicano de Sabaneta, que al parecer no tiene nexos con los gobiernistas.
Le pareció un hombre honrado y le solicitó, que le entregara dos cartas a su amigo el Dr., Manuel Ponce de León, otra para Simón Paredes, la cual le pedía le enviara a Caracas, su hija Carmen Sandalia y que le mandara noticias de Vicenta y Sinforosa.
¡Que drama de la familia Duarte Diez! La esposa se mudó a Río San Juan, huyendo de la persecución de Buenaventura Báez, que se enteraba por reportes y quería volarlas. Vicenta y la hija se establecieron en Samaná, al regreso por Monte Cristi, supo existían.
E l valor de un Patriota, que puso en peligro su familia y la perdió por salvar una nación, Duarte merece todo el respecto, pero además; merece que el pueblo sepa la verdad sobre los hechos y que la constitución Dominicana le de derechos patrimoniales a los descendientes de esa familia.
Sandalia emigró a Venezuela, pero fue secuestrada y violada por piratas y la joven fue entregada muerta a su entristecido padre.
La descendencia del Patricio Juan Pablo Duarte, convive en Puerto Rico y en Venezuela, sin que ningún nacionalista Dominicano le interese desentrañar el linaje del “Cristo de la Libertad”
“¡OH cuanto se engrandece Duarte, por ese acto de sacrificar sus hijos por esta Patria!”
¡Salve Padre de la Patria por los siglos de Quisqueya!
“Muero tranquilo amada patria mía porque se que eres libre y que siempre lo será.”JPD.
franklindominguezcruz7@univision.com
Por Franklin Domínguez Cruz
El autor es periodista martes 6 de marzo de 2007
A propósito de la Reforma Constitucional y demás intereses nacionales, veo favorable que muchos secretos de la historia sean desvelados antes de presentar la Consulta Popular a la Comisión Ejecutiva de la Reforma, para el proceso de depuración del cual somos miembros, representante del Municipio de Restauración. Provincia Dajabón.
El asunto es que el Patriota ideal. Juan Pablo Duarte y Diez, (JPD) fue padre de dos hijas, de la unión con su prima Vicenta Diez, hija del hermano de su madre Manuela Diez. Esta relación fue considerada como una afrenta a la Patria, por los oportunistas.
Sin embargo; la duda se disipó en los años 1990-92 , cuando líderes políticos, escritores, historiadores, empresarios, comerciantes, periodistas y amigos de la familia Duarte, apoyándose en personas como José Francisco Peña Gómez, Freddy Beras Goico, Rafael Castro Martínez, y Don Tito Mella, quien ayudó a encontrar la familia Garófalo Duarte, en Puerto Rico.
Además; Rafael Padilla, impresor y Raimundo Tirado, descendiente de la familia Duarte ¡un Duartiano impetuoso!
De Venezuela se integraron para esta investigación el Presidente Carlos Andrés Pérez y el Escritor sobresaliente, Senador, Ramón J. Velásquez. Así como; el secretario de la Academia de Historia de Venezuela y el Periodista Herman Courlaender Duarte.
Estos demuestran con sus aseveraciones que Juan Pablo Duarte y Diez, tenía familia con hijos, aquí en Republica Dominicana y en la Republica de Venezuela, luego.
¡Entonces! ¿Porque la Academia de la Historia de la RD? ¡ ahora! ¿No se ocupa de desentrañar este secreto de Estado guardado por tanto tiempo?
La Investigación del asunto toma cuerpo en el año 1955, cuando el Boricua, (P.R.)
Luis Padilla D´ Onis, se convierte en el pionero de las indagaciones para conocer la descendencia del General Juan Pablo Duarte y Diez, ideólogo y fundador, de nuestra Independencia Nacional.
La Tiranía del generalísimo Rafael L. Trujillo Molina (RLTM) impedía rotundamente conocer la remota idea, de que el Prócer tuviera descendientes. ¡vainas de Trujillo!
Los historiadores Dominicanos, ignorante y genuflexos ante la tiranía, crearon una repulsa unánime, sencillamente negando tales aseveraciones ¡esas plumas cagas tintas!
Esta reacción provocó naturalmente un aislamiento en el investigador Padilla; y valor a la vez, al ver que el Duarte humano, sencillo y real, tenía que estar por alguna parte.
D´Onis, la encontró con la colaboración de muchas gentes, que años después se ligaron a darle luz a esta verdad, la inmolación de una familia por el padre salvar su Patria.
¡La verdad sobre Juan Pablo Duarte y sus descendientes!
Recordaran amig@s lectores que la Madre de JPD. Doña Manuela Diez, es nativa de el Seibo, Paraje Jovero de Miches, Sabana de la Mar y la otra parte Duarte, del Paraje La Bajada, San Francisco de Macorís, donde vivía un hijo de Vicente Celestino Duarte.
“Vicenta Diez, sale de manera clandestina de Santo Domingo, con su hija Sinforosa de pocos meses de nacida procreada con JPD, estas fueron a parar al jovero”
Los nombres de estos personajes recogidos en la historia, tales como; Dr, Manuel Ponce de León y el general José Melenciano, fueron actores del drama verdadero de los descendientes de Duarte.
Archivos y Documentos en Puerto Rico y Venezuela, avalan que el académico Emilio Tejera Bonetti de indudable buena fe, quiso investigar la ascendencia de los hijos del Patricio y lo que hizo fue fabricarle descendencia falsificada a Juan Pablo Duarte.
Resultados de la investigación de Tejera Bonetti:
El Segundo apellido del padre de Duarte, era de Berger y no Rodríguez, como señala Máximo Coiscou Enríquez, porque Don Juan José, padre de Juan Pablo, firmó cuando compró la casa en la calle Atarazana, Juan José Duarte de Berger, por que aquellos españoles, acostumbraban a dar el nombre del pueblo de origen en su segundo apellido.
Pinceladas de la vida del Patricio, recordando su natalicio.
El 26 de enero de 1813, nace el niño JPD., apenas tenia 9 años, cuando el presidente Pedro Boyer, ocupa la antigua parte española de la isla. De su infancia, la historia nos dice muy poco.
Fue en 1830, cuando aún adolescente viaja a Europa, para estudiar en Londres, auspiciado por su padre, comerciante de Santo Domingo.
El buque, hizo escala en varios países; Venezuela, Colombia, Estados Unidos, España y Francia. En esta travesía Duarte, inicia sus estudios con la grata experiencia de la navegación abnegada, en tan larga y aquilatada excursión.
Consolidó su Patriotismo hacia Quisquella, con el firme propósito de liberar su país de la dominación haitiana. Se ha dicho que el capitán del Velero ingles, le significó al joven,-
-“No me explico como la parte oriental de la isla de Santo Domingo, pobladas por blancos, está dominada por negros hijos de esclavos, este es el único lugar del mundo que acepta semejante humillación”-
Duarte sentenció en sus memorias desde entonces. “No descansaré ni un momento, hasta ver mi patria redimida del tutelaje haitiano”.
Las múltiples paradas del Buque en las ciudades señaladas, los contactos con Sucre, quien le impregnó el sentimiento nacionalista. Estados Unidos, allí estudió “Ventajas del Régimen democrático” En España aborreció el colonialismo, en Francia vislumbró la Libertad y en Londres, conoció el más perfecto sistema de gobierno.
Así lo señala el Patriota cuando le escribía a su amigo Félix Maria del Monte, resumiendo sus razones así; “el ingles es un hombre libre, el Francés apenas un hombre; y el Español es un bárbaro”.
El retorno de Duarte.
Bienvenido ¡OH ciudadano del mundo! Eres el mas puro, el más constante, valeroso y abnegado de los libertadores nacionalistas!
En la sociedad de Santo Domingo, Juan Pablo se codeó y tuvo un romance de escasa duración con una señorita, porque el “se sentía desposado con la patria y su movimiento en gestación por la autonomía de su pueblo”-decia.
Su ideario de Libertad, traspasa toda la sociedad sucumbida por la extraña incidencia del impostor. En su fatigante lucha por la independencia, ensancha conocimientos, con el estudio de idioma, practica esgrima, espada, machete y se involucra con su padre en el comercio.
Uniendo voluntades de grupo, casa por casa; crea las Sociedades La Trinitaria y
La Filantrópica, con la primera, asocia con sangre la divina trinidad y con la segunda asocia a los iniciados con el bien común.
Los sentimientos de Juan Pablo, esposo y padre.
¡Aquí! Aparece el segundo detalle de la parte romántica del Joven amador, ahora el amor toca la puerta de su corazón, presionándolo a tener herederos, que podrían continuar su obra grandiosa en caso de que perezca, reclamo al que no debe negarse según las indicaciones de sus padres.
La elegida para perpetuar su sangre y sus ideales, es nada mas y nada menos que; sangre de su sangre, carne de su carne, ¡Vicenta Diez! hija de su tío Félix Diez .
Agregamos que el echo de Duarte, mantenerse siempre oculto en la casa de sus parientes, estableció las condiciones para un romance con su prima, la bella Vicenta, quedando embarazada lo que obligó a un matrimonio secreto ante un notario autorizado.
Dicen que el acta de matrimonio se encuentra extraviada, pero con el tiempo han aparecido acta de bodas, como la de Antonio Duvergé con Rosa Montas y otras.
Con su esposa Vicenta, Juan Pablo Duarte, procreó dos hijas Carmen Sandalia y Sinforosa Duarte Diez, la primera nacida en 1841 y la última en1843, año crucial del Prócer por las encarnizadas persecuciones recibidas de los haitianos.
Las actas de nacimientos de las niñas fueron desaparecidas por los esbirros del pasado.
Al conocerse de la conspiración que organizaba Duarte y sus discípulos los trinitarios, se impuso el exilio; el ideológico y otros, fueron expatriados a Venezuela.
A Vicenta Diez, le recomendó el patricio que para liberarse de cualquier persecución, se mudara para el jovero, a la casa de su amigo Simón Paredes y que dejase la mayor de las niñas, Carmen Sandalia en poder de su Padrino Blas Pérez.
JPD, le recomendó a su compañera que disfrazara su identidad para que no fuera asesinada por las huestes opresora, que cambiara su apellido Diez por Díaz y que su esposo se llamara Juan Sotero Duarte.
Por todas estas peripecias y luego del Trabucazo de los Febreritas, Duarte regresa de Saint Thomas, a su Patria liberada del yugo opresor, pero las responsabilidades de Padre de la Patria son enormes, que le impedían visitar a su familia en el Jovero, Sabana de la Mar.
Le escribo, escépticos lectores; de una naciente nación carente de todo, sin organización de servicios públicos, ni direcciones Estatales, una nación acabada de nacer, para colmo, se le avisa del movimiento de 30, mil militares haitianos que se acercan, al mando del presidente Herard Aimé, venían en campaña de recuperación.
Las constantes luchas intestinas, la expulsión de Juan Pablo, por Thomas Bobadilla y Briones, exiliándose en: Alemania, Puerto Rico Y Curazao, ya en Venezuela se ocupa de trasladar en su familia desde Santo Domingo.
El tiempo pasa anunciando las hojas del calendario, al paso de los días; Duarte se entrevista en las calles de Venezuela con un Dominicano de Sabaneta, que al parecer no tiene nexos con los gobiernistas.
Le pareció un hombre honrado y le solicitó, que le entregara dos cartas a su amigo el Dr., Manuel Ponce de León, otra para Simón Paredes, la cual le pedía le enviara a Caracas, su hija Carmen Sandalia y que le mandara noticias de Vicenta y Sinforosa.
¡Que drama de la familia Duarte Diez! La esposa se mudó a Río San Juan, huyendo de la persecución de Buenaventura Báez, que se enteraba por reportes y quería volarlas. Vicenta y la hija se establecieron en Samaná, al regreso por Monte Cristi, supo existían.
E l valor de un Patriota, que puso en peligro su familia y la perdió por salvar una nación, Duarte merece todo el respecto, pero además; merece que el pueblo sepa la verdad sobre los hechos y que la constitución Dominicana le de derechos patrimoniales a los descendientes de esa familia.
Sandalia emigró a Venezuela, pero fue secuestrada y violada por piratas y la joven fue entregada muerta a su entristecido padre.
La descendencia del Patricio Juan Pablo Duarte, convive en Puerto Rico y en Venezuela, sin que ningún nacionalista Dominicano le interese desentrañar el linaje del “Cristo de la Libertad”
“¡OH cuanto se engrandece Duarte, por ese acto de sacrificar sus hijos por esta Patria!”
¡Salve Padre de la Patria por los siglos de Quisqueya!
“Muero tranquilo amada patria mía porque se que eres libre y que siempre lo será.”JPD.
franklindominguezcruz7@univision.com
Germán Santiago
De plagios y escribas de Tronio en la literatura dominicana.
Por Germán Santiago
miércoles 29 de noviembre de 2006,
De la mano de nuevos cronistas, traductores e iluminados al estilo monjes seglares y copistas del Medioevo, el plagio debió estar muy arraigado en Hispanoamérica, cuando una mujer como la dominicana Abigail Mejìa (1895-1941) se aventuró a denunciar que parte de una obra dada a conocer en 1929 en Cuba, era un plagio de otra que había escrito su padre Juan Tomás Mejìa y Cotes (1843-1919).
Se trataba de la traducción de los cuatro primeros tomos de "L'Histoire de l'Isle Espagnole de Saint-Domingue del padre Pierre François Xavier de Charlevoix ( 1682-1761), publicada en París en 1730, sobre lo cual había trabajado también el padre de Abigail, labor que dejó patentizada en la revista dominicana Letras y Ciencias (1892-18980 que dirigía Federico Henríquez y Carvajal (1848-1952). La parte que Abigail consideraba plagiada tenía que ver con el "Descubrimiento de Colón y las primeras etapas de la Conquista ", que a su juicio aparecieron incluida en una "Historia de la Isla y Catedral de Cuba", publicada nada más que por la Academia de la Historia de aquella isla. ¿Y qué resulta? Bueno, que la obra publicada en Cuba pertenecía a Pedro Agustín Morell de Santa Cruz ya fallecido para la época y casi un siglo más viejo que el padre de la dominicana, importante figura que llegó a Secretario de Educación y a presidir la Suprema Corte de Justicia durante los años difíciles de la llamada Tercera Republica. A Morel de Santa Cruz (1694-1768), que no era un santo a pesar de haber sido obispo, se le consideró como uno de los pioneros de la traducción de literatura europea en Cuba, (uno de los primeros en América) y cuando por primera vez aparece su obra publicada de manera póstuma, ya Mejia y Cotes, nacido en San Carlos de Santo Domingo, pero perteneciente a una troncal familia de Bayaguana, también había fallecido.
De Abigail, quien fuera la madre del poeta Abel Fernández Mejía (1931-1997), se sabe que se graduó de Maestra Normal de Segunda Enseñanza en Barcelona, España, en 1912. En 1925 regresó al país, donde desarrolló una importante labor como profesora, escritora y activista del feminismo, al tiempo que colaboraba con una serie de revistas locales y desarrollaba su trabajo creativo. Narradora, educadora, historiadora de la literatura y crítica literaria, vivió en una época difícil para la mujer dominicana, en especial para la mujer creadora o pensante. "Un período de fuerte impronta patriarcal en el que se sucedieron, con breves respiros democráticos, la dictadura lilisista, las insurrecciones, la ocupación extranjera y el totalitarismo trujillista", pero a pesar de ello, Ana Emilia Abigail Mejía Soliere, que era su nombre completo, tuvo el privilegio, gracias a los esfuerzos de su padre de educarse en España y establecer contacto con el medio intelectual y literario barcelonés, lleno de estímulos para alguien de su sensibilidad y su talento. También tuvo el coraje, una vez en su patria, de desarrollar una encomiable labor de investigación y publicaciones, así como en defensa de los derechos de la mujer.
Con sólo leer los títulos de sus libros : "Sueña, Pilarín...", (Novela, 1925); "Historia de la literatura castellana" (1929); "Historia de la literatura dominicana" (1937); "Brotes de la raza", (1926), e "Ideario feminista" (1933) , "advertimos que la hermana de Félix Evaristo Mejia, abarcó numerosos aspectos, pero al leerlos sabemos que a veces no pudo profundizar en ciertos temas que abordó". Muchas de sus obras, reunidas por la Secretaría de Estado Educación (SEE) en el centenario de su nacimiento, revelan la vivacidad de sus ideas, su inquietud existencial y su permanente interés en poner de relieve la contribución de la mujer a la cultura nacional. De manera, que todo lo que hiciera Abigail Mejía transcendía en la sociedad de la época. Por ello, fueron muy comentadas sus imputaciones cuando declaró que su padre había sido víctima de plagio, en una acusación, si se quiere indirecta que carecía de sentido. Max Henríquez Ureña (1885-1968) opina, en su Panorama Histórico de la Literatura Cubana que Abigail Mejía, una crítica bien acreditada y no acostumbrada a perder la compostura, parece que se dejo llevar por el tremendo amor que sentía por su padre, cuya muerte la había impactado, y por ello, obnubilada por le emoción, acusó en tan fuertes términos, "acusación probablemente injusta, toda vez que Charlevoix era demasiado conocido desde época para que Morell de Santa Cruz intentase impunemente el plagio" .
DE LOCKWARD A PEDRO CARO.- Un antecedente del pasado cercano fue el que afectó al periodista y hoy diputado Pedro Caro (con nombre de marqués español que actuó durante las guerras napoleónicas), porque supuestamente copió los versos de un poeta chino. Caro perteneció a la generación de escritores dominicanos del 61, junto a figuras tan importantes como René del Risco y Bermúdez ( (1937-1972)., Miguel Alfonseca (1942-1994), Antonio Lockward (1943), Jeannette Millar (1944-), Juan José Ayuso (1940) , Grace Goiscou, Enriquillo Sánchez (1947-2004) y el haitiano Jacques Viau, Renaud (1942-1965 que moriría luego en la guerra patria de abril del 65 defendiendo la soberanía dominicana. El grueso de ellos se hizo compromisario de aquella causa como el mismo Caro que luego en "Conocimiento de la Ciudad", escribió: "La conocieron después de los escombros./ Por el hijo que estuvo. /Y no aparece./ Por la sangre que tiñe las aceras. / Por el intenso olor a pólvora quemada./ Poemarios suyos fueron "Nuevo canto" (1968), "Asombro de la muerte" (l969) y "Del diario acontecer" (1972).
Después de abril algunos de aquellos poetas postrujillistas fallecieron, como Del Risco y Alfonseca, mientras otros fueron "abatidos" por la lucha ideológica que dio lugar a los grupos de la Post-guerra de "La Máscara, 1965"; "El Puño, 1965"; "La Isla, 1966" y "La Antorcha, 1967". Una parte abandonó aquel primer oficio, como fue el caso de Caro, quien tras su participación efímera en "La Isla", junto Antonio Lockward, Fernando Sánchez Martínez (1941), Wilfredo Lozano, Jimmy Sierra (1945), Andrés L. Mateo (1946), y José Rutinel Domínguez (1942), desapareció del mundo literario a mediados de los años 70, para dedicarse de lleno al periodismo, pero sobre todo, "después que Manuel Lockward, hermano de Antonio, tuvo la osadía de enseñarle un plagio" , "un plagio inexcusable, sin duda, a pesar de los motivos razonablemente románticos que alegó el usurpador que con su acto traicionó el noble oficio creativo", como lo ha calificado Miguel D. Mena (1961).
EL ESCRIBA DE ALMOINA.- Un caso archifamoso, pero al revés, es el de José Almoina , un exiliado español que se la ingenió para llegar a ser secretario personal del tirano Trujillo. Con ese mismo título escribiría luego un libro en Argentina, antes de ser asesinado por esbirros de la tiranía en México, en 1960. A Almoina se le atribuye haber servido de "negro" y o "escriba de Tronio" a la esposa de sátrapa, María Martínez de Trujillo "La españolita"" , para quien habría escrito dos obras que fueron "best sellers", durante la era, como fueron "Falsa amistad" y "Meditaciones morales". Un libro que se le atribuye a Almoina y que se vende en las librerías dominicanas es "Una satrapía en el Caribe", cuyo contenido, hecho público póstumamente, parece haber sido la causa de su asesinato. Allí, Almoina sostiene que Trujillo era bisexual asunto todavía pendiente que yo no descarto y que de demostrarse agregaría otro elemento a las perversidades y depravaciones del tirano.
DE BALAGUER A BOSCH.- Una acusación no menos polémica fue la que le hizo el ex-presidente Balaguer (1906-2002) al célebre escritor norteamericano Ernesto Heminguay (1899-1961) en el año 1982, en la desaparecida Revista Letra Grande. Según Balaguer, el autor de Fiesta, Adiós a las armas y Por quién doblan las campanas, que después del desencanto de la generación perdida pasó a una glorificación de la fuerza moral del hombre en Cuba, plagió nada menos que a Juan Bosch (1909-2001) considerado junto Pedro Henríquez Ureña (1884-1946) las dos figuras más importantes de la intelectualidad dominicana. De acuerdo a Balaguer, la novela corta "El viejo y el mar", de Heminguay, escrita en 1952, es una especie de plagio de "Rumbo al puerto de origen" , de Bosch, acusación que además de crear revuelo (y en defensa de Heminguay), llevó a mucha gente a decir que con ello el Balaguer político más que el Balaguer escritor, buscaba congraciarse con Bosch y ganar su apoyo en un momento en que ambos coincidían en la oposición al PRD (Partido Revolucionario Dominicano). Bosch, oportunamente enarboló su típica honestidad y aclaró que el talento de Heminguay era insuperable y que lo que pudo existir entre "Rumbo al puerto de origen" , (escrito en los años 40s.) y "El viejo y el mar", es pura coincidencia, debido posiblemente, a que ambas obras fueron escritas en Cuba y estuvieron recreadas por las aguas caribeñas de la mayor de las Antillas. Heminguay, nacido en Illinois en 1899 y fallecido en Ketchum, Idaho en 1961, logró el Premio Nóbel en 1954, catapultado precisamente por El viejo y el mar, una obra que como muchas otras del mismo autor, fue llevada al cine y ha generado otras situaciones polémicas como aquella del trashumante escritor chileno Roberto Bolaño (1953-1003), quien atribuyó a su coterráneo Luis Sepúlveda (1949), haberla utilizado para lograr la suya: "Un viejo que leía historias de amor". Por lo tanto, para Bolaños, la novela de Sepúlveda, considerada un bestseller en Latinoamérica, era un plagio de " El viejo y el mar".
BOSCH ASUME SU DEFENSA.- Siguiendo con Bosch, hubo un caso sobre plagio en que éste asumió públicamente su propia defensa y se constituyó en parte civil. Ocurrió en el mes de abril de 1976, cuando acudió al programa Dimensión Femenina, que se pasaba por Color Visión. Allí, el prolijo escritor dominicano acusó al también dominicano Jimmy Sierra (1948), de haber utilizado los argumentos de un relato suyo, titulado "Luis pie", incluido en el libro "Cuento escritos en el exilio" para la realización de un documental, que a todas luces, según Bosch, era un plagio descarado. Alertaba a los escritores dominicanos (Bosch alerta a escritores ante piratería de libros. El Caribe, 12 de abril, 1976, p-22) sobre lo que definió como "piñata editorial" y "piratería de libros". Todos los autores del mundo deben hacer respetar sus derechos sobre la propiedad intelectual, porque él que no lo hace termina viendo su obra degenerada" convertida en un botín, expresaba Bosch, que en ese mismo año había obtenido el Premio Nacional de Literatura por su novela "El oro y la paz". Se lamentaba además de que otras obras suyas estaban siendo utilizadas y pirateadas dentro y fuera del país y citaba su ensayo " Trujillo, causa de una tiranía sin ejemplo", la cual fue pirateada en el Perú por un librero que según Bosch, le distorsionó el título, poniéndole "Trujillo, una dictadura sin ejemplo", haciendo recordar el plagio que cometió en ese mismo país, a principios del siglo XIX, el español Francisco Cavellos y Mesa (1786-1824) , quien tomó la obra Las Aventuras de Telemaque, (Libro de Fenelón) , novela pedagógica sobre la vida de Luis XIV (1638-1715), escrito por Francois de Salignac de la Mothe (1651-1715) y lo vendió como suyo con el título de Drama Histórico y Tragedia Político-Moral . La comparecencia de Bosch al programa fue del día 11 de abril, y 6 días después, justo el 17 de ese mismo mes, (Bosch plantea demanda contra el doctor Sierra. El Caribe, 17 de abril, 1976, p-2) se conocía una demanda interpuesta por el escritor y político contra Julio Samuel Sierra que es el nombre completo de "El teórico" , a quien acusaba formalmente de plagiarle el cuento "Luis Pie" para la realización de un cortometraje bajo el título de "Víacrucis". Bajo la acusación de violar la Ley 1,381, sobre Derecho de Autor de la época, la querella fue depositada en la Fiscalía del Distrito Nacional a través del abogado, (a la sazón alto dirigente del PLD), Julio Ibarra Ríos, actual juez de la Suprema Corte de Justicia. El entonces fiscal capitalino, Augusto César Canó González, dio curso a la demanda, remitiéndola a la Quinta Cámara Penal, cuyo juez titular Julio Ramírez Lamarche, la reenvió para el 20 de mayo, día en que los abogados de la defensa, Julio Aníbal Suárez, Orlando Rodríguez, Víctor Livio Cedeño y César Pina Toribio (actual alto dirigente del PLD), con incidentes sucesivos alegaron una supuesta persecución política de Bosch y sus seguidores contra Sierra, que para entonces era un antiboschista furibundo. Por tales motivos consideraron que el caso desbordaba los planos legales y que lejos de ser dilucidado en un tribunal, debía debatirse en los clubes y sindicatos que eran las instituciones autorizadas para establecer cuál de las partes enfrentadas tenía la razón, ya que el interdicto era en lo esencial de carácter político y cultural. La defensa aprovechó la polaridad ideológica de la época, para argumentar que en los países socialistas no existían leyes de Propiedad Intelectual y que lo que pretendían los boschistas era atentar contra la libertad de expresión y el derecho del pueblo a disfrutar de la cultura que era un patrimonio universal
BORGES Y MANUEL DEL CABRAL.- Todavía los amantes de la cultura dominicana no se reponen de la acusación, digamos, jocosa, que le hizo Manuel del Cabral (1907-1999) ( al argentino Jorge Luis Borges (1899-1986), varios años después de que el autor de "Compadre Mon" regresó de Buenos Aires , donde vivió y compartió con Pedro Henríquez Ureña (1884-1946) y donde se le recuerda y admira igual que en su propio país a través de una fundación que lleva su nombre. Para Del Cabral, el más inmortal de los vates dominicanos junto a Pedro Mi r(1913-2000) poemas suyos habrían sido "plagiados" por quien en vida, desde que quedara ciego en 1955, hasta su muerte en Ginebra en 1986, fuera un eterno candidato al Premio Nóbel de Literatura. Borges, que se inició a los ocho años como traductor de grandes clásicos desde el inglés al español, habiendo rescrito a Oscar Wilde (1796-1867), pudo haber sido el más genial de los inventores de personajes que parecían reales, como un Pierre Menard, el Inventor del Quijote, por ejemplo, pero nunca un plagiador, a pesar de Esteban Echeverría(1805-1851), el también escritor argentino, a quien, según las malas lenguas, Borges le habría plagiado su obra "El Matadero" Con una extensa y fecunda obra de índole filosófica, poética y narrativa, con relatos cortos y Ficciones, "caracterizados por el juego paradójico de la realidad y los símbolos", Borges, pudo ser un reaccionario condecorado por las satrapías sudamericanas y racista visceral hasta el colmo de decir que los negros no tienen memoria, pero es, sin lugar dudas, uno de los símbolos universales de la metáfora de la biblioteca, por lo que la acusación de Del Cabral debe asociarse a una de las tantas salidas chistosas que en los últimos años de su vida, tenía y recreaba nuestro gran poeta nacional, como aquella muchas veces repetidas mientras fisgoneaba las muchachas por la calle El Conde, "Las migueletas": ¡ ay, pero esto es un jardín!
LA FIESTA DE LIPE COLLADO.- A Mario Vargas Llosa (1936) por "La Fiesta del Chivo" con escenas reales y ficticias sobre Trujillo y su satrapita, le cayeron todos los palitos. Primero fue Felipe Collado, escritor y periodista dominicano, quien en el transcurso de la Quinta Feria Internacional del Libro, 2001, donde se puso a circular la obra del laureado escritor peruano, lo acusó de haber utilizado idea e imaginación de uno de los capítulos de su novela, " Después del Viento". Collado, quien como escritor logró notoriedad en el entorno urbano de Santo Domingo, con la publicación de un ensayo sobre el "Tïguere" Dominicano", afirmaba que el personaje de Alfredo Vergero, de su obra, es usado casi al calco por Vargas Llosa en la Fiesta del Chivo con el nombre de Urania Cabral. Y aunque no hablaba de plagio, amenazó con demandar a Vargas Llosa por daños y perjuicios, aclarando sin embargo, que con la acción no buscaría dinero, sino una reparación moral. "Le doy un mes a Vargas Llosa para que reconozca públicamente haber utilizado mi obra como instrumento para el argumento de la suya", puntualizaba Collado, quien es además profesor universitario en el área de redacción periodística. Collado ha escrito también varios libros sobre la era de Trujillo, entre ellos, Anécdotas y crueldades de Trujillo y El foro público de la era de Trujillo.. Ya antes, el también escritor y periodista dominicano recién fallecido, Ramón A. Font Bernard (1920-2006), un avezado conocedor de la Era de Trujillo, en la que participó como callado testigo de excepción, había cuestionado la originalidad de la Fiesta del Chivo, encontrando coincidencias con otra obra de carácter histórico sobre la época trujillista escrita por un extranjero. Y ha sido precisamente un extranjero, el corresponsal de la revista TIME, Bernard Diederich, el último que se quejó porque supuestamente Vargas Llosa incluyó, sin su consentimiento, elementos de su libro, Trujillo, la Muerte del Chivo, escrito en 1978. Diederich alegaba que su libro era el fruto de once años de investigación y que en la “Fiesta del Chivo”, de Vargas Llosa, se incluyen datos que sólo pueden haber salido del suyo. "Creo que Mario es un excelente novelista y admiro mucho su obra, pero estoy defendiendo mi trabajo de investigación y por eso estoy consultando a un abogado, expresaba el veterano periodista, quien se ha especializado en temas sobre Haití, México y República Dominicana. Diederich sostenía que La Fiesta del Chivo "contiene frases y párrafos similares y repite un error histórico" del libro La muerte del dictador, escrito por él en 1978 . Diederich escribió su libro cuando era corresponsal para México y el Caribe de Time, y se había desplazado a Santo Domingo poco después del asesinato del tirano, en mayo de 1961, para realizar -en palabras de Vargas Llosa- "un reportaje excepcional, que dio la primera versión completa de lo sucedido". En sus declaraciones a The Miami Herald, Diederich no aclaraba por qué hubo de esperar desde marzo de 2001, cuando se publicó La Fiesta del Chivo, para denunciar el presunto plagio y amenazar con una demanda. "Si me hubiera incluido en los créditos de la bibliografía, esto no habría pasado. Revelaré ante los tribunales los datos que, por ser erróneos, sólo han podido proceder de mi libro", afirmaba Diederich, que al momento en que esto se escribe, residía en el sur del Estado de Florida. Diederich aseguraba que el escritor peruano transcribió en la primera página de su novela parte de la letra de la canción " Mataron al Chivo", que él registró a su nombre en Santo Domingo, grabada a ritmo de merengue por varias orquestas y cuya autoría se le atribuye a más de un demandante. La novela de Vargas Llosa se incubó en 1975, tras pasar varios meses en la República Dominicana escuchando anécdotas, testimonios, leyendas y fábulas sobre la crueldad del sátrapa tropical, uno de los más sanguinarios en toda la historia de la humanidad. Desde esa época tuvo la idea de situar una ficción en ese contexto histórico, basándose sobre todo en la conspiración para matar a Trujillo. Aun siendo una versión más imaginaria que verídica, en el fondo de “La Fiesta del Chivo” subyace la verdad histórica de una sociedad bajo el yugo autoritario. Con su respuesta, el célebre autor de "Conversación en la Catedral" intentó matar todas esas acusaciones de un solo disparo, señalando que son absurdas y carentes de sinceridad. Decía llevar muchos años escribiendo sobre un oficio que ama como a su propia vida, y que ha dado prueba suficiente de imaginación y seriedad para no tener que plagiar a otros. Sin embargo, en una entrevista concedida en Chile, donde viajó para promover su novela, declaraba que "e gusta plagiar a todos los escritores que admiro, citando a Andrés Malraux(1901-1976) , Gustavo Flaubert (1821-1880) y Leon Tolstoi (1828-1910), entre otros. Sobre Lipe Collado, el también autor de la Ciudad y los Perros, señalaba que el escritor dominicano "no le parece muy serio y que muestra estar árido de publicidad". Y al referirse a Diederich, reconoce que su libro es un valioso documento histórico sobre la conspiración para ajusticiar a Trujillo el 30 de mayo de 1961. "Mi libro es una novela, no un libro histórico y he utilizado los datos históricos que están en los archivos de la República Dominicana para ambientarla. Es completamente absurdo que un dato histórico se convierta en derecho de propiedad de un autor", consideraba Vargas Llosa . Al escritor peruano, nacionalizado español, le resultaba muy extraño también que Diederich se queje porque en la primera página de la Fiesta del Chivo utilizó una estrofa del merengue "Mataron al Chivo", grabado originalmente en la voz del cantante dominicano Rafael Peguero, mejor conocido como el Negrito Macabí, con arreglo orquestal de Antonio Morel (1920) . Se sabe que las letras y la música del merengue son del músico español fallecido Balbino García (1900-1969), pero Diederich alegaba que tenía el tema registrado en República Dominicana, lo que a la luz de los derechos autorales genera cierta confusión y un potencial conflicto legal.. "Mataron al Chivo" vino a ser algo así como la celebración del ajusticiamiento del tirano y al mismo tiempo un desagravio del " Recogiendo Limosnas" de Luis Kalaf, que junto a los demás trescientos merengues de corte trujillista, junto al igual número de poemas laudatorios, siguen generando polémicas en República Dominicana. "Cualquiera que escriba no puede dejar de utilizar datos objetivos, pero de ahí a decir que yo he plagiado hay un salto dialéctico. El plagio tiene una connotación criminal", expresaba finalmente Vargas Llosa durante la presentación de su último libro, en el Miami - Dade Community College.
LA CRUZ DE ANDRES L. MATEO. El subtítulo guarda relación con el caso de “La cruz de San Andrés” en España” que hasta el día de su muerte le amargó la vida al premio Nóbel de ese país, Camilo José Cela (1916-2002) En el caso nuestro se relaciona.con uno de los más recientes impasse de denuncia de plagio, el que afectó a Andres L. Mateo (1946), sin dudas, uno de los más sólidos intelectuales dominicanos de los últimos tiempos. Conocido por su producción poética y su novela "La otra Penélope", Mateo irrumpió en el parnaso dominicano a mediados de los años 70s, con su poema "Portal de un mundo", que montaron muchos grupos de poesía coreada del país y recitadores particulares como Roberto Tavárez (1952), que lo llevó por todos los rincones dominicanos con aquella voz acaramelada en ristre, que lo hacía un declamador popular sui géneris. Al igual que Norberto James ( 1945) y Soledad Álvarez (1950), que pertenecían a su misma generación. Andrés L. Mateo viajó luego a Cuba, donde hizo un doctorado en letras, regresando a su país con el porte vocal del caballero hablante, Con la consagración le llegaron los reconocimientos y los galardones, incluyendo el Premio Nacional de Literatura 2003, en el género Ensayo, por su libro "Pedro Henríquez Ureña: Errancia y creación ", que no bien fue anunciado cuando ya los gatillos alegres de la crítica dominicana, lo consideraron como un plagio. La acusación injusta le vino porque Mateo utiliza de manera profusa diferentes fuentes, entre ellas, la monografía "Un Estudio sobre Pedro Henríquez Ureña en México", de Alfredo Roggiano, de la que toma numerosas citas. Uno de sus detractores, Odalís Pérez (no el pelotero) consideró que la obra de Mateo era innecesaria, porque lo dicho por él son repeticiones que ya había sido dichas por otros autores. Citaba a varios autores como Zuleta Alvarez, Enrique Krauze y al propio Roggiano, de los cuales, aseguraba, "Mateo toma datos y fotografías y los calca si aportar nada nuevo". "Sin querer queriendo" Pérez no cree que la obra de ateo sea un plagio. Sin embargo, afirma: "No diría eso, ya que esa palabra se presta a muchas interpretaciones. He demostrado que allí lo que ha y es una repetición de todo lo que anteriormente se ha escrito sobre don Pedro". Entre las poquísimas personas que se han atrevido defender públicamente a Mateo, figura Huayna Antonieta Jiménez R., quien en un artículo en el Listín Diario, del viernes 19 de marzo de 2004, titulado Andrés L. Mateo y su apología , consideraba que lo que hizo el galardonado fue lo normal que hace todo ensayista: " extraer citas de diversas fuentes bibliográficas como parte imprescindible de todo proceso de investigación". Al referirse al premio afirmaba, que como es habitual, el mismo ha despertado numerosas ronchas, protestas, " yo acuso", en fin, los resabidos "dimes y diretes". Tal parece que hay en nuestro país muy pocos premios, y demasiado ansias de reconocimiento. Y si es así, bien haríamos en emular a los gringos, quienes tienen premios para toda ocasión y oficio, para cada momento del día o del año, y hasta para cada grupo biológico". Para H. A. Jiménez, el libro de Mateo es más que nada una biografía, y a estas alturas las únicas fuentes con que el autor contaba para recopilar mas datos ameritaban ser citadas textualmente, es decir, en todo libro de esa naturaleza la paráfrasis extensiva es algo casi inevitable. Sobre Pedro Henríquez Ureña, "El maestro de maestros de América" existe una vasta bibliografía, con la que se podrían llenar volúmenes tras volúmenes, en una labor interminable, según lo afirma Laura Febres, de la Universidad Metropolitana de Caracas, Venezuela, que la recoge y la ofrece de manera virtual en una relación sólo de títulos de más de 40 páginas. Si el ensayo ganador de Andrés L. Mateo, es un plagio, entonces muchísimos de los integran esa relación, también lo son, porque el grueso está hecho sobre la base del anterior.
LOS QUE FALSICARON LA FIRMA DE DIOS.- A Viriato Sención por su novela "Los que falsificaron la firma de Dios", le ocurrió algo peor que a Mateo. Sención era un desconocido cuando en 1992 irrumpe con una primera obra de calidad, cumplidos ya los 50 años. Y con ella enfiló sus cañones nada más que contra su antiguo líder, el presidente dominicano de entonces, Joaquín Balaguer. Con una gran experiencia política adquirida en la cercanía del poder como hombre clave de " La Cruzada del Amor", creada por él y cedida a Emma Balaguer de Vallejo, hermana querida del entonces mandatario, Sención escribió su novela en Nueva York, donde se había refugiado luego de confrontar problema con el entorno balaguerista. De un semi-dios de la política vernácula, adorado por unos, y odiado hasta la muerte, por otros, en su novela Sención convierte a Balaguer en un villano y un sanguinario atroz. Así, la novela encuentra sus mejores adeptos convertidos también en críticos literarios en la gran legión de intelectuales forjados en la postguerrra del 65, la mayoría de los cuales hicieron de las peñas literarias y la actividad política una suerte de logia antibalaguerista y de intereses grupales. A los pocos días de su puesta en circulación en el país, tras haber sido publicada en Nueva York, la novela era todo un acontecimiento, un bestseller, razón por la cual, en 1993, se llevaría el Premio Nacional de Literatura. Pero la sorpresa no se hizo esperar, cuando horas después la secretaria de Educación, Jacqueline Malagón, declaraba desierto dicho certamen, pese a que el jurado calificador se lo había adjudicado de manera unánime a Sención. La polémica se encendió en los periódicos y des allí en todos los medios, luego que la funcionaria declarara que su decisión estaba tomada y punto. En un editorial que fue calificado como antidemocrático por la mayoría de intelectuales, el periódico Listín Diario asumió la defensa de Malagón, considerando como "Justa, valiosa y decente la decisión de declarar desierto el premio. Lo contrario sería masoquismo político e intelectual, creador de 'confusión". El propio presidente Balaguer repudió la obra, describiéndola como "un libro contra mí, que se ha escrito con intención política y que se está usando también con intención política". Ana Gautier, que recoge los detalles de aquella controversia, relata que el 1993 era un año preelectoral, lo que echó más leña al fuego. De ahí, que del litoral intelectual balaguerista se usaran todas las armas para desacreditar la obra, llegando algunos articulistas a acusar de plagio a Sención. Uno llegó a decir, que Sención posiblemente había contratado los servicios de un "autor fantasma", un negro o esclavo literario para que escribiera una obra con la intención de hacer daño a Balaguer. Otro no menos desaforado llegó a señalar que la mano de Juan Bosch estuvo metida en aquella prosa, con pasajes propios del realismo mágico. Fruto de la proscripción oficial y del anti-balaguerismo histórico de una gran parte de los dominicanos, la obra aumentó su venta. Vinieron los cambios de gobiernos y con ellos la promesa de hacer realidad la entrega del premio, pero los golpes traperos, las componendas de aposentos y los vaivenes de la política dominicana, enterraron toda posibilidad, a tal grado, que durante el régimen de Hipólito Mejía, los antiguos aliados de Sención metidos a funcionarios, se enfrascaron en una tremenda disputa, unos, porque se desagraviara al escritor entregándosele su premio, y una mayoría oponiéndose que finalmente logró su propósito. Es la primera vez que en República Dominicana ocurre un hecho como el que perjudicó a Sención, lo que tratándose de un régimen balaguerista, en una fase inicial de arrebato y denegación, no era casual. ¿Pero en un gobierno del PRD y más aún, en un gobierno donde el secretario de Cultura se llamaba Tony Raful (1951)? ¡Qué barbaridad, o mejor sea dicho, cuánta hipocresía, cuánto cinismo, cuánta doble moral! Por eso era que Matos Méndez, la celebre triste figura de la UASD, decía que a él le llamaban loco porque el mundo es al revés.
¡Faltan más, muchos más casos dominicanos, ya lo veremos...!
germansantiago@gmail.com
Por Germán Santiago
miércoles 29 de noviembre de 2006,
De la mano de nuevos cronistas, traductores e iluminados al estilo monjes seglares y copistas del Medioevo, el plagio debió estar muy arraigado en Hispanoamérica, cuando una mujer como la dominicana Abigail Mejìa (1895-1941) se aventuró a denunciar que parte de una obra dada a conocer en 1929 en Cuba, era un plagio de otra que había escrito su padre Juan Tomás Mejìa y Cotes (1843-1919).
Se trataba de la traducción de los cuatro primeros tomos de "L'Histoire de l'Isle Espagnole de Saint-Domingue del padre Pierre François Xavier de Charlevoix ( 1682-1761), publicada en París en 1730, sobre lo cual había trabajado también el padre de Abigail, labor que dejó patentizada en la revista dominicana Letras y Ciencias (1892-18980 que dirigía Federico Henríquez y Carvajal (1848-1952). La parte que Abigail consideraba plagiada tenía que ver con el "Descubrimiento de Colón y las primeras etapas de la Conquista ", que a su juicio aparecieron incluida en una "Historia de la Isla y Catedral de Cuba", publicada nada más que por la Academia de la Historia de aquella isla. ¿Y qué resulta? Bueno, que la obra publicada en Cuba pertenecía a Pedro Agustín Morell de Santa Cruz ya fallecido para la época y casi un siglo más viejo que el padre de la dominicana, importante figura que llegó a Secretario de Educación y a presidir la Suprema Corte de Justicia durante los años difíciles de la llamada Tercera Republica. A Morel de Santa Cruz (1694-1768), que no era un santo a pesar de haber sido obispo, se le consideró como uno de los pioneros de la traducción de literatura europea en Cuba, (uno de los primeros en América) y cuando por primera vez aparece su obra publicada de manera póstuma, ya Mejia y Cotes, nacido en San Carlos de Santo Domingo, pero perteneciente a una troncal familia de Bayaguana, también había fallecido.
De Abigail, quien fuera la madre del poeta Abel Fernández Mejía (1931-1997), se sabe que se graduó de Maestra Normal de Segunda Enseñanza en Barcelona, España, en 1912. En 1925 regresó al país, donde desarrolló una importante labor como profesora, escritora y activista del feminismo, al tiempo que colaboraba con una serie de revistas locales y desarrollaba su trabajo creativo. Narradora, educadora, historiadora de la literatura y crítica literaria, vivió en una época difícil para la mujer dominicana, en especial para la mujer creadora o pensante. "Un período de fuerte impronta patriarcal en el que se sucedieron, con breves respiros democráticos, la dictadura lilisista, las insurrecciones, la ocupación extranjera y el totalitarismo trujillista", pero a pesar de ello, Ana Emilia Abigail Mejía Soliere, que era su nombre completo, tuvo el privilegio, gracias a los esfuerzos de su padre de educarse en España y establecer contacto con el medio intelectual y literario barcelonés, lleno de estímulos para alguien de su sensibilidad y su talento. También tuvo el coraje, una vez en su patria, de desarrollar una encomiable labor de investigación y publicaciones, así como en defensa de los derechos de la mujer.
Con sólo leer los títulos de sus libros : "Sueña, Pilarín...", (Novela, 1925); "Historia de la literatura castellana" (1929); "Historia de la literatura dominicana" (1937); "Brotes de la raza", (1926), e "Ideario feminista" (1933) , "advertimos que la hermana de Félix Evaristo Mejia, abarcó numerosos aspectos, pero al leerlos sabemos que a veces no pudo profundizar en ciertos temas que abordó". Muchas de sus obras, reunidas por la Secretaría de Estado Educación (SEE) en el centenario de su nacimiento, revelan la vivacidad de sus ideas, su inquietud existencial y su permanente interés en poner de relieve la contribución de la mujer a la cultura nacional. De manera, que todo lo que hiciera Abigail Mejía transcendía en la sociedad de la época. Por ello, fueron muy comentadas sus imputaciones cuando declaró que su padre había sido víctima de plagio, en una acusación, si se quiere indirecta que carecía de sentido. Max Henríquez Ureña (1885-1968) opina, en su Panorama Histórico de la Literatura Cubana que Abigail Mejía, una crítica bien acreditada y no acostumbrada a perder la compostura, parece que se dejo llevar por el tremendo amor que sentía por su padre, cuya muerte la había impactado, y por ello, obnubilada por le emoción, acusó en tan fuertes términos, "acusación probablemente injusta, toda vez que Charlevoix era demasiado conocido desde época para que Morell de Santa Cruz intentase impunemente el plagio" .
DE LOCKWARD A PEDRO CARO.- Un antecedente del pasado cercano fue el que afectó al periodista y hoy diputado Pedro Caro (con nombre de marqués español que actuó durante las guerras napoleónicas), porque supuestamente copió los versos de un poeta chino. Caro perteneció a la generación de escritores dominicanos del 61, junto a figuras tan importantes como René del Risco y Bermúdez ( (1937-1972)., Miguel Alfonseca (1942-1994), Antonio Lockward (1943), Jeannette Millar (1944-), Juan José Ayuso (1940) , Grace Goiscou, Enriquillo Sánchez (1947-2004) y el haitiano Jacques Viau, Renaud (1942-1965 que moriría luego en la guerra patria de abril del 65 defendiendo la soberanía dominicana. El grueso de ellos se hizo compromisario de aquella causa como el mismo Caro que luego en "Conocimiento de la Ciudad", escribió: "La conocieron después de los escombros./ Por el hijo que estuvo. /Y no aparece./ Por la sangre que tiñe las aceras. / Por el intenso olor a pólvora quemada./ Poemarios suyos fueron "Nuevo canto" (1968), "Asombro de la muerte" (l969) y "Del diario acontecer" (1972).
Después de abril algunos de aquellos poetas postrujillistas fallecieron, como Del Risco y Alfonseca, mientras otros fueron "abatidos" por la lucha ideológica que dio lugar a los grupos de la Post-guerra de "La Máscara, 1965"; "El Puño, 1965"; "La Isla, 1966" y "La Antorcha, 1967". Una parte abandonó aquel primer oficio, como fue el caso de Caro, quien tras su participación efímera en "La Isla", junto Antonio Lockward, Fernando Sánchez Martínez (1941), Wilfredo Lozano, Jimmy Sierra (1945), Andrés L. Mateo (1946), y José Rutinel Domínguez (1942), desapareció del mundo literario a mediados de los años 70, para dedicarse de lleno al periodismo, pero sobre todo, "después que Manuel Lockward, hermano de Antonio, tuvo la osadía de enseñarle un plagio" , "un plagio inexcusable, sin duda, a pesar de los motivos razonablemente románticos que alegó el usurpador que con su acto traicionó el noble oficio creativo", como lo ha calificado Miguel D. Mena (1961).
EL ESCRIBA DE ALMOINA.- Un caso archifamoso, pero al revés, es el de José Almoina , un exiliado español que se la ingenió para llegar a ser secretario personal del tirano Trujillo. Con ese mismo título escribiría luego un libro en Argentina, antes de ser asesinado por esbirros de la tiranía en México, en 1960. A Almoina se le atribuye haber servido de "negro" y o "escriba de Tronio" a la esposa de sátrapa, María Martínez de Trujillo "La españolita"" , para quien habría escrito dos obras que fueron "best sellers", durante la era, como fueron "Falsa amistad" y "Meditaciones morales". Un libro que se le atribuye a Almoina y que se vende en las librerías dominicanas es "Una satrapía en el Caribe", cuyo contenido, hecho público póstumamente, parece haber sido la causa de su asesinato. Allí, Almoina sostiene que Trujillo era bisexual asunto todavía pendiente que yo no descarto y que de demostrarse agregaría otro elemento a las perversidades y depravaciones del tirano.
DE BALAGUER A BOSCH.- Una acusación no menos polémica fue la que le hizo el ex-presidente Balaguer (1906-2002) al célebre escritor norteamericano Ernesto Heminguay (1899-1961) en el año 1982, en la desaparecida Revista Letra Grande. Según Balaguer, el autor de Fiesta, Adiós a las armas y Por quién doblan las campanas, que después del desencanto de la generación perdida pasó a una glorificación de la fuerza moral del hombre en Cuba, plagió nada menos que a Juan Bosch (1909-2001) considerado junto Pedro Henríquez Ureña (1884-1946) las dos figuras más importantes de la intelectualidad dominicana. De acuerdo a Balaguer, la novela corta "El viejo y el mar", de Heminguay, escrita en 1952, es una especie de plagio de "Rumbo al puerto de origen" , de Bosch, acusación que además de crear revuelo (y en defensa de Heminguay), llevó a mucha gente a decir que con ello el Balaguer político más que el Balaguer escritor, buscaba congraciarse con Bosch y ganar su apoyo en un momento en que ambos coincidían en la oposición al PRD (Partido Revolucionario Dominicano). Bosch, oportunamente enarboló su típica honestidad y aclaró que el talento de Heminguay era insuperable y que lo que pudo existir entre "Rumbo al puerto de origen" , (escrito en los años 40s.) y "El viejo y el mar", es pura coincidencia, debido posiblemente, a que ambas obras fueron escritas en Cuba y estuvieron recreadas por las aguas caribeñas de la mayor de las Antillas. Heminguay, nacido en Illinois en 1899 y fallecido en Ketchum, Idaho en 1961, logró el Premio Nóbel en 1954, catapultado precisamente por El viejo y el mar, una obra que como muchas otras del mismo autor, fue llevada al cine y ha generado otras situaciones polémicas como aquella del trashumante escritor chileno Roberto Bolaño (1953-1003), quien atribuyó a su coterráneo Luis Sepúlveda (1949), haberla utilizado para lograr la suya: "Un viejo que leía historias de amor". Por lo tanto, para Bolaños, la novela de Sepúlveda, considerada un bestseller en Latinoamérica, era un plagio de " El viejo y el mar".
BOSCH ASUME SU DEFENSA.- Siguiendo con Bosch, hubo un caso sobre plagio en que éste asumió públicamente su propia defensa y se constituyó en parte civil. Ocurrió en el mes de abril de 1976, cuando acudió al programa Dimensión Femenina, que se pasaba por Color Visión. Allí, el prolijo escritor dominicano acusó al también dominicano Jimmy Sierra (1948), de haber utilizado los argumentos de un relato suyo, titulado "Luis pie", incluido en el libro "Cuento escritos en el exilio" para la realización de un documental, que a todas luces, según Bosch, era un plagio descarado. Alertaba a los escritores dominicanos (Bosch alerta a escritores ante piratería de libros. El Caribe, 12 de abril, 1976, p-22) sobre lo que definió como "piñata editorial" y "piratería de libros". Todos los autores del mundo deben hacer respetar sus derechos sobre la propiedad intelectual, porque él que no lo hace termina viendo su obra degenerada" convertida en un botín, expresaba Bosch, que en ese mismo año había obtenido el Premio Nacional de Literatura por su novela "El oro y la paz". Se lamentaba además de que otras obras suyas estaban siendo utilizadas y pirateadas dentro y fuera del país y citaba su ensayo " Trujillo, causa de una tiranía sin ejemplo", la cual fue pirateada en el Perú por un librero que según Bosch, le distorsionó el título, poniéndole "Trujillo, una dictadura sin ejemplo", haciendo recordar el plagio que cometió en ese mismo país, a principios del siglo XIX, el español Francisco Cavellos y Mesa (1786-1824) , quien tomó la obra Las Aventuras de Telemaque, (Libro de Fenelón) , novela pedagógica sobre la vida de Luis XIV (1638-1715), escrito por Francois de Salignac de la Mothe (1651-1715) y lo vendió como suyo con el título de Drama Histórico y Tragedia Político-Moral . La comparecencia de Bosch al programa fue del día 11 de abril, y 6 días después, justo el 17 de ese mismo mes, (Bosch plantea demanda contra el doctor Sierra. El Caribe, 17 de abril, 1976, p-2) se conocía una demanda interpuesta por el escritor y político contra Julio Samuel Sierra que es el nombre completo de "El teórico" , a quien acusaba formalmente de plagiarle el cuento "Luis Pie" para la realización de un cortometraje bajo el título de "Víacrucis". Bajo la acusación de violar la Ley 1,381, sobre Derecho de Autor de la época, la querella fue depositada en la Fiscalía del Distrito Nacional a través del abogado, (a la sazón alto dirigente del PLD), Julio Ibarra Ríos, actual juez de la Suprema Corte de Justicia. El entonces fiscal capitalino, Augusto César Canó González, dio curso a la demanda, remitiéndola a la Quinta Cámara Penal, cuyo juez titular Julio Ramírez Lamarche, la reenvió para el 20 de mayo, día en que los abogados de la defensa, Julio Aníbal Suárez, Orlando Rodríguez, Víctor Livio Cedeño y César Pina Toribio (actual alto dirigente del PLD), con incidentes sucesivos alegaron una supuesta persecución política de Bosch y sus seguidores contra Sierra, que para entonces era un antiboschista furibundo. Por tales motivos consideraron que el caso desbordaba los planos legales y que lejos de ser dilucidado en un tribunal, debía debatirse en los clubes y sindicatos que eran las instituciones autorizadas para establecer cuál de las partes enfrentadas tenía la razón, ya que el interdicto era en lo esencial de carácter político y cultural. La defensa aprovechó la polaridad ideológica de la época, para argumentar que en los países socialistas no existían leyes de Propiedad Intelectual y que lo que pretendían los boschistas era atentar contra la libertad de expresión y el derecho del pueblo a disfrutar de la cultura que era un patrimonio universal
BORGES Y MANUEL DEL CABRAL.- Todavía los amantes de la cultura dominicana no se reponen de la acusación, digamos, jocosa, que le hizo Manuel del Cabral (1907-1999) ( al argentino Jorge Luis Borges (1899-1986), varios años después de que el autor de "Compadre Mon" regresó de Buenos Aires , donde vivió y compartió con Pedro Henríquez Ureña (1884-1946) y donde se le recuerda y admira igual que en su propio país a través de una fundación que lleva su nombre. Para Del Cabral, el más inmortal de los vates dominicanos junto a Pedro Mi r(1913-2000) poemas suyos habrían sido "plagiados" por quien en vida, desde que quedara ciego en 1955, hasta su muerte en Ginebra en 1986, fuera un eterno candidato al Premio Nóbel de Literatura. Borges, que se inició a los ocho años como traductor de grandes clásicos desde el inglés al español, habiendo rescrito a Oscar Wilde (1796-1867), pudo haber sido el más genial de los inventores de personajes que parecían reales, como un Pierre Menard, el Inventor del Quijote, por ejemplo, pero nunca un plagiador, a pesar de Esteban Echeverría(1805-1851), el también escritor argentino, a quien, según las malas lenguas, Borges le habría plagiado su obra "El Matadero" Con una extensa y fecunda obra de índole filosófica, poética y narrativa, con relatos cortos y Ficciones, "caracterizados por el juego paradójico de la realidad y los símbolos", Borges, pudo ser un reaccionario condecorado por las satrapías sudamericanas y racista visceral hasta el colmo de decir que los negros no tienen memoria, pero es, sin lugar dudas, uno de los símbolos universales de la metáfora de la biblioteca, por lo que la acusación de Del Cabral debe asociarse a una de las tantas salidas chistosas que en los últimos años de su vida, tenía y recreaba nuestro gran poeta nacional, como aquella muchas veces repetidas mientras fisgoneaba las muchachas por la calle El Conde, "Las migueletas": ¡ ay, pero esto es un jardín!
LA FIESTA DE LIPE COLLADO.- A Mario Vargas Llosa (1936) por "La Fiesta del Chivo" con escenas reales y ficticias sobre Trujillo y su satrapita, le cayeron todos los palitos. Primero fue Felipe Collado, escritor y periodista dominicano, quien en el transcurso de la Quinta Feria Internacional del Libro, 2001, donde se puso a circular la obra del laureado escritor peruano, lo acusó de haber utilizado idea e imaginación de uno de los capítulos de su novela, " Después del Viento". Collado, quien como escritor logró notoriedad en el entorno urbano de Santo Domingo, con la publicación de un ensayo sobre el "Tïguere" Dominicano", afirmaba que el personaje de Alfredo Vergero, de su obra, es usado casi al calco por Vargas Llosa en la Fiesta del Chivo con el nombre de Urania Cabral. Y aunque no hablaba de plagio, amenazó con demandar a Vargas Llosa por daños y perjuicios, aclarando sin embargo, que con la acción no buscaría dinero, sino una reparación moral. "Le doy un mes a Vargas Llosa para que reconozca públicamente haber utilizado mi obra como instrumento para el argumento de la suya", puntualizaba Collado, quien es además profesor universitario en el área de redacción periodística. Collado ha escrito también varios libros sobre la era de Trujillo, entre ellos, Anécdotas y crueldades de Trujillo y El foro público de la era de Trujillo.. Ya antes, el también escritor y periodista dominicano recién fallecido, Ramón A. Font Bernard (1920-2006), un avezado conocedor de la Era de Trujillo, en la que participó como callado testigo de excepción, había cuestionado la originalidad de la Fiesta del Chivo, encontrando coincidencias con otra obra de carácter histórico sobre la época trujillista escrita por un extranjero. Y ha sido precisamente un extranjero, el corresponsal de la revista TIME, Bernard Diederich, el último que se quejó porque supuestamente Vargas Llosa incluyó, sin su consentimiento, elementos de su libro, Trujillo, la Muerte del Chivo, escrito en 1978. Diederich alegaba que su libro era el fruto de once años de investigación y que en la “Fiesta del Chivo”, de Vargas Llosa, se incluyen datos que sólo pueden haber salido del suyo. "Creo que Mario es un excelente novelista y admiro mucho su obra, pero estoy defendiendo mi trabajo de investigación y por eso estoy consultando a un abogado, expresaba el veterano periodista, quien se ha especializado en temas sobre Haití, México y República Dominicana. Diederich sostenía que La Fiesta del Chivo "contiene frases y párrafos similares y repite un error histórico" del libro La muerte del dictador, escrito por él en 1978 . Diederich escribió su libro cuando era corresponsal para México y el Caribe de Time, y se había desplazado a Santo Domingo poco después del asesinato del tirano, en mayo de 1961, para realizar -en palabras de Vargas Llosa- "un reportaje excepcional, que dio la primera versión completa de lo sucedido". En sus declaraciones a The Miami Herald, Diederich no aclaraba por qué hubo de esperar desde marzo de 2001, cuando se publicó La Fiesta del Chivo, para denunciar el presunto plagio y amenazar con una demanda. "Si me hubiera incluido en los créditos de la bibliografía, esto no habría pasado. Revelaré ante los tribunales los datos que, por ser erróneos, sólo han podido proceder de mi libro", afirmaba Diederich, que al momento en que esto se escribe, residía en el sur del Estado de Florida. Diederich aseguraba que el escritor peruano transcribió en la primera página de su novela parte de la letra de la canción " Mataron al Chivo", que él registró a su nombre en Santo Domingo, grabada a ritmo de merengue por varias orquestas y cuya autoría se le atribuye a más de un demandante. La novela de Vargas Llosa se incubó en 1975, tras pasar varios meses en la República Dominicana escuchando anécdotas, testimonios, leyendas y fábulas sobre la crueldad del sátrapa tropical, uno de los más sanguinarios en toda la historia de la humanidad. Desde esa época tuvo la idea de situar una ficción en ese contexto histórico, basándose sobre todo en la conspiración para matar a Trujillo. Aun siendo una versión más imaginaria que verídica, en el fondo de “La Fiesta del Chivo” subyace la verdad histórica de una sociedad bajo el yugo autoritario. Con su respuesta, el célebre autor de "Conversación en la Catedral" intentó matar todas esas acusaciones de un solo disparo, señalando que son absurdas y carentes de sinceridad. Decía llevar muchos años escribiendo sobre un oficio que ama como a su propia vida, y que ha dado prueba suficiente de imaginación y seriedad para no tener que plagiar a otros. Sin embargo, en una entrevista concedida en Chile, donde viajó para promover su novela, declaraba que "e gusta plagiar a todos los escritores que admiro, citando a Andrés Malraux(1901-1976) , Gustavo Flaubert (1821-1880) y Leon Tolstoi (1828-1910), entre otros. Sobre Lipe Collado, el también autor de la Ciudad y los Perros, señalaba que el escritor dominicano "no le parece muy serio y que muestra estar árido de publicidad". Y al referirse a Diederich, reconoce que su libro es un valioso documento histórico sobre la conspiración para ajusticiar a Trujillo el 30 de mayo de 1961. "Mi libro es una novela, no un libro histórico y he utilizado los datos históricos que están en los archivos de la República Dominicana para ambientarla. Es completamente absurdo que un dato histórico se convierta en derecho de propiedad de un autor", consideraba Vargas Llosa . Al escritor peruano, nacionalizado español, le resultaba muy extraño también que Diederich se queje porque en la primera página de la Fiesta del Chivo utilizó una estrofa del merengue "Mataron al Chivo", grabado originalmente en la voz del cantante dominicano Rafael Peguero, mejor conocido como el Negrito Macabí, con arreglo orquestal de Antonio Morel (1920) . Se sabe que las letras y la música del merengue son del músico español fallecido Balbino García (1900-1969), pero Diederich alegaba que tenía el tema registrado en República Dominicana, lo que a la luz de los derechos autorales genera cierta confusión y un potencial conflicto legal.. "Mataron al Chivo" vino a ser algo así como la celebración del ajusticiamiento del tirano y al mismo tiempo un desagravio del " Recogiendo Limosnas" de Luis Kalaf, que junto a los demás trescientos merengues de corte trujillista, junto al igual número de poemas laudatorios, siguen generando polémicas en República Dominicana. "Cualquiera que escriba no puede dejar de utilizar datos objetivos, pero de ahí a decir que yo he plagiado hay un salto dialéctico. El plagio tiene una connotación criminal", expresaba finalmente Vargas Llosa durante la presentación de su último libro, en el Miami - Dade Community College.
LA CRUZ DE ANDRES L. MATEO. El subtítulo guarda relación con el caso de “La cruz de San Andrés” en España” que hasta el día de su muerte le amargó la vida al premio Nóbel de ese país, Camilo José Cela (1916-2002) En el caso nuestro se relaciona.con uno de los más recientes impasse de denuncia de plagio, el que afectó a Andres L. Mateo (1946), sin dudas, uno de los más sólidos intelectuales dominicanos de los últimos tiempos. Conocido por su producción poética y su novela "La otra Penélope", Mateo irrumpió en el parnaso dominicano a mediados de los años 70s, con su poema "Portal de un mundo", que montaron muchos grupos de poesía coreada del país y recitadores particulares como Roberto Tavárez (1952), que lo llevó por todos los rincones dominicanos con aquella voz acaramelada en ristre, que lo hacía un declamador popular sui géneris. Al igual que Norberto James ( 1945) y Soledad Álvarez (1950), que pertenecían a su misma generación. Andrés L. Mateo viajó luego a Cuba, donde hizo un doctorado en letras, regresando a su país con el porte vocal del caballero hablante, Con la consagración le llegaron los reconocimientos y los galardones, incluyendo el Premio Nacional de Literatura 2003, en el género Ensayo, por su libro "Pedro Henríquez Ureña: Errancia y creación ", que no bien fue anunciado cuando ya los gatillos alegres de la crítica dominicana, lo consideraron como un plagio. La acusación injusta le vino porque Mateo utiliza de manera profusa diferentes fuentes, entre ellas, la monografía "Un Estudio sobre Pedro Henríquez Ureña en México", de Alfredo Roggiano, de la que toma numerosas citas. Uno de sus detractores, Odalís Pérez (no el pelotero) consideró que la obra de Mateo era innecesaria, porque lo dicho por él son repeticiones que ya había sido dichas por otros autores. Citaba a varios autores como Zuleta Alvarez, Enrique Krauze y al propio Roggiano, de los cuales, aseguraba, "Mateo toma datos y fotografías y los calca si aportar nada nuevo". "Sin querer queriendo" Pérez no cree que la obra de ateo sea un plagio. Sin embargo, afirma: "No diría eso, ya que esa palabra se presta a muchas interpretaciones. He demostrado que allí lo que ha y es una repetición de todo lo que anteriormente se ha escrito sobre don Pedro". Entre las poquísimas personas que se han atrevido defender públicamente a Mateo, figura Huayna Antonieta Jiménez R., quien en un artículo en el Listín Diario, del viernes 19 de marzo de 2004, titulado Andrés L. Mateo y su apología , consideraba que lo que hizo el galardonado fue lo normal que hace todo ensayista: " extraer citas de diversas fuentes bibliográficas como parte imprescindible de todo proceso de investigación". Al referirse al premio afirmaba, que como es habitual, el mismo ha despertado numerosas ronchas, protestas, " yo acuso", en fin, los resabidos "dimes y diretes". Tal parece que hay en nuestro país muy pocos premios, y demasiado ansias de reconocimiento. Y si es así, bien haríamos en emular a los gringos, quienes tienen premios para toda ocasión y oficio, para cada momento del día o del año, y hasta para cada grupo biológico". Para H. A. Jiménez, el libro de Mateo es más que nada una biografía, y a estas alturas las únicas fuentes con que el autor contaba para recopilar mas datos ameritaban ser citadas textualmente, es decir, en todo libro de esa naturaleza la paráfrasis extensiva es algo casi inevitable. Sobre Pedro Henríquez Ureña, "El maestro de maestros de América" existe una vasta bibliografía, con la que se podrían llenar volúmenes tras volúmenes, en una labor interminable, según lo afirma Laura Febres, de la Universidad Metropolitana de Caracas, Venezuela, que la recoge y la ofrece de manera virtual en una relación sólo de títulos de más de 40 páginas. Si el ensayo ganador de Andrés L. Mateo, es un plagio, entonces muchísimos de los integran esa relación, también lo son, porque el grueso está hecho sobre la base del anterior.
LOS QUE FALSICARON LA FIRMA DE DIOS.- A Viriato Sención por su novela "Los que falsificaron la firma de Dios", le ocurrió algo peor que a Mateo. Sención era un desconocido cuando en 1992 irrumpe con una primera obra de calidad, cumplidos ya los 50 años. Y con ella enfiló sus cañones nada más que contra su antiguo líder, el presidente dominicano de entonces, Joaquín Balaguer. Con una gran experiencia política adquirida en la cercanía del poder como hombre clave de " La Cruzada del Amor", creada por él y cedida a Emma Balaguer de Vallejo, hermana querida del entonces mandatario, Sención escribió su novela en Nueva York, donde se había refugiado luego de confrontar problema con el entorno balaguerista. De un semi-dios de la política vernácula, adorado por unos, y odiado hasta la muerte, por otros, en su novela Sención convierte a Balaguer en un villano y un sanguinario atroz. Así, la novela encuentra sus mejores adeptos convertidos también en críticos literarios en la gran legión de intelectuales forjados en la postguerrra del 65, la mayoría de los cuales hicieron de las peñas literarias y la actividad política una suerte de logia antibalaguerista y de intereses grupales. A los pocos días de su puesta en circulación en el país, tras haber sido publicada en Nueva York, la novela era todo un acontecimiento, un bestseller, razón por la cual, en 1993, se llevaría el Premio Nacional de Literatura. Pero la sorpresa no se hizo esperar, cuando horas después la secretaria de Educación, Jacqueline Malagón, declaraba desierto dicho certamen, pese a que el jurado calificador se lo había adjudicado de manera unánime a Sención. La polémica se encendió en los periódicos y des allí en todos los medios, luego que la funcionaria declarara que su decisión estaba tomada y punto. En un editorial que fue calificado como antidemocrático por la mayoría de intelectuales, el periódico Listín Diario asumió la defensa de Malagón, considerando como "Justa, valiosa y decente la decisión de declarar desierto el premio. Lo contrario sería masoquismo político e intelectual, creador de 'confusión". El propio presidente Balaguer repudió la obra, describiéndola como "un libro contra mí, que se ha escrito con intención política y que se está usando también con intención política". Ana Gautier, que recoge los detalles de aquella controversia, relata que el 1993 era un año preelectoral, lo que echó más leña al fuego. De ahí, que del litoral intelectual balaguerista se usaran todas las armas para desacreditar la obra, llegando algunos articulistas a acusar de plagio a Sención. Uno llegó a decir, que Sención posiblemente había contratado los servicios de un "autor fantasma", un negro o esclavo literario para que escribiera una obra con la intención de hacer daño a Balaguer. Otro no menos desaforado llegó a señalar que la mano de Juan Bosch estuvo metida en aquella prosa, con pasajes propios del realismo mágico. Fruto de la proscripción oficial y del anti-balaguerismo histórico de una gran parte de los dominicanos, la obra aumentó su venta. Vinieron los cambios de gobiernos y con ellos la promesa de hacer realidad la entrega del premio, pero los golpes traperos, las componendas de aposentos y los vaivenes de la política dominicana, enterraron toda posibilidad, a tal grado, que durante el régimen de Hipólito Mejía, los antiguos aliados de Sención metidos a funcionarios, se enfrascaron en una tremenda disputa, unos, porque se desagraviara al escritor entregándosele su premio, y una mayoría oponiéndose que finalmente logró su propósito. Es la primera vez que en República Dominicana ocurre un hecho como el que perjudicó a Sención, lo que tratándose de un régimen balaguerista, en una fase inicial de arrebato y denegación, no era casual. ¿Pero en un gobierno del PRD y más aún, en un gobierno donde el secretario de Cultura se llamaba Tony Raful (1951)? ¡Qué barbaridad, o mejor sea dicho, cuánta hipocresía, cuánto cinismo, cuánta doble moral! Por eso era que Matos Méndez, la celebre triste figura de la UASD, decía que a él le llamaban loco porque el mundo es al revés.
¡Faltan más, muchos más casos dominicanos, ya lo veremos...!
germansantiago@gmail.com
lunes, 5 de marzo de 2007
Leon David
La ideología del multiculturalismo
POR LEÓN DAVID
A nadie que con ojos exentos de prejuicio consienta echar un vistazo a su alrededor, se le ocultará que el pretendido ocaso de las ideologías (que tantos estudiosos de la sociedad se empeñan en proclamar rasgo distintivo de nuestra época) es tesis que, si se toma en rigor, nos haría correr el riesgo de encaminarnos lejos de la verdad.
No hay que ser empecinado en materia de objeciones para advertir que, a la luz de los hechos cotidianos, semejante postulado, no obstante la autoridad y reconocimiento de quienes lo suscriben, revélase cuando menos cuestionable. Y no está al cabo de lo que pasa quien a estas alturas del juego se obstina en ignorar que los magnos credos utópicos arbolados beligerantemente una o dos generaciones atrás, sólo se han resignado a salir por la puerta trasera para consentir que entren por la del frente otros idearios no menos susceptibles, después de todo, de encauzar la energía de las multitudes, por modo similar a como sucedía con los que le precedieron, hacia los estériles pagos del sectarismo y la intransigencia.
Conminado a rebatir la censura de que tengo en poco al sentido común o que ando en tratos con sofismas de especioso jaez, me propongo en los renglones que siguen hilvanar a punto largo algunos pensamientos acerca de la teoría del multiculturalismo, ideología de flamante cuño que, en mi opinión, ha colmado con creces y excelente fortuna el vacío dejado por el declinar de los viejos y desacreditados ideales de corte ético-político que tan protagónico papel desempeñaran en las dos conflagraciones mundiales del pasado siglo, matanzas cuya estólida furia, para vergüenza y desdoro de la impenitente humanidad, hubimos de sufrir.
¿Qué propone el ideal multiculturalista? Algo a prima facie muy atractivo, con lo que difícilmente estaría en desacuerdo ningún individuo razonable: el derecho que tienen las diferentes culturas de los grupos humanos que hoy se reparten el planeta a ser colocadas en plano de igualdad; que se respeten los valores, costumbres, tradiciones y creencias de cada etnia y población; en suma, que se adopte una actitud hospitalaria y abierta frente a los particularismos de las distintas comunidades, por exóticos y extraños que puedan parecernos, y se aplauda en tanto que enriquecedora y positiva providencia la exaltación de sus específicas identidades nacionales.
Lo dicho –siempre que hayamos interpretado correctamente a sus heraldos-, substancia la quintaesencia del evangelio multiculturalista, doctrina que, de pareja guisa compendiada, diera la impresión de ser epítome de tolerancia, democrática liberalidad y civilizada compostura... Así las cosas, ¿a qué ánimo recalcitrante podría antojársele combatir un ideario cuya prédica parece hacerse eco de algunos de los más irremplazables principios morales de Occidente?
Porque tengámoslo por seguro: la tolerancia es prueba irrecusable de inteligencia alerta y ecuménica sensibilidad, cuando menos para los que hemos sido educados dentro de la tradición occidental. Y los vientos democráticos que hogaño soplan con mayor o menor reciedumbre sobre casi todos los rincones de la tierra tienden, sin lugar a dudas, a favorecer que la consigna del multiculturalismo sea difundida rápidamente y acogida con fervor por caudalosos sectores de la población mundial que han tenido acceso a cierto grado de instrucción académica.
Pero, a riesgo de que se me aplique el insultante apodo de cavernícola, insistiré en que la igualación de las plurales culturas a que el aludido ventarrón democrático propende se me antoja, en lo fundamental, nociva y peligrosa. Pues por lo que toca a los valores medulares de cada forma cultural –los que rigen la convivencia e instauran el orden de las instituciones e individuos-, no creo que siempre puedan los de una sociedad resultar compatibles con los de otra. La misma virtud suprema de la tolerancia tiene sus límites. Para que esta última no se exponga a sucumbir es preciso que no toleremos determinadas prácticas, por bien afianzadas que estén en las costumbres de cualesquiera comunidades. Sería irresponsable y hasta suicida que por respeto a convicciones y hábitos ajenos demos en permitir, sin ni siquiera levantar nuestra voz de protesta, conductas que sólo cabe tildar de atroces y supersticiosas... Bajo ningún concepto debe Occidente abonar estilos de vida signados por la barbarie y el fanatismo, repudiables maneras de actuar que no pocas tradiciones y creencias sancionan, a las que la ideología del multiculturalismo, acaso sin percatarse, extiende complacida su bendición al entonar la apología de la identidad cultural y de las diferencias de modos de vida en que esta se funda.
La gravísima amenaza que la tesis multiculturalista fragua es ésta: al romper lanzas a favor de la equiparabilidad de todas las tradiciones, endosa el derecho a existir de extremosos comportamientos dogmáticos irreconciliablemente enemistados con los principios de libertad y tolerancia sobre los que se yergue la civilización occidental moderna. Porque –que nadie sea llamado a engaño- ningún grupo humano, étnico, religioso o nacional está dispuesto a renunciar a sus primordiales concepciones del "correcto" vivir, el multiculturalismo, salvo en su desleída versión turístico-folclórica (maneras de vestir, alimentarse, divertirse, etc.) no es un programa social viable. Directamente nos conduce y a corto plazo –no hay que presumir de arúspice para anticiparlo- a un explosivo callejón sin salida.
POR LEÓN DAVID
A nadie que con ojos exentos de prejuicio consienta echar un vistazo a su alrededor, se le ocultará que el pretendido ocaso de las ideologías (que tantos estudiosos de la sociedad se empeñan en proclamar rasgo distintivo de nuestra época) es tesis que, si se toma en rigor, nos haría correr el riesgo de encaminarnos lejos de la verdad.
No hay que ser empecinado en materia de objeciones para advertir que, a la luz de los hechos cotidianos, semejante postulado, no obstante la autoridad y reconocimiento de quienes lo suscriben, revélase cuando menos cuestionable. Y no está al cabo de lo que pasa quien a estas alturas del juego se obstina en ignorar que los magnos credos utópicos arbolados beligerantemente una o dos generaciones atrás, sólo se han resignado a salir por la puerta trasera para consentir que entren por la del frente otros idearios no menos susceptibles, después de todo, de encauzar la energía de las multitudes, por modo similar a como sucedía con los que le precedieron, hacia los estériles pagos del sectarismo y la intransigencia.
Conminado a rebatir la censura de que tengo en poco al sentido común o que ando en tratos con sofismas de especioso jaez, me propongo en los renglones que siguen hilvanar a punto largo algunos pensamientos acerca de la teoría del multiculturalismo, ideología de flamante cuño que, en mi opinión, ha colmado con creces y excelente fortuna el vacío dejado por el declinar de los viejos y desacreditados ideales de corte ético-político que tan protagónico papel desempeñaran en las dos conflagraciones mundiales del pasado siglo, matanzas cuya estólida furia, para vergüenza y desdoro de la impenitente humanidad, hubimos de sufrir.
¿Qué propone el ideal multiculturalista? Algo a prima facie muy atractivo, con lo que difícilmente estaría en desacuerdo ningún individuo razonable: el derecho que tienen las diferentes culturas de los grupos humanos que hoy se reparten el planeta a ser colocadas en plano de igualdad; que se respeten los valores, costumbres, tradiciones y creencias de cada etnia y población; en suma, que se adopte una actitud hospitalaria y abierta frente a los particularismos de las distintas comunidades, por exóticos y extraños que puedan parecernos, y se aplauda en tanto que enriquecedora y positiva providencia la exaltación de sus específicas identidades nacionales.
Lo dicho –siempre que hayamos interpretado correctamente a sus heraldos-, substancia la quintaesencia del evangelio multiculturalista, doctrina que, de pareja guisa compendiada, diera la impresión de ser epítome de tolerancia, democrática liberalidad y civilizada compostura... Así las cosas, ¿a qué ánimo recalcitrante podría antojársele combatir un ideario cuya prédica parece hacerse eco de algunos de los más irremplazables principios morales de Occidente?
Porque tengámoslo por seguro: la tolerancia es prueba irrecusable de inteligencia alerta y ecuménica sensibilidad, cuando menos para los que hemos sido educados dentro de la tradición occidental. Y los vientos democráticos que hogaño soplan con mayor o menor reciedumbre sobre casi todos los rincones de la tierra tienden, sin lugar a dudas, a favorecer que la consigna del multiculturalismo sea difundida rápidamente y acogida con fervor por caudalosos sectores de la población mundial que han tenido acceso a cierto grado de instrucción académica.
Pero, a riesgo de que se me aplique el insultante apodo de cavernícola, insistiré en que la igualación de las plurales culturas a que el aludido ventarrón democrático propende se me antoja, en lo fundamental, nociva y peligrosa. Pues por lo que toca a los valores medulares de cada forma cultural –los que rigen la convivencia e instauran el orden de las instituciones e individuos-, no creo que siempre puedan los de una sociedad resultar compatibles con los de otra. La misma virtud suprema de la tolerancia tiene sus límites. Para que esta última no se exponga a sucumbir es preciso que no toleremos determinadas prácticas, por bien afianzadas que estén en las costumbres de cualesquiera comunidades. Sería irresponsable y hasta suicida que por respeto a convicciones y hábitos ajenos demos en permitir, sin ni siquiera levantar nuestra voz de protesta, conductas que sólo cabe tildar de atroces y supersticiosas... Bajo ningún concepto debe Occidente abonar estilos de vida signados por la barbarie y el fanatismo, repudiables maneras de actuar que no pocas tradiciones y creencias sancionan, a las que la ideología del multiculturalismo, acaso sin percatarse, extiende complacida su bendición al entonar la apología de la identidad cultural y de las diferencias de modos de vida en que esta se funda.
La gravísima amenaza que la tesis multiculturalista fragua es ésta: al romper lanzas a favor de la equiparabilidad de todas las tradiciones, endosa el derecho a existir de extremosos comportamientos dogmáticos irreconciliablemente enemistados con los principios de libertad y tolerancia sobre los que se yergue la civilización occidental moderna. Porque –que nadie sea llamado a engaño- ningún grupo humano, étnico, religioso o nacional está dispuesto a renunciar a sus primordiales concepciones del "correcto" vivir, el multiculturalismo, salvo en su desleída versión turístico-folclórica (maneras de vestir, alimentarse, divertirse, etc.) no es un programa social viable. Directamente nos conduce y a corto plazo –no hay que presumir de arúspice para anticiparlo- a un explosivo callejón sin salida.
sábado, 3 de marzo de 2007
Simon Bolivar
Bolívar, su pensamiento y práctica y el equilibrio mundial
Por: Orlando Cáliz Villanueva
BREVE INTRODUCCIÓN: El artículo a la vista -dividido en tres partes- fue publicado (año 2005) por ARGENPRESS. Luego de esto, El Correo de la Diáspora Argentina tuvo a bien unificarlo en un solo cuerpo. De esa manera el artículo ganó bastante en coherencia. Una cuarta parte planeada inicialmente, terminó aplazada. Cuando ésta se escriba (espero sea prontamente) habrá de comparar y analizar las situaciones diferentes, mejor dicho: contrarias, antagónicas que frente a la herencia del Libertador Simón Bolívar se dan hoy en los dos países hermanos y vecinos en donde él ejerciera su mayor y más calificada actuación: Venezuela y Colombia. Según mi parecer, el mérito de publicar nuevamente el artículo -en su forma unificada y aclarados, además, ciertos párrafos- es que brinda a las personas interesadas en el tema Bolívar la posibilidad de asomarse, en un texto de apenas 16 cuartillas, al inmenso aporte antiimperialista y democrático del grande venezolano, grancolombiano y latinoamericano. Con un agregado: las consecuencias positivas que ese accionar tiene en el equilibrio mundial. Y este ítem, la vigencia de todo ese conjunto en la actualidad.
Como que se viene aplicando a plenitud en la revolución política, democrático y nacional, en desarrollo en Venezuela desde finales del siglo XX. Eso viene a demostrar que Bolívar, con su pensamiento y práctica finalmente logró legar para el porvenir una teoría correcta; por eso apta para emplearse en las revoluciones democrático-burgueses de nuevo tipo, en el orden del día en el subcontinente latinoamericano. Ligadas ellas con el socialismo por una ley histórica irrefragable. Hecho reconocido en la doctrina marxista y por un sector grande de la dirigencia revolucionaria de hoy. A propósito, ¿será cierto, como se afirma en particular en Venezuela, que tal teoría posee valor también para guiar la construcción del socialismo en el nombrado subcontinente? El debate que sobre el “Socialismo del Siglo XXI” tiene ocurrencia en los días que corren, de seguro dilucidará este asunto en uno u otro sentido. También tiene esta breve introducción un propósito adicional técnico. Que permite al lector tomar en cuenta que en el texto quedan algunas frases como ésta: “En la primera parte del artículo se echa de ver...” Que como se verá, aún permanecen en el texto. Advertir esto de antemano, libra a la lectura de molestias. Los años mozos y una comprensión limitada Desde la aparición de la Carta de Jamaica en 1815 diversos factores han desalentado el análisis del tema principal de que el escrito se ocupa [1]. Por fortuna, en vía contraria, vientos nuevos golpearon a América Latina entre 1960 y 1970. Previamente -a fines del siglo XIX-, habían estremecido el Caribe. Hoy vuelven con gran fuerza y agitan, en especial, el lado oriental de Suramérica. En mi caso, cuando abordé el estudio de la tesis y la práctica de Bolívar por el equilibrio político mundial la comprensión personal de ello resultó limitada (con ser que habían pasado 150 años desde que fuera planteado). Se explica tal cosa, por el deficiente conocimiento de que yo adolecía sobre los actos de agresión de los Estados Unidos contra lo que sus palafreneros llaman patio trasero. Ligada esa inicial comprensión (algún mérito debía tener) : con la frase guía por antonomasia del Libertador : “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miseria a nombre de la libertad” ; y, con un nexo más directo tal comprensión, con la hábil creación de La Gran Colombia. La limitación dicha data de mis años colombianos. Por entonces -segunda mitad de los años 60-, estaba seguro, eso sí, de que la tesis y su práctica producían un equilibro; aunque sólo en lo americano. ¡No entendía yo que tal equilibrio cubría todo el planeta ! Fue peor ya desembarcado en Suecia, cuando alguien me enteró de una deplorable maniobra territorial de Brasil. Que habría avanzado en forma sigilosa sobre la selva amazónica, aprovechándose de que las naciones americanas hispanohablantes se hallaban: primero preparándose, y, luego, guerreando abiertamente por su independencia. De paso, sea de recordar: que el gigante lusoparlante se encontraba en aquellos días, podría decirse, en una situación de “semi emancipación”. Y que la emancipación completa la obtuvo por vía “pacífica”, no por acuerdos sino por impotencia del país colonialista ocupante. Se violaba con ese avance lo pactado más de 350 años antes -el llamado Tratado de Tordecillas- por las metrópolis española y portuguesa (con la intervención del Papa Alejandro II). Tan sorprendente noticia obturó más mis entendederas y acrecentó mi tuerta visión sobre el contenido de la tesis. Al final, desajustes como el mío y mixtificaciones como las que, de modo canallesco, se le oponen, nada valen. Es el registro veraz en la historia de la aportación universal del inmenso caraqueño y grancolombiano, lo que cuenta. Lo de Bolívar, para más, fue resultado de observar el comportamiento agresor de la superpotencia mencionada y de advertir apetencias expansionistas menores, pero no por eso de descuidar, como las del citado vecino [2]. El equilibrio mundial como acicate antiimperialista En nuestra Latinoamérica son varios los que, desde dentro y fuera del gobierno, han guiado su actuación por la fórmula de Bolívar o coincidido con ella. El más tempranero [3], el general José María Melo en 1854; esto es: pasados apenas 36 años de la Batalla de Boyacá, que consolidara la independencia de Colombia. Bolivariano consciente, como que estuvo al lado del Libertador durante el tiempo que duró la lucha por la emancipación contra el imperio español, Melo llevó a cabo, aquel año, un golpe de estado revolucionario. Destinado a favorecer la contienda política de miles de artesanos contra el librecambismo inglés; instalado en el territorio nacional por la acción colaboracionista de la burguesía compradora comercial, apoyada por los partidos Conservador y Liberal (éste a través del ala llamada draconiana). Actuó este probo general acompañado de un número apreciable de intelectuales progresistas, algunos de ellos partidarios decididos del socialismo; y de las huestes populares organizadas en considerable proporción en Sociedades Democráticas. Unidos a las fuerzas armadas al mando del intrépido militar y guiados por la consigna “!Vivan el ejército y los artesanos, abajo los monopolistas!”, combatieron hasta la muerte esos dos sectores al liberalismo económico manchesteriano (el neoliberalismo de hoy). De ese modo fundaron la institución gubernamental que depuso aquel oprobioso sistema, el cual reemplazaron durante los ocho meses que el movimiento se sostuvo triunfante, por uno propio, el más ajustado, en las condiciones del momento, para el logro del progreso nacional y social. Contra ellos, de forma apresurada, se amalgamó un ejército encabezado por tres generales oligárquicos. Que contó, por un lado, con el apoyo material de burgueses y terratenientes. Y, por otro, con dinero, armas y pertrechos provistos por Estados Unidos, con el añadido de la participación de la Embajada de ese país, cuyos funcionarios se trasladaron de modo descarado a la zona contrarrevolucionaria para hacer de consejeros. Fue así como la coalición acaudillada por estos tres generales logró romper la resistencia popular y, con ello, finalmente, conseguir derrotar el intento de establecer en Colombia una República Patriótica Artesanal-Popular. Centroamérica ha sido, quizás, el escenario más activo para la práctica del aporte de Bolívar. Allí se ha aplicado, principalmente, por vía indirecta. En este sentido, los textos elaborados por José Martí, y no únicamente aquéllos donde él desarrolla la idea bolivariana, han terminado por ser referencia básica del tema. Con el ítem de que en esa zona pareciera ser más patente que en cualquiera otra, ayudarse por medio de combinar lo que viene de fuera con las propias conclusiones. A ello obliga la cercanía geográfica con el monstruo del norte (en el lenguaje de Martí) y el aprovechamiento que el yanqui ha hecho de emplear, para sus fines expansionistas, lo angosto del territorio en particular (por ejemplo, para la construcción de un canal interoceánico). Lo cual condujo a la instalación de una forma de dominación y explotación semi colonial muy aguda, supremamente difícil de sacudir [4]. En mención de los casos más notables centroamericanos, es fuerza empezar con el general hondureño Francisco Morazán (1792-1842). Uno de los puntales de la lucha por librar al istmo del estigma de la balcanización. Constructor de un ejército al que dotó con las ideas correctas para el mantenimiento de la confederación instalada ya en 1823, sólo dos años después de la declaración de independencia de la región y dirigida a la búsqueda del progreso zonal y la disuasión de cualesquiera designios de sometimiento. Ejército que, con Morazán a la cabeza, logra reducir a los señores de la guerra opuestos a la integración de los países asociados (Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica; Panamá “estaba más cerca de Colombia.”). De esa manera, Morazán fue primero presidente de su propio país, y luego de toda la Confederación durante dos periodos (de 1830 a 1838). Este último año dolorosa referencia, porque durante su transcurso se dio al traste con el hermoso proyecto, la llamada “República Federal de las Provincias Unidas del Centro de América”. En ello obraron contradicciones de origen interno y externo. Que, como señalan los biógrafos de Morazán, se agudizaron cuando él, en tanto presidente general de la confederación, puso en marcha profundas reformas de diverso orden. Esas reformas se estrellaron con una oposición muy dura: egoísmo provincial, en general, y de políticos y militares, en particular; cerrazón clerical, y las ambiciones e intereses de Inglaterra. Potencia número uno de la época, dominante en la zona mediante control político y económico, además de las posesiones territoriales con que contaba. Y Estados Unidos, en tanto, a la expectativa. Igual que el general Melo, arcabuceado en junio de 1860 en Chiapas, México, el general Morazán lo fue también, 18 años antes, en 1942, en Costa Rica. José María Melo, desterrado de Colombia había ido a refugiarse en suelo mexicano, donde desde su llegada puso su ancha experiencia política y militar al servicio de la causa anti intervencionista de Benito Juárez. Formado bajo la doctrina bolivariana, fue por eso que murió fuera de su patria; acribillado de manera vil por el militar conservador Juan Ortega, enemigo jurado de Juárez. El fusilamiento del general Francisco Morazán sobrevino cuando regresado del Perú, después de interrumpir el exilio emprendido a causa de la derrota militar de 1840 en Guatemala, se proponía reiniciar la lucha por la salvación de la unión. La muerte fue su último acto, orlado por el ideal de materializar el sueño de un istmo unificado y libre. Suerte semejante corrieron los artesanos bogotanos. Los sobrevivientes de la guerra fueron deportados a la región panameña del Río Chagres. Allí murieron azotados por el paludismo. Otros casos se dieron. En Centroamérica, los bastante conocidos de Augusto César Sandino (1895-1934) y Jacobo Arbenz (1914-1971). El primero, murió asesinado por causa de la resistencia armada, por él encabezada, contra la ocupación de Nicaragua por los Estados Unidos. Su legado antiimperialista ha devenido adentrándose cada vez más en la conciencia de nuestros pueblos, hasta convertirse en lumbre continental.. El segundo, en su calidad de presidente de Guatemala fue derrocado en 1954 por la CIA. ¿La causa ? Haber realizado algunas reformas democráticas y expropiado una cierta cantidad de tierra “perteneciente” a la poderosa compañía bananera United Fruit Company. Cabe mencionar otros ejemplos: El derribamiento en 1963 del gobierno democrático-popular de Juan Bosch, por fuerzas coaligadas de las oligarquías de la República Dominicana y los Estados Unidos. Al mencionar a la República Dominicana, se recuerda de modo automático que en el año que corre se conmemoran 40 años de la invasión yanqui a ese país, resistida heroicamente por fuerzas populares conducidas por Francisco Caamaño. Y, finalmente, el golpe contra Joao Goulart en Brasil (1964), casi simultáneo con el perpetrado contra Bosch.Teórico singular y hombre de acción En la primera parte del artículo, se echa de ver al equilibrio mundial como una herramienta esencial de la lucha de los pueblos del orbe. Se da a entender allí que la idea de establecer tal equilibrio y, además, mantenerlo, deviene en acicate que impulsa la lucha. Como que con aquel felicísimo logro, la situación internacional resulta dotada de una barrera de contención. Que contribuye, sin falta, a frenar cualesquiera designios de dominación regional y planetario. Simón Bolívar tuvo claro este hecho desde el inicio de su carrera de conductor y soldado. Estas notas constitutivas de su personalidad se reflejan con bastante nitidez en sus documentos y cartas. Cuyo valor más importante es que portan una teoría político- militar, probada en su corrección con las guerras emancipadoras en las que su persona hizo de factor vivificante y dirigente supremo. Guerras sin las cuales no habría sido posible la independencia de la extensa región que él llamó América Meridional. A esa teoría, dado que aún conserva vigencia, se la debe seguir mirando con la hondura con la que el gran líder la elaborara. Vuelta a probar esa teoría, en la lucha política que Bolívar hubo de dar contra el “manifiesto destino” del yanqui norteño. Esta última relación se verá luego, a más espacio. Bolívar inserta en la Carta de Jamaica, el estudiado y celebrado documento de 1815, lo siguiente: Que “la Europa misma, por miras de sana política debería haber preparado y ejecutado el proyecto de la independencia americana; no sólo porque el equilibrio mundial así lo exige; sino porque ese es el medio legítimo y seguro de adquirirse establecimientos ultramarinos de comercio”. El Libertador echa mano allí a otro frente de trabajo propio suyo. La diplomacia. ¡Los manes de Francisco de Miranda resucitan al mencionar tan encumbrada palabra, éste tan ducho en esos menesteres y otros; en los que fue precursor en la zona del mundo que hoy se llama Latinoamérica; menesteres orientados o signados por un acendrado patriotismo! Diplomacia eficaz la de Bolívar en su Carta, pues toca dos puntos claves (equilibrio y comercio planetarios); ambos de interés para la Europa emergente de la época [5]. Dirigidos, además, contra el imperio español, el enemigo (en derrota) de su patria y toda la América Meridional; que igualmente lo era de aquellos dos elementos. Asimismo, en la Carta se combina la acción diplomática con lo político y lo militar. Lo particular de la lucha política y militar de Bolívar Es asombroso ver cómo Bolívar resuelve teóricamente experiencias militares de reciente ocurrencia. Esto, a fin de servirse de la síntesis elaborada para orientar las luchas por venir. Al asentar lo anterior, acude a la mente lo que Federico Engels observara en 1891 de su amigo Carlos Marx y que aquí se nota ser también cualidad del patriota suramericano. Decía Engels : “… son, al igual que La guerra civil en Francia, ejemplos elocuentes de las dotes extraordinarias del autor -manifestadas por primera vez en El dieciocho de Brumario de Luis Bonaparte- para ver claramente el carácter, el alcance y las consecuencias inevitables de los grandes acontecimientos históricos, cuando éstos se desarrollan todavía ante nuestros ojos o acaban apenas de producirse.” El ejemplo más protuberante de lo señalado del Libertador está en el Manifiesto de Cartagena (15 de Diciembre de 1812). El Manifiesto es resultado de las cavilaciones hechas por Bolívar alrededor de la desgracia que había motivado su retirada a Cartagena. Y de la forma amplia como, con sus compañeros de exilio, discute tan capital asunto. Con ellos había llegado, desde Caracas, vía Curazao, a aquella ciudad caribeño-neogranadina, a fines de septiembre del nombrado año. En cuanto a la desgracia dicha, no era otra que la derrota del primer intento de independencia de Venezuela, al final del periodo histórico (Primera República) que comprende, entre otros, la pérdida de Puerto Cabello y la capitulación y prisión de Miranda (seis meses antes de la publicación del Manifiesto). Documento que el Libertador dirige al pueblo de la Nueva Granada (territorio que después se llamaría Colombia, nombre que heredó del frustrado proceso grancolombiano destrozado en 1930). Como la Carta de Jamaica, ha sido aquel documento también muy analizado y resaltado en su argumentación y conclusiones. Campean en su texto las cinco causas “que condujeron a Venezuela a su destrucción”. No tienen ellas un origen común; cada una por su lado posee índole diferente. La primera toca la forma federal dada al Estado, inadecuada para el momento. Una segunda, de tipo moral, trae a cuento la misantropía “de que se apoderaron sus gobernantes”: que los llevó a ser demasiado tolerantes con el enemigo imperial y, asimismo, dentro del propio campo, con hombres de espíritu insubordinado y aun provincias enteras (caso de Coro). Otra de condición “antimilitar”: “la oposición al establecimiento de un cuerpo armado” (disciplinado y capacitado) “que salvase la República”. Una penúltima, tocante al fanatismo religioso que ayudó a los españoles a interpretar el terremoto del 26 de marzo como producto de “la ira de Dios”; lo cual indujo miedo en los sectores populares. Y una última, ligado a tozudez por defectos de estilo de trabajo y malformación intelectual, que inhabilitaba a las facciones en que estaban divididas las fuerzas patrióticas para adoptar un método correcto, sin el cual ni hablar se podía de solucionar las contradicciones que separaban a aquellas facciones entre sí. Documento inobjetable en sus partes; que por razones de espacio se ha tocado de manera fragmentaria. Ante la Nueva Granada la fórmula de Bolívar -como no podía ser menos- tenía alcance obligatorio. E involucraba a todo el subcontinente meridional, cosa también indicada en el documento. Corolario de su justeza es lo que sigue : “La Nueva Granada -dice el Libertador- ha visto sucumbir a Venezuela; por consiguiente debe evitar los escollos que han destrozado a aquélla. A este efecto presento como una medida indispensable para la seguridad de la Nueva Granada, la reconquista de Venezuela.” Y en relación con la situación existente en uno y otro territorios -que no obstante la derrota dicha, afectaba al enemigo peninsular en Venezuela-, situación sobre la cual actuaría el plan político-militar mencionado, agrega : “De modo que no sería imposible que llegasen nuestras tropas hasta las puertas de Caracas, sin haber dado una batalla campal.”Asombrosa predicción. Pero más asombra lo raudo con que Bolívar ejecuta su disposición teórica, su plan. Todo es vertiginoso en los preparativos y concreción de la llamada Campaña Admirable. Pese a la oposición obstinada de Santander y otros; que, en representación de sectores de clase muy reaccionarios y prevalidos de su ascendencia militar, trataron de sabotear la labor del futuro Libertador. Inútilmente, por fortuna, en esos momentos. Porque pudo más la comprensión y el apoyo del pueblo y las autoridades residentes en el escenario de la memorable campaña, con centro en Cartagena, Mompox y Tunja. La cual en menos de tres meses recorrió un buen trecho del río Magdalena, otro trecho importante del nororiente neogranadino y parte considerable del territorio venezolano. Hasta arribar victoriosa en Caracas (7 de agosto de 1813). Había pasado del Manifiesto de Cartagena el tiempo record de 200 días. Con el texto teórico de contenido revolucionario, en los campos político y militar, que la historia ha recogido con el nombre de “Manifiesto de Cartagena” y su materialización en la Campaña Admirable, une Simón Bolívar a la Nueva Granada y Venezuela. Que en lo referente a nuestra historia, impulsó (y sigue impulsando) el ideario por la consecución de los grandes fines del equilibrio universal y la idea integracionista, siempre presente en el programa bolivariano por liberación y poderío regional. Gloria de América Meridional (Latinoamérica hoy), ese hecho concierne a todos los pueblos del mundo, sin excepción. Los 70 hombres de Calamar, con cuyo concurso se inició el 1° de Diciembre de 1812 el modesto ejército que realizó la admirable marcha o campaña, que con el aporte de Mompox en pocos días se agranda hasta la cifra de 500, 12 años después llegados a miles cuando se ganara, muchos kilómetros más al sur, la última batalla -la de Ayacucho-, cima de la emancipación del sub continente. Las dos fechas -1° y 15 de Diciembre de 1812-, son, pues, alta referencia histórica. Que en forma concreta muestra como Bolívar elaboraba su teoría. Sea esto, de manera simultánea al desarrollo de una práctica en acción. O, sucedáneamente, como arriba dicho, inmediatamente después del seguimiento atento de una práctica semejante. Se entiende mejor lo anterior, al observar lo ocurrido con el “Llamamiento del Dos de Noviembre” (así podría llamarse ese texto), publicado en la misma ciudad, el mismo año. Preludio de una teoría más completa, la presente en el Manifiesto número dos, de Diciembre. Que a su mérito precursor, añade haber despertado la confianza del gobernador de Cartagena, don Manuel Rodríguez Torices. Quien, luego de su lectura, y es de presumir lo que sigue: decidió encomendar al recién llegado la tarea de limpiar, en una parte del río mencionado, algunos molestosos reductos del poder colonial. Hecho auténtico punto de partida, por lo demás, de la Campaña Admirable. Los enemigos del equilibrio mundial Hay como una ley que rige el fenómeno del equilibrio, en su dos ámbitos: naturaleza y sociedad. Que indica que ningún equilibrio es absoluto. En el desarrollo social el equilibrio tiende a tener una permanencia relativa. Sobre todo, en tratándose de una sociedad de clase. En un mundo en el que predominan las sociedades de clase, el equilibrio político choca con los designios dominacionistas de las grandes potencias colonialistas que insurgen en su seno. En la actualidad, el más peligroso enemigo del equilibrio mundial son los Estados Unidos (autoapellidados de América). Su práctica imperialista es un duro obstáculo a salvar por cualquier intento de integración en la América Meridional. De esto, esos Estados unidos han dado numerosas pruebas; antes, durante y después de la independencia de esa zona del mundo contra el antiguo imperio español. De Bolívar y su posición anticolonialista, su tesis sobre el equilibrio mundial y su lucha por la integración y soberanía latinoamericana, los Estados Unidos han tenido siempre una actitud de oposición y derribo. No es posible extenderse al respecto en este espacio limitado, pero valgan un par de menciones que ayudan a poner al descubierto el comportamiento estadounidense. Y que se agregan a lo dicho en la primera parte del artículo. a) El incidente de los fusiles. Inmediatamente después del triunfo de la Campaña Admirable, debió defenderse la nación venezolana de los esfuerzos de reconquista por las tropas españolas allí todavía instaladas y las por llegar. Para el cumplimiento de esa misión el lado patriótico decidió adquirir 6.000 fusiles. Inglaterra y Estados Unidos se negaron a venderlos. ¿Cómo interpretar tal negativa, si no como una actitud inamistosa? b) Anti bolivarianismo. Para los Estados Unidos, la figura del Libertador sigue siendo muy antipática, la cual no encaja en sus planes de dominación mundial y por eso contra ella han enrumbado siempre un plan de descrédito. En la versión número cuatro del Documento Santa Fe, hecho a la medida de Bush II y su guerra preventiva, “se duelen, se burlan y se preocupan del bolivarismo”. Hablan allí de la necesidad de volver por los fueros de la “Doctrina Monroe”. Como si quisieran restregar esta mortífero instrumento en la memoria del caraqueño. Les mortifica que la frase, donde se resuma el antiimperialismo de Bolívar, (“Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miseria...”), él la gritara en el mismo año (1823) en que Monroe dijera su discurso. Aquél donde están contenidas las ideas, que después fueron elevadas a doctrina imperialista. Una comparación ilustrativa de Germán Arciniegas Traer a cuento esta comparación daría pie para describir las contradicciones en que Germán Arciniegas incurre en su libro “Bolívar y la Revolución” [6]. Pues se tomaría la parte positiva que, según él, hay en una de las mitades de la obra del Libertador (la otra posee carácter negativo). Reelaborar lo positivo resultaría beneficioso para lo que aquí se quiere demostrar. A punto de comenzar con lo dicho, caigo en cuenta de que los círculos oligárquicos latinoamericanos nunca cejarán, y menos mientras gobiernen, de su empeño de ocultar o sabotear aspectos claves del pensamiento y la lucha revolucionarios del grande hombre [7]. En cuanto a lo específicamente protagonizado por Arciniegas en esta última dirección (lo cual constituye la cara oscura del libro), un rápido análisis permite desvelar la coincidencia de ese hecho con el propósito de los nombrados círculos. Que no es otro que desprender -y en esta época más que nunca- de la obra de Bolívar su lado más importante. Esto es, su actitud indoblegable ante los Estados Unidos autoapellidados de América. El lector recordará que en una nota al final de la parte II del artículo, indicaba yo mi oposición a esa maniobra. Una aclaración en la nota indicada, pudo incluirse no obstante. Con eso se advertía que el libro tiene también una parte brillante. En la cual lo fabuloso de Bolívar como guerrero es su contenido principal. Para Arciniegas, Bolívar es un estratega militar de proyección universal. Tal es su competencia en este campo que si le compara con sus coetáneos Napoleón y Washington, la conclusión es que Bolívar los supera con amplitud. Significa, pues, que el texto del bogotano Arciniegas se debe leer usando el método de separar el fruto de la cizaña. Se tendrá, entonces, que la admiración que siente por los aportes militares de Bolívar, es un cosa, y otra la que niega del gran soldado sus calidadades de estadista y conductor. En su incomprensión (o falacia) en este caso específico, Germán Arciniengas de hecho acusa a Bolívar de alta traición, por el intento que le atribuye de cercenar el ideal independentista e integracionista de nuestro subcontinente. Y que se resuma en la “obstinación” de convertir a éste en protectorado de Inglaterra. A contrario sensu, indagando en el lado brillante, podrá uno toparse con la magnífica valoración que sigue : “Pero por encima de todo, hay que pensar en la guerra absurda, loca, imposible que condujo Bolívar hasta lograr increíbles victorias, haciendo cosas que no contemplaron ni Napoleón ni Washington.” Lo cual, completado con la frase que coloca en otra parte[8], podría ser noticia sobre un aporte de Bolívar tocante a la teoría de la estrategia, ésta como el principal factor dirigente de la guerra. Asunto que está a la espera de que los expertos la estudien. [9] Desentrañada la parte dañosa que el libro “Bolívar y la Revolución” encierra[10], y comprobado que en sus páginas hay asimismo mucho beneficioso, me referiré a la caraterización de las guerras de independencia americana contra el colonialismo español e inglés que Germán Arciniegas formula. Comparándolas, para más, con las napoleónicas. Sostiene el prolífico escritor que los próceres que dirigieron las guerras americanas [11] -Washington, Toussaint L'Ouverture y Bolívar (los otros son San Martín, Artigas, O'Higgins, Hidalgo, Morales, Juárez...)- ni aun el primero le hace sombra. Ni pensar siquiera que eso se podría, cuando se trata de aquel hombre inscrito en la historia como uno de los mayores libertadores de naciones y pueblos. Si además se agrega lo que yo pienso firmemente: que en ello solamente le adelantan dos personajes más que extraordinarios, ambos posteriores en el tiempo, se ve entonces cuánta razón le cabe a Arciniegas cuando también dentro del subcontinente destaca a Bolívar como el más grande. En sustento de su afirmación, narra que entre españoles, ingleses y franceses arribaron a América cosa de 150.000 soldados, todos derrotados. Y señala que de las tres guerras la de las colonias españolas fue la más larga y heroica. Se queja de que en Europa, incluída España, esta guerra fuera prácticamente ignorada. Al respecto anota: “Perdió España su imperio y no fue noticia digna de darla a conocer.” En cambio comenta de modo irónico que la contienda de liberación de Grecia era seguida día a día, con minuciosidad y, seguramente, con exactitud. ¿Le hace mella a la empresa emancipadora de Bolívar el acto deshonesto recién visto ? ¿Mengua, acaso, esta burla a la historia, la grandeza de nuestro máximo patriota y demócrata y su legado inacabable, en plena aplicación, en la actualidad, en la tierra que lo vio nacer (legado, por otra parte, que los pueblos latinoamericanos han empezado a convertir otra vez en enorme fuerza material, sin la cual nunca se podrá conseguir el anhelo que también era de Bolívar, la integración anticolonialista de América Latina) ? ¿Disminuye aquel miserando comportamiento la proeza de las huestes provenientes de los cuatro puntos cardinales de Suramérica, que lucharon con las armas entre 1912 y 1925; y luego en forma política hasta la muerte en 1830 de quien las atrajo y las dirigió con tino, en procura de mantener la independencia declarada en 1810 [12] por la mayoría de las colonias de la América Meridional; y todo lo demás en beneficio de los pueblos y las naciones que la independencia de un país o un grupo de países trae por contera, y por el logro, igualmente, del equilibrio del mundo? La respuesta es que eso de ninguna manera resquebraja las hazañas anotadas y las demás que en la lista faltan. El mundo de hoy sabe que lo realizado por Napoleón (la parte últil de su vida y obra), y lo hecho por Washington mismo, en estricto, en ambos casos, cesó en su vigencia histórica. No es ya aplicable. Y sí, en cambio, y en alto grado, lo correspondiente del Libertador. ¡Cuánta justeza hay en la oración a Bolívar salida de la agudeza mental y el emocionado momento vivido por el cura de Choquehuanca! “Con los siglos crecerá vuestra gloria como crece la sombra cuando el sol declina.” Estas palabras, profecía cierta, tañerán por siempre en el campanario de la historia. Bolívar, hijo y no padre ¡Resulta ilógico que sea Arciniegas quien ampute, como se ha visto, de la personalidad de Bolívar uno de sus lados fundamentales; él quien introduce la más ajustada dimensión humano-política (zoon politikon) del más grande libertador americano! Cuando en el lado brillante del libro postula : “Las patrias estaban ya maduras para la emancipación, y es más correcto considerar al Libertador hijo de la Patria y no su Padre”, se está Arciniegas nada menos que apartando de la posición burguesa que suplanta el papel central del colectivo, el de las masas populares en movimiento, por el del héroe individual, exaltado para esto en forma paroxística. Y continúa : “Desde que América es América, aquí llegaron descontentos de Europa, los esclavos del Africa a fundar imaginarias patrias mejores….” Y líneas arriba había sentado que 50 años anteriores a 1800 hubo en América Meridional una motivación para la independencia. Él tenía porque saberlo, pues fue quien emprendió y concluyó el rescate de la por mucho tiempo olvidada Revolución de los Comuneros de 1781, encabezada por uno de los héroes grandes de Colombia, José Antonio Galán. [13] ¿Significa para la gloria de Simón Bolívar algún menoscabo el restablecimiento de la posición que se acaba de transcribir y ratificar? De ninguna manera, porque conceptos del mismo corte ideológico salieron de sus propios labios, para uso de él mismo. Y principalmente, porque se trata de un punto de vista correcto, que al afirmarse de nuevo, en tiempos del estancamiento político que reina hoy, que se prevé va ser extenso en su duración, por eso sumamente adverso para los de abajo, opinión que al así afirmarse sitúa a esos pueblos, de América Latina y el resto del mundo, en el plano que les corresponde en tanto fuerza principal de las luchas que a pesar de ese fenómeno político a diario se dan; orientadas a “revolucionar” lo que es causa de su desgracia. Hecho que guía a aquéllos a buscar con más tino su suerte fuera del sistema capitalista-imperialista de producción. Hoy a punto de destruir a continentes enteros, como el caso de Africa, asediado inicuamente; su población, incluso en peligro de ser diezmada, y también al propio planeta en donde todos vivimos. Además, de que eso en nada ensombrece la admiración que Arciniegas tiene de la faceta mayor del caraqueño y grancolombiano. “Me rindo -exclama- ante el liderazgo guerrero de Bolívar, de cuya voluntad de fierro nació nuestra liberación a través de las batallas más atrevidas, casi absurdas.” De Trafalgar a Maracaibo La necesidad de establecer el equilibrio político y militar también en el interior de la América Meridional, forzó a Bolívar a marchar con su ejército grancolombiano (formado por neogranadinos y venezolanos) hacia el sur continental. Hacia allí marchaba también el otro ejército emancipador, conformado por argentinos y chilenos y dirigido por San Martín ; con O'Higgins [14] como segundo al mando. Ambos ejércitos avanzaban (adelante se verá por qué de modo tan concreto) hacia los territorios ecuatoriano y peruano. Este en sus dos lados: alto y bajo. Bolívar, a fin de asegurar para su proyecto grancolombiano y américomeridional aquellos territorios, y en su pensamiento, de modo más particular: el ecuatoriano y el bajo peruano, no tuvo otra alternativa que partir inmediatamente después de lograda la victoria en Carabobo (1921). Lo cual iba a ser riesgoso. Pues dejaba sin concluir la tarea de barrer en la antigua Capitanía General de Venezuela los últimos vestigios del ejército español, huido a Puerto Cabello y Maracaibo, para abroquelarse allí. Dentro del marco anterior juegan una doble relación los dos puntos geográficos ligados en el subtítulo de arriba -Trafalgar y Maracaibo. Y esto, a su vez, con lo transcrito asimismo arriba. Que la personalidad de Bolívar en la revolución americana cuadra más con el título del hijo el más dilecto. Pero veamos este candente punto de forma más detallada. En Venezuela se formó tempranamente una tendencia minoritaria que, con apoyo del Estado en más de una ocasión y haciendo uso exagerado de la figura literaria de la sinécdoque, presenta en forma extremada el patriciado de Bolívar y aun la participación misma del pueblo venezolano en la lucha independentista. Hasta el punto que los dirigentes y habitantes de la Nueva Granada (la hoy Colombia), en particular, quedan reducidos en esa historia a una situación de desdorosa insignificancia. Si hasta se los puede imaginar sentados frente a las puertas de sus casas, mirando el paso arrollador de los vecinos impartiendo el don de la libertad. Cornelio Hispano cita en libro publicado en Bogotá en 1914 las siguientes palabras de Rafael María Baralt : “La toma del Callao puso término a la guerra de independencia en la América del Sur, y fue el último triunfo de Bolívar en esta sangrienta y larga lucha, empezada y acabada por los valientes hijos de la heroica Venezuela.” Hispano cita también a Gil Fortoul, que afanoso de borrar el papel del pueblo y las autoridades de la Nueva Granada en la primera Campaña Admirable de Bolívar, termina por negar el carácter hazañoso de esa Campaña. Ésta de tal grado en esa calidad y en su trascendencia, que le valiera a su máximo conductor, Bolívar, ¡ese mismo!, el título de Libertador de Venezuela. Dice Gil Fortoul : “En ocasiones la imaginación alborotada de Bolívar se armoniza por modo singular con el cálculo diplomático. Sus triunfos de 1813, relativamente fáciles, y sobre todo efímeros, él los exagera, los magnifica, los convierte en epopeya para deslumbrar a amigos y enemigos, y como fue con oficiales de la Nueva Granada que se aventuró a la reconquista de Venezuela para ellos canta sin cesar himnos de gloria.” Y corrige Hispano a Duarte Level, cuando omite un par de episodios que ejemplifican la manera armónica como los dos pueblos, bajo la dirección del creador de la Gran Colombia, actuaron en su lucha común : “…Este historiador, tan minucioso en sus estadísticas de los fastos militares de Venezuela, deja sin mención las fuerzas granadinas que asistieron a la batalla de Carabobo, y los miles de granadinos que hicieron campaña con Páez en el Apure.” En cambio, celebra el escritor colombiano la objetividad del pintor caraqueño Martín Tovar y Tovar; que en la majestuosa pintura adorno de las paredes del Salón Elíptico del Palacio Federal, sito en la capital de Venezuela, exalta el comportamiento también heroico de los soldados enviados desde la Nueva Granada por Santander, cuya presencia fue importante factor para el triunfo obtenido en la nombrada batalla de 1921. En buen número esos soldados en esa histórica jornada, a juzgar por la cantidad de combatientes que estuvieron con Páez y los 6.464, sin incluir 115 oficiales, puestos desde Septiembre del mismo año, igualmente por Santander, a disposición del Libertador para la campaña del sur. La epopeya de Padilla [15] El tema Padilla está fuertemente ligado con el descubrimiento de Arciniegas contenido en la frase dicha: Bolívar más que padre, hijo de la revolución. En concordancia con esa posición y punto de vista, cabe que un hombre cuyo progenitor fuera un esclavo liberto, y no oriundo venezolano, sino neogranadino, haya sido quien completase la mencionada inconclusa tarea de Bolívar. Para los componentes de la tendencia minoritaria referida sí que sería incomprensible tan inusitado hecho. Sorprende que en Venezuela, pasadas casi dos centurias de la acción de Padilla, intelectuales con mucha connotación incurran en tal inconsecuencia. Conozco dos casos : los de José Luis Salcedo-Bastardo y Manuel Pérez Vila. Que en sus escritos omiten mencionar aquello tan memorable [16]. Pues debe recordarse una vez más que José Prudencio Padilla, conocido como el mulato (él inicia su campaña el 5 de noviembre de 1822, la cual dura 242 días y culmina con una batalla naval en el lago de Maracaibo el 24 de julio del año siguiente), es por esa hazaña que le viene el calificativo de “Nelson colombiano”. Y quien se lo prodiga es nadie menos que el mismísimo Libertador. Arciniegas e Hispano explican lo acontecido en la petrolera ciudad venezolana de hoy. Cuenta el primero : “La batalla fue en Mar y Tierra, no la dio y ganó un hermoso oficial como Nelson, sino un mulato de Río Hacha, cuyo padre había llegado a Nueva Granada esclavo.” Y narra el sufrimiento de Bolívar camino a Perú, en el transcurso de las interminables para él cuatro semanas del transcurrir real de aquella batalla. Las angustias del grande hombre cesaron sólo cuando varios días después del nombrado 24 de julio supo que el marino y militar mulato, en compañía de gente de su tierra y al frente de una pequeña escuadra, mediante maniobras aquí, allá y acullá había logrado abatir las naves del enemigo español (venidas de La Habana), mayores en número y envergadura. Hispano, a su vez señala : “Padilla, soldado de Trafalgar, sella en Maracaibo, en 1823, (…) la independencia de la Gran Colombia.” Y no se crea que la expresión “soldado de Trafalgar” sea rebuscado tropo de poeta. Padilla peleó allí de verdad verdad. El se había enrolado en la armada española, adonde fue a parar después de que embarcara, a la edad de 14 años, como ayuda de cámara; y lo había hecho de modo incesante en la Nueva Granada y en Venezuela antes de lo de Maracaibo, y siempre del lado de Bolívar. A ello y varias otras actividades del mismo tipo, debe Padilla su enorme experiencia y el conocimiento de la estrategia guerrera, con su correspondiente táctica, en tierra y agua. Sabiduría aplicada, precisamente, en la Campaña de Maracaibo. Estoy planteando estas cosas porque en esto de las guerras de la independencia, dirigidas por Simón Bolívar el Libertador, no se puede ver apenas uno solo de sus lados. Nunca será aconsejable contemplar esa historia de modo sesgado; con estrechez de miras. A partir de una posición nacionalista, en fin. Un punto de vista erróneo como ése no une, sino, lo contrario, divide. En ese sentido, se podría decir que tendería a separar aquella visión a los pueblos de Venezuela y Colombia, si otros se sintiesen tentados a tomar el atajo de Salcedo-Bastardo y Pérez Vila. El pueblo venezolano y colombiano, para resistir y vencer la embestida oligárquica-imperialista que uno y otro vienen afrontando, ahora más que nunca precisan unirse de la mejor manera a la figura de Bolívar. Al redor del Libertador, a quien tanto aman. Pueblos, que en los hechos conforman uno solo. “Colombia y Venezuela, dos Estados y un solo pueblo.” Esta frase estuvo escrita en el frontis de la página virtual de Aporrea.org, durante los meses que duró el incidente entre lo dos países provocado por la ilegal detención del guerrillero Granda. A ese respecto quisiera indicar, que se está en mora de dar cabida en el seno de la nación venezolana a las críticas contenidas en el libro de Cornelio Hispano. Que los conceptos encontrados de Germán Arciniegas sean también objeto de discusión. Que opiniones injustificadas, de historiadores como Francisco González Guinán, emitidas hace ya mucho tiempo, mas todavía con influencia, sean sometidas a crítica. La emitida contra Santander en particular, proferida sobre un caso en que aquél actuó de modo correcto. Incluso a hombres como Santander, funesto las más de las veces frente a la lucha de Bolívar, por ejemplo cuando se trató del mantenimiento de la Gran Colombia y lo que hubiera sido el punto político más alto de aquella lucha -el Congreso Anfictiónico de Panamá-, soy de pensar, con todo, que cuando se trata de hombres de esa clase, incursos en una doble conducta, a las contribuciones que en pro de la lucha hicieron en algún momento de su vida se las debe respetar. González Guinán, según la opinión de Cornelio Hispano, pisotea del llamado “organizador de la victoria”, la obtenida en la Batalla de Boyacá, su magnífico papel en esa batalla. Pero fundamentalmente se pide atención para el aporte del almirante José Prudencio Padilla. Que se le difunda, a la par con los de hombres esclarecidos nacidos en la patria del Libertador ; como Ezequiel Zamora. No es por azar que estos dos actuaran siempre imbuidos del espíritu de Bolívar. La batalla de Santa Inés, que tuviera a Zamora como planificador y conductor, y la de Maracaibo, que contó con Padilla como protagonista, se asemejan como dos gotas de agua. En cuanto a que las dos conforman ejemplos extraordinarios de la aplicación de la estrategia en tanto guía de la guerra de movimientos, en los hechos esas dos batallas fueron trampas tendidas contra el despotismo, la rapiña y la destrucción. Su mérito central es enseñar la estrategia y la táctica de engañar al enemigo superior en tamaño y fuerzas, atraerlo y propinarle una derrota necesaria para la causa de la libertad de los pueblos. Padilla en nada se desmerece estar al lado de Zamora. Fue también un héroe en la historia neogranadina-venezolana del siglo XIX. Armarse de su contribución cobra vital importancia en los tiempos que transcurren, cuando la revolución se retoma en la patria del Libertador. Y de una manera tan clara y contundente, que asombra a gentes en todo el orbe. Conspiración de Brasil y una carta a Funes En la sociedad china han sido acuñados centenares de proverbios. De ésos unos tienen a la guerra como tema. Conozco alguno que encaja a la perfección en lo que voy a escribir a renglón seguido. Lo leí en la revista Beihing Informa hace un poco más de tres décadas, y, no obstante el tiempo pasado, lo puedo, felizmente, citar de memoria : “Cuando se vigila la puerta delantera para que no se nos meta el tigre, no hay que descuidar la trasera porque por ésta se puede colar el lobo.” La civilización china empezó a conformarse en la prehistoria de la humanidad. Mientras que nosotros, Latinoamérica, nos aprestamos apenas a conmemorar, en 2010 [17], las primeras dos centurias de nuestra declaración de independiencia contra al yugo español. Por eso es de admirar la visión del funcionamiento del mundo por un Bolívar casi mozalbete. Asunto expresado por él en 1815, en la Carta de Jamaica. En la parte primera del artículo se describió el modo sigiloso (oportunista) como Brasil se hizo a una extensión grande de territorio amazónico. Al que no tenía ningún derecho (recuérdese lo del Tratado de Tordecillas, del que se habló en esa primera parte). Al que fue sumando otros amazónicos y no amazónicos. Obtenidos, bien de manera fácil (como la porción grande que le vino regalada, como si le hubiera caído del propio cielo -los lectores no han leido mal, se ha dicho regalada-, entregada a principios del Siglo XX por un gobernante de la República del Perú, en representación de los dadivosos dioses, seguramente) ; o bien por la fuerza, hasta acumular la envidiable superficie que hoy ostenta : el 47 % del subcontinente suramericano [18]. Gracias a don Vicente Lecuna, el infatigable intelectual venezolano estudioso de las guerras bolivarianas, que además publicó once gordos volúmenes con las cartas del Libertador, podemos saber qué pensaba de lo dicho el Libertador mismo. Su testimonio figura en el Tomo XI de la compilación de don Vicente. En carta del 28 de mayo de 1825 al doctor Gregorio Funes [19], decía Bolívar ya en el primer párrafo : “Supongo que Vd. estará (...) informado de la invasión que ha hecho un oficial de Brasil, sobre la provincia de Chiquitos, en el Alto Perú.” Y agregaba : “Yo no he podido creer que esta medida tan injusta como impolítica haya sido tomada por orden del Emperador del Brasil (...). Sin embargo, como todo puede suceder, yo deseo que Vd. tenga la bondad de escribirme (...) e informarme todo lo que Vd. sepa respecto al Brasil...” Más adelante, el Libertador se muestra interesado por los progresos hechos dentro del gobierno argentino, que dice interesarle mucho a fin de que “pueda oponerse a esos temerarios realistas de Janeiro.” Y luego sale con esta genial propuesta, digna de su arrojo y capacidad previsora : “Si el Río de la Plata quiere que las tropas del Perú hagan una invasión en el Paraguay, avísemelo Vd. pues entiendo que no es difícil por el río Bermejo. Esta operación nos facilitaría otras ventajas, en caso de que el Brasil continúe con sus temeridades.” Falta de claridad rioplatense En el libro El Grito Sagrado (La historia argentina que no nos contaron), Pacho O'Donnell, su autor, narra un episodio que tiene al gobierno de Buenos Aires como triste protagonista (aquel gobierno del cual se mostraba tan interesado Bolívar en su carta a Funes). Y que en gran medida coadyuvó a dar al traste con la idea de éste de que el Alto Perú (República Bolívar posteriormente y luego Bolivia) y Argentina formasen un solo país. Esta idea está presente en lo que O'Connell observa : “Sucre tenía una gran admiración y dependencia por Simón Bolívar (...) Cuando éste se entera de sus planes independestistas para el Alto Perú, le responde airadamente que estos territorios no deben ser desgajados del Río de la Plata. Bolívar era así muy conciente de evitar el fraccionamiento continental...” Seguidamente da cuenta O'Connell del modo incomprensible como el gobierno de Buenos Aires responde a una carta enviada por el hombre fuerte de Bolivia en el año de 1825. Sucre, quien el 9 de marzo de ese año había convocado una asamblea con representantes de las provincias de la futura Bolivia, de hecho, en su misiva, consultaba al gobierno rioplatense aquel paso. “El 9 de mayo de 1825 -relata O'Connell- el Congreso argentino responde a Sucre (...) que 'es voluntad del Congreso Constituyente que las provincias del Alto Perú queden en plena libertad para disponer de su suerte...' ”. Esa actuación, que O'Donnel le cuesta creer, dio al Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, la oportunidad de sacar adelante su plan independentista para el Alto Perú. Lo cual la historia ha demostrado haber sido desafortunada, un paso incorrecto, puesto que dejó a ese territorio al garete; a merced de los merodeadores que lo rodean, que han aprovechado aquello para devorarse no sólo la mitad de su territorio, sino las ingentes riquezas que contiene. A partir de ese momento, precisamente, Bolivia perdió a manos de sus vecinos un millón de kilómetros cuadrados y hasta su salida al mar. En estos momentos la avidez dicha, aumentada en progresión geométrica, proveniente en especial de la superpotencia dominante hoy, Estados Unidos; que apunta al blanco más apetitoso: que le reasegura el control de los recursos petrolero y gasífero. En la actualidad se recurre a los peores medios para mantener ese control. El pueblo boliviano, por su parte, lucha contra tal iniquidad. Lo ha hecho por años para admiración del mundo. No quiere el pueblo boliviano perder ese bien, necesario para poder sobrevivir. A los imperialistas y sus empresas multinacionales les importa una higa la suerte de Bolivia. Y ni se diga, que esto implique sacrificar a los bolivianos. Tal es la situación, que algunos presagian una “Bolivia a punto de desaparecer”. En vía diferente a la de Sucre, pensaba Bolívar con más profundidad. Sin forzar los hechos, con aplicación de la aceptada doctrina del itu possidetis juris. Como consecuencia tomaba como base la división territorial heredada de la Corona española (cuya delineación más adecuada sería la virreinal), para soñar países grandes, como la destruida Gran Colombia; que asegurarían una mejor defensa en lo mundial y lo regional. De lo que aquí queda claro del incidente de 1925, con sus altos protagonistas, Bolívar, Sucre y el gobierno argentino, más Brasil con sus avances sigilosos o francos, surge el modo como Bolívar a partir de su correcta visión sobre alcanzar el equilibro mundial, sin dejar de lado su correspondiente continental, acertaba en lo que quería, y por lo que luchó a brazo partido para la América Meridional. Subyacen otros aspectos de interés. La falta consabida de espacio no permite siquiera enunciarlos ahora. Será posponerlos, para tratarlos en una otra ocasión. Otras manifestaciones del unionismo Así subtitula Francisco Pividal, en un libro suyo sobre el tema; donde muestra dos propuestas anticolonialistas con origen en Chile y Argentina. A saber : la de Juan Martínez de Rozas (1759-1813), quien en 1810 proponía: “que las colonias españolas… formen una Confederación de Estados con fuerza suficiente para rechazar la dominación española.” Y la de Antonio Alvarez Jonte (1784-1821), también de 1810: de unificar los gobiernos “no sólo para la guerra, sino también en la paz, con el objeto de celebrar pactos comerciales y políticos con otros países.” Pividal termina con México. Cuenta que ¡hasta allá, en ese extremo norte de Hispanoamérica, llegó la corriente integradora ! “No por gusto -dice- al Padre Miguel Hidalgo (1753-1811), se le dio el título de 'Generalísimo de las Américas'.” Revoluciones latinoamericanas de los últimos siglos Son dos y un poco más las centurias comprendidas en este repaso. Del siglo XIX (por razones de espacio), no son incluidas la significativa revolución haitiana de 1804 y tampoco la revolución cubana encabezada por Fidel Castro Ruz y Ernesto 'Che' Guevara y la truncada sandinista de Nicaragua, las dos del Siglo XX ; tan presentes en ellas los pensamientos de Bolívar y Martí (en particular el de este último). Sobre el equilibro mundial ligado a la independencia y la integración de la América Meridional, lo cual Bolívar buscaba con su teoría y su práctica (1810-1830), a ello se referirán la segunda y tercera partes del artículo. La parte final se ocupará del proceso revolucionario en marcha en la patria de Bolívar, donde de modo planificado se aplica aquella tesis. Será parte ello del parangón que, a la luz de esas ideas, se haga de las situaciones contrarias de Venezuela y Colombia hoy.--------Notas :[1] Las clases dominantes despojaron de la lucha de Bolívar este aspecto básico, logrando ocultarlo por largo tiempo. [2] El papel positivo latinoamericanista del Brasil actual se verá en la cuarta parte. 3] Más tempranero, en relación con los que en Suramérica han puesto en práctica de modo consciente la tesis mencionada. [4] Los nombres de las publicaciones que han servido de ayuda a la redacción del artículo, se indicarán al final de la mencionada cuarta parte. [5]Tengo otra contrariedad con lo que Arciniegas (1900-1999) vierte en el libro “Bolívar y la Revolución”; por cierto -no hay motivo para negarlo- un texto enjundioso, lleno de información, comparaciones, interpretaciones. El título genérico con que el escritor colombiano nomina su libro, lo determina el subtítulo : “Fue el guerrero del siglo. Esa es toda su gloria.” Germán Arciniegas, entre las varias señaladas, acusa a Bolívar de querer hacer de la Gran Colombia “un protectorado inglés”. Cosa controvertible. Para contestar ello, se necesitará, al menos, un opúsculo. [6] Estas contradicciones se resumen, página 9 del libro, con esta frase : “Hasta donde Bolívar es eso : caudillo sin par de la guerra de Independencia, su nombre constituye el gran símbolo de nuestra historia. No así en su voluble oratoria política que le llevó a errores tan contrarios a su misma obra, como la introducción de una filosofía monárquica en la Constitución para Bolivia, o la idea de hacer de la Gran Colombia un protectorado inglés.” [7] Un ejemplo del odio a Bolívar por esos sectores, lo muestra lo ocurrido en 2002 con el golpe de estado contra el máximo dirigente del actual proceso revolucionario de Venezuela, Hugo Chávez Frías. Gran número de los involucrados en ello, al mismo tiempo que vivaban en el Palacio de Miraflores al nuevo “presidente”, el llamado Carmona el Breve, se dedicaban a destruir los cuadros con la figura de Bolívar que allí encontraron. [8] Bolívar casi siempre fue a los combates en inferioridad numérica, no lo dice solamente Arciniegas. [9] Intenté en vano conseguir en Estocolmo, en las bibliotecas que disponen de libros en español, los tres tomos en los que don Vicente Lecuna analiza las guerras de Bolívar, pues quería ver si trata allí el tema en cuestión. [10] Sobre el desaguisado anti bolivariano existente en el libro “Bolívar y la Revolución”, insisto en lo dicho en la parte primera del artículo. Que se necesita al menos un opúsculo para ver de enfrentarlo (y refutarlo). [11] Guerras de proyección mundial, no sólo, porque están ligadas a la libertad de todo un continente, sino porque se realizaron contra la Europa colonialista de la época. (Capítulo XII y final del libro).[12] No hay duda que Tupac Amaru en el Perú, Tupac Catari en el Alto Perú (más tarde Bolivia), José Antonio Galán en la Nueva Granada (la hoy Colombia), y otros, como ellos, en otras partes de la América Meridional prepararon con sus rebeliones armadas contra el imperio español lo que después, a partir de 1910, se generalizó en la existosa revolución continental independentista que todos conocen. [13] De las tres rebeliones señaladas en la nota anterior, la neogranadina es la menos conocida. Como se dice arriba en el texto, durante un tiempo estuvo olvidada. Los Comuneros al mando de Galán (hubo otros dirigentes que al final traicionaron la lucha) lograron armar un ejército de 20.000 hombres, que desde el oriente llegó a la goteras de Bogotá, e hizo temblar a las autoridades del virreinato. Y fue por causa de la traición anotada, que se firmaron unas engañosas capitaluciones con el arzobispo virrey Caballero y Góngora ; nunca cumplidas, por supuesto. [14] Alguna vez escuchaba yo cómo se expresaban de modo injusto de O'Higgins, un par de compatriotas suyos. He aquí, a propósito, lo que sienta al respecto Cornelio Hispano, en su libro citado -Colombia en la Guerra de la Independencia : “Bolívar, San Martín, O'Higgins, los tres grandes campeones de la libertad, comprendieron que la independencia no quedaría consumada mientras el poder español imperara en algún punto de Amércia, y así todos tres pensaron llevar sus armas victoriosas al Perú, último baluarte del despotismo español.” [15] Una breve y sustanciosa semblanza de Padilla, cuya autora es Gilma Ríos Peñaloza, puede verse en : http://www.lablaa.org/blaavirtual/letra-b/biogcircu/padijose.htm-18k. [16] El libro de Salcedo-Bastardo se titula en español “Bolívar : un continente, un destino”. En idioma sueco, en el volumen que reposa en mi biblioteca, tiene nombre diferente : Simon Bolívar, befriare av en kontinent (Simón Bolívar, libertador de un continente). La verdad es que Salcedo-Bastardo no sólo calla la acción de Padilla que puso punto final a la presencia del imperio español en Venezuela (da otra versión), sino que hace otro tanto en lo referente a la Batalla de Carabobo. En ésta afirma que combatieron 6.400 hombres, llegados de todos los rincones de Venezuela. Ninguna mención de los soldados colombianos (neogranadinos) enviados por Santander. De Manuel Pérez Vila, su omisión (sobre Padilla) puede verse en el prólogo al libro “Simón Bolívar -ideas fundamentales”, publicado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela, Caracas 1981. Un tercero, Jorge Mier Hoffman (http://www.simon-bolivar.org/bolivar/sb_el_profeta.html-35k) se suma a los dos nombrados. En su artículo “Simón Bolívar, El Profeta”, hace comenzar la Campaña Admirable (1812-1813), con la cual inicia Bolívar sus guerras, en la ciudad fronteriza colombiana de Cúcuta. Con ello despoja a Colombia de aspectos claves, políticos y militares, de esa Campaña, ocurrida en buena parte en su territorio, y sin lo cual esa gesta resulta también cercenada en su contenido. [17] Haití fue el primer país latinoamericano en liberarse. Lo hizo en 1803 mediante una guerra, nada menos que contra el ejército napoleónico. La fecha de 1810 es simbólica en tratándose de los países latinoamericanos de habla hispana. Que son mayoría. [18] La posición de Brasil en la actualidad es bastante diferente de la descrita hasta ahora en el artículo. Cómo ha cambiado y en qué aspectos, se tratará en la parte IV y final del texto. [19] Gregorio Funes (1744-1829). Eclesiástico, historiador y político argentino. Patriota versado, entró en relaciones con Bolívar y Sucre en 1823. Ellos lo nombraron para un alto cargo eclesiástico en Bolivia, que aceptó y desempeñó durante uno o dos años. Fue co creador de la primera Constitución Política de Argentina.
Por: Orlando Cáliz Villanueva
BREVE INTRODUCCIÓN: El artículo a la vista -dividido en tres partes- fue publicado (año 2005) por ARGENPRESS. Luego de esto, El Correo de la Diáspora Argentina tuvo a bien unificarlo en un solo cuerpo. De esa manera el artículo ganó bastante en coherencia. Una cuarta parte planeada inicialmente, terminó aplazada. Cuando ésta se escriba (espero sea prontamente) habrá de comparar y analizar las situaciones diferentes, mejor dicho: contrarias, antagónicas que frente a la herencia del Libertador Simón Bolívar se dan hoy en los dos países hermanos y vecinos en donde él ejerciera su mayor y más calificada actuación: Venezuela y Colombia. Según mi parecer, el mérito de publicar nuevamente el artículo -en su forma unificada y aclarados, además, ciertos párrafos- es que brinda a las personas interesadas en el tema Bolívar la posibilidad de asomarse, en un texto de apenas 16 cuartillas, al inmenso aporte antiimperialista y democrático del grande venezolano, grancolombiano y latinoamericano. Con un agregado: las consecuencias positivas que ese accionar tiene en el equilibrio mundial. Y este ítem, la vigencia de todo ese conjunto en la actualidad.
Como que se viene aplicando a plenitud en la revolución política, democrático y nacional, en desarrollo en Venezuela desde finales del siglo XX. Eso viene a demostrar que Bolívar, con su pensamiento y práctica finalmente logró legar para el porvenir una teoría correcta; por eso apta para emplearse en las revoluciones democrático-burgueses de nuevo tipo, en el orden del día en el subcontinente latinoamericano. Ligadas ellas con el socialismo por una ley histórica irrefragable. Hecho reconocido en la doctrina marxista y por un sector grande de la dirigencia revolucionaria de hoy. A propósito, ¿será cierto, como se afirma en particular en Venezuela, que tal teoría posee valor también para guiar la construcción del socialismo en el nombrado subcontinente? El debate que sobre el “Socialismo del Siglo XXI” tiene ocurrencia en los días que corren, de seguro dilucidará este asunto en uno u otro sentido. También tiene esta breve introducción un propósito adicional técnico. Que permite al lector tomar en cuenta que en el texto quedan algunas frases como ésta: “En la primera parte del artículo se echa de ver...” Que como se verá, aún permanecen en el texto. Advertir esto de antemano, libra a la lectura de molestias. Los años mozos y una comprensión limitada Desde la aparición de la Carta de Jamaica en 1815 diversos factores han desalentado el análisis del tema principal de que el escrito se ocupa [1]. Por fortuna, en vía contraria, vientos nuevos golpearon a América Latina entre 1960 y 1970. Previamente -a fines del siglo XIX-, habían estremecido el Caribe. Hoy vuelven con gran fuerza y agitan, en especial, el lado oriental de Suramérica. En mi caso, cuando abordé el estudio de la tesis y la práctica de Bolívar por el equilibrio político mundial la comprensión personal de ello resultó limitada (con ser que habían pasado 150 años desde que fuera planteado). Se explica tal cosa, por el deficiente conocimiento de que yo adolecía sobre los actos de agresión de los Estados Unidos contra lo que sus palafreneros llaman patio trasero. Ligada esa inicial comprensión (algún mérito debía tener) : con la frase guía por antonomasia del Libertador : “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miseria a nombre de la libertad” ; y, con un nexo más directo tal comprensión, con la hábil creación de La Gran Colombia. La limitación dicha data de mis años colombianos. Por entonces -segunda mitad de los años 60-, estaba seguro, eso sí, de que la tesis y su práctica producían un equilibro; aunque sólo en lo americano. ¡No entendía yo que tal equilibrio cubría todo el planeta ! Fue peor ya desembarcado en Suecia, cuando alguien me enteró de una deplorable maniobra territorial de Brasil. Que habría avanzado en forma sigilosa sobre la selva amazónica, aprovechándose de que las naciones americanas hispanohablantes se hallaban: primero preparándose, y, luego, guerreando abiertamente por su independencia. De paso, sea de recordar: que el gigante lusoparlante se encontraba en aquellos días, podría decirse, en una situación de “semi emancipación”. Y que la emancipación completa la obtuvo por vía “pacífica”, no por acuerdos sino por impotencia del país colonialista ocupante. Se violaba con ese avance lo pactado más de 350 años antes -el llamado Tratado de Tordecillas- por las metrópolis española y portuguesa (con la intervención del Papa Alejandro II). Tan sorprendente noticia obturó más mis entendederas y acrecentó mi tuerta visión sobre el contenido de la tesis. Al final, desajustes como el mío y mixtificaciones como las que, de modo canallesco, se le oponen, nada valen. Es el registro veraz en la historia de la aportación universal del inmenso caraqueño y grancolombiano, lo que cuenta. Lo de Bolívar, para más, fue resultado de observar el comportamiento agresor de la superpotencia mencionada y de advertir apetencias expansionistas menores, pero no por eso de descuidar, como las del citado vecino [2]. El equilibrio mundial como acicate antiimperialista En nuestra Latinoamérica son varios los que, desde dentro y fuera del gobierno, han guiado su actuación por la fórmula de Bolívar o coincidido con ella. El más tempranero [3], el general José María Melo en 1854; esto es: pasados apenas 36 años de la Batalla de Boyacá, que consolidara la independencia de Colombia. Bolivariano consciente, como que estuvo al lado del Libertador durante el tiempo que duró la lucha por la emancipación contra el imperio español, Melo llevó a cabo, aquel año, un golpe de estado revolucionario. Destinado a favorecer la contienda política de miles de artesanos contra el librecambismo inglés; instalado en el territorio nacional por la acción colaboracionista de la burguesía compradora comercial, apoyada por los partidos Conservador y Liberal (éste a través del ala llamada draconiana). Actuó este probo general acompañado de un número apreciable de intelectuales progresistas, algunos de ellos partidarios decididos del socialismo; y de las huestes populares organizadas en considerable proporción en Sociedades Democráticas. Unidos a las fuerzas armadas al mando del intrépido militar y guiados por la consigna “!Vivan el ejército y los artesanos, abajo los monopolistas!”, combatieron hasta la muerte esos dos sectores al liberalismo económico manchesteriano (el neoliberalismo de hoy). De ese modo fundaron la institución gubernamental que depuso aquel oprobioso sistema, el cual reemplazaron durante los ocho meses que el movimiento se sostuvo triunfante, por uno propio, el más ajustado, en las condiciones del momento, para el logro del progreso nacional y social. Contra ellos, de forma apresurada, se amalgamó un ejército encabezado por tres generales oligárquicos. Que contó, por un lado, con el apoyo material de burgueses y terratenientes. Y, por otro, con dinero, armas y pertrechos provistos por Estados Unidos, con el añadido de la participación de la Embajada de ese país, cuyos funcionarios se trasladaron de modo descarado a la zona contrarrevolucionaria para hacer de consejeros. Fue así como la coalición acaudillada por estos tres generales logró romper la resistencia popular y, con ello, finalmente, conseguir derrotar el intento de establecer en Colombia una República Patriótica Artesanal-Popular. Centroamérica ha sido, quizás, el escenario más activo para la práctica del aporte de Bolívar. Allí se ha aplicado, principalmente, por vía indirecta. En este sentido, los textos elaborados por José Martí, y no únicamente aquéllos donde él desarrolla la idea bolivariana, han terminado por ser referencia básica del tema. Con el ítem de que en esa zona pareciera ser más patente que en cualquiera otra, ayudarse por medio de combinar lo que viene de fuera con las propias conclusiones. A ello obliga la cercanía geográfica con el monstruo del norte (en el lenguaje de Martí) y el aprovechamiento que el yanqui ha hecho de emplear, para sus fines expansionistas, lo angosto del territorio en particular (por ejemplo, para la construcción de un canal interoceánico). Lo cual condujo a la instalación de una forma de dominación y explotación semi colonial muy aguda, supremamente difícil de sacudir [4]. En mención de los casos más notables centroamericanos, es fuerza empezar con el general hondureño Francisco Morazán (1792-1842). Uno de los puntales de la lucha por librar al istmo del estigma de la balcanización. Constructor de un ejército al que dotó con las ideas correctas para el mantenimiento de la confederación instalada ya en 1823, sólo dos años después de la declaración de independencia de la región y dirigida a la búsqueda del progreso zonal y la disuasión de cualesquiera designios de sometimiento. Ejército que, con Morazán a la cabeza, logra reducir a los señores de la guerra opuestos a la integración de los países asociados (Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica; Panamá “estaba más cerca de Colombia.”). De esa manera, Morazán fue primero presidente de su propio país, y luego de toda la Confederación durante dos periodos (de 1830 a 1838). Este último año dolorosa referencia, porque durante su transcurso se dio al traste con el hermoso proyecto, la llamada “República Federal de las Provincias Unidas del Centro de América”. En ello obraron contradicciones de origen interno y externo. Que, como señalan los biógrafos de Morazán, se agudizaron cuando él, en tanto presidente general de la confederación, puso en marcha profundas reformas de diverso orden. Esas reformas se estrellaron con una oposición muy dura: egoísmo provincial, en general, y de políticos y militares, en particular; cerrazón clerical, y las ambiciones e intereses de Inglaterra. Potencia número uno de la época, dominante en la zona mediante control político y económico, además de las posesiones territoriales con que contaba. Y Estados Unidos, en tanto, a la expectativa. Igual que el general Melo, arcabuceado en junio de 1860 en Chiapas, México, el general Morazán lo fue también, 18 años antes, en 1942, en Costa Rica. José María Melo, desterrado de Colombia había ido a refugiarse en suelo mexicano, donde desde su llegada puso su ancha experiencia política y militar al servicio de la causa anti intervencionista de Benito Juárez. Formado bajo la doctrina bolivariana, fue por eso que murió fuera de su patria; acribillado de manera vil por el militar conservador Juan Ortega, enemigo jurado de Juárez. El fusilamiento del general Francisco Morazán sobrevino cuando regresado del Perú, después de interrumpir el exilio emprendido a causa de la derrota militar de 1840 en Guatemala, se proponía reiniciar la lucha por la salvación de la unión. La muerte fue su último acto, orlado por el ideal de materializar el sueño de un istmo unificado y libre. Suerte semejante corrieron los artesanos bogotanos. Los sobrevivientes de la guerra fueron deportados a la región panameña del Río Chagres. Allí murieron azotados por el paludismo. Otros casos se dieron. En Centroamérica, los bastante conocidos de Augusto César Sandino (1895-1934) y Jacobo Arbenz (1914-1971). El primero, murió asesinado por causa de la resistencia armada, por él encabezada, contra la ocupación de Nicaragua por los Estados Unidos. Su legado antiimperialista ha devenido adentrándose cada vez más en la conciencia de nuestros pueblos, hasta convertirse en lumbre continental.. El segundo, en su calidad de presidente de Guatemala fue derrocado en 1954 por la CIA. ¿La causa ? Haber realizado algunas reformas democráticas y expropiado una cierta cantidad de tierra “perteneciente” a la poderosa compañía bananera United Fruit Company. Cabe mencionar otros ejemplos: El derribamiento en 1963 del gobierno democrático-popular de Juan Bosch, por fuerzas coaligadas de las oligarquías de la República Dominicana y los Estados Unidos. Al mencionar a la República Dominicana, se recuerda de modo automático que en el año que corre se conmemoran 40 años de la invasión yanqui a ese país, resistida heroicamente por fuerzas populares conducidas por Francisco Caamaño. Y, finalmente, el golpe contra Joao Goulart en Brasil (1964), casi simultáneo con el perpetrado contra Bosch.Teórico singular y hombre de acción En la primera parte del artículo, se echa de ver al equilibrio mundial como una herramienta esencial de la lucha de los pueblos del orbe. Se da a entender allí que la idea de establecer tal equilibrio y, además, mantenerlo, deviene en acicate que impulsa la lucha. Como que con aquel felicísimo logro, la situación internacional resulta dotada de una barrera de contención. Que contribuye, sin falta, a frenar cualesquiera designios de dominación regional y planetario. Simón Bolívar tuvo claro este hecho desde el inicio de su carrera de conductor y soldado. Estas notas constitutivas de su personalidad se reflejan con bastante nitidez en sus documentos y cartas. Cuyo valor más importante es que portan una teoría político- militar, probada en su corrección con las guerras emancipadoras en las que su persona hizo de factor vivificante y dirigente supremo. Guerras sin las cuales no habría sido posible la independencia de la extensa región que él llamó América Meridional. A esa teoría, dado que aún conserva vigencia, se la debe seguir mirando con la hondura con la que el gran líder la elaborara. Vuelta a probar esa teoría, en la lucha política que Bolívar hubo de dar contra el “manifiesto destino” del yanqui norteño. Esta última relación se verá luego, a más espacio. Bolívar inserta en la Carta de Jamaica, el estudiado y celebrado documento de 1815, lo siguiente: Que “la Europa misma, por miras de sana política debería haber preparado y ejecutado el proyecto de la independencia americana; no sólo porque el equilibrio mundial así lo exige; sino porque ese es el medio legítimo y seguro de adquirirse establecimientos ultramarinos de comercio”. El Libertador echa mano allí a otro frente de trabajo propio suyo. La diplomacia. ¡Los manes de Francisco de Miranda resucitan al mencionar tan encumbrada palabra, éste tan ducho en esos menesteres y otros; en los que fue precursor en la zona del mundo que hoy se llama Latinoamérica; menesteres orientados o signados por un acendrado patriotismo! Diplomacia eficaz la de Bolívar en su Carta, pues toca dos puntos claves (equilibrio y comercio planetarios); ambos de interés para la Europa emergente de la época [5]. Dirigidos, además, contra el imperio español, el enemigo (en derrota) de su patria y toda la América Meridional; que igualmente lo era de aquellos dos elementos. Asimismo, en la Carta se combina la acción diplomática con lo político y lo militar. Lo particular de la lucha política y militar de Bolívar Es asombroso ver cómo Bolívar resuelve teóricamente experiencias militares de reciente ocurrencia. Esto, a fin de servirse de la síntesis elaborada para orientar las luchas por venir. Al asentar lo anterior, acude a la mente lo que Federico Engels observara en 1891 de su amigo Carlos Marx y que aquí se nota ser también cualidad del patriota suramericano. Decía Engels : “… son, al igual que La guerra civil en Francia, ejemplos elocuentes de las dotes extraordinarias del autor -manifestadas por primera vez en El dieciocho de Brumario de Luis Bonaparte- para ver claramente el carácter, el alcance y las consecuencias inevitables de los grandes acontecimientos históricos, cuando éstos se desarrollan todavía ante nuestros ojos o acaban apenas de producirse.” El ejemplo más protuberante de lo señalado del Libertador está en el Manifiesto de Cartagena (15 de Diciembre de 1812). El Manifiesto es resultado de las cavilaciones hechas por Bolívar alrededor de la desgracia que había motivado su retirada a Cartagena. Y de la forma amplia como, con sus compañeros de exilio, discute tan capital asunto. Con ellos había llegado, desde Caracas, vía Curazao, a aquella ciudad caribeño-neogranadina, a fines de septiembre del nombrado año. En cuanto a la desgracia dicha, no era otra que la derrota del primer intento de independencia de Venezuela, al final del periodo histórico (Primera República) que comprende, entre otros, la pérdida de Puerto Cabello y la capitulación y prisión de Miranda (seis meses antes de la publicación del Manifiesto). Documento que el Libertador dirige al pueblo de la Nueva Granada (territorio que después se llamaría Colombia, nombre que heredó del frustrado proceso grancolombiano destrozado en 1930). Como la Carta de Jamaica, ha sido aquel documento también muy analizado y resaltado en su argumentación y conclusiones. Campean en su texto las cinco causas “que condujeron a Venezuela a su destrucción”. No tienen ellas un origen común; cada una por su lado posee índole diferente. La primera toca la forma federal dada al Estado, inadecuada para el momento. Una segunda, de tipo moral, trae a cuento la misantropía “de que se apoderaron sus gobernantes”: que los llevó a ser demasiado tolerantes con el enemigo imperial y, asimismo, dentro del propio campo, con hombres de espíritu insubordinado y aun provincias enteras (caso de Coro). Otra de condición “antimilitar”: “la oposición al establecimiento de un cuerpo armado” (disciplinado y capacitado) “que salvase la República”. Una penúltima, tocante al fanatismo religioso que ayudó a los españoles a interpretar el terremoto del 26 de marzo como producto de “la ira de Dios”; lo cual indujo miedo en los sectores populares. Y una última, ligado a tozudez por defectos de estilo de trabajo y malformación intelectual, que inhabilitaba a las facciones en que estaban divididas las fuerzas patrióticas para adoptar un método correcto, sin el cual ni hablar se podía de solucionar las contradicciones que separaban a aquellas facciones entre sí. Documento inobjetable en sus partes; que por razones de espacio se ha tocado de manera fragmentaria. Ante la Nueva Granada la fórmula de Bolívar -como no podía ser menos- tenía alcance obligatorio. E involucraba a todo el subcontinente meridional, cosa también indicada en el documento. Corolario de su justeza es lo que sigue : “La Nueva Granada -dice el Libertador- ha visto sucumbir a Venezuela; por consiguiente debe evitar los escollos que han destrozado a aquélla. A este efecto presento como una medida indispensable para la seguridad de la Nueva Granada, la reconquista de Venezuela.” Y en relación con la situación existente en uno y otro territorios -que no obstante la derrota dicha, afectaba al enemigo peninsular en Venezuela-, situación sobre la cual actuaría el plan político-militar mencionado, agrega : “De modo que no sería imposible que llegasen nuestras tropas hasta las puertas de Caracas, sin haber dado una batalla campal.”Asombrosa predicción. Pero más asombra lo raudo con que Bolívar ejecuta su disposición teórica, su plan. Todo es vertiginoso en los preparativos y concreción de la llamada Campaña Admirable. Pese a la oposición obstinada de Santander y otros; que, en representación de sectores de clase muy reaccionarios y prevalidos de su ascendencia militar, trataron de sabotear la labor del futuro Libertador. Inútilmente, por fortuna, en esos momentos. Porque pudo más la comprensión y el apoyo del pueblo y las autoridades residentes en el escenario de la memorable campaña, con centro en Cartagena, Mompox y Tunja. La cual en menos de tres meses recorrió un buen trecho del río Magdalena, otro trecho importante del nororiente neogranadino y parte considerable del territorio venezolano. Hasta arribar victoriosa en Caracas (7 de agosto de 1813). Había pasado del Manifiesto de Cartagena el tiempo record de 200 días. Con el texto teórico de contenido revolucionario, en los campos político y militar, que la historia ha recogido con el nombre de “Manifiesto de Cartagena” y su materialización en la Campaña Admirable, une Simón Bolívar a la Nueva Granada y Venezuela. Que en lo referente a nuestra historia, impulsó (y sigue impulsando) el ideario por la consecución de los grandes fines del equilibrio universal y la idea integracionista, siempre presente en el programa bolivariano por liberación y poderío regional. Gloria de América Meridional (Latinoamérica hoy), ese hecho concierne a todos los pueblos del mundo, sin excepción. Los 70 hombres de Calamar, con cuyo concurso se inició el 1° de Diciembre de 1812 el modesto ejército que realizó la admirable marcha o campaña, que con el aporte de Mompox en pocos días se agranda hasta la cifra de 500, 12 años después llegados a miles cuando se ganara, muchos kilómetros más al sur, la última batalla -la de Ayacucho-, cima de la emancipación del sub continente. Las dos fechas -1° y 15 de Diciembre de 1812-, son, pues, alta referencia histórica. Que en forma concreta muestra como Bolívar elaboraba su teoría. Sea esto, de manera simultánea al desarrollo de una práctica en acción. O, sucedáneamente, como arriba dicho, inmediatamente después del seguimiento atento de una práctica semejante. Se entiende mejor lo anterior, al observar lo ocurrido con el “Llamamiento del Dos de Noviembre” (así podría llamarse ese texto), publicado en la misma ciudad, el mismo año. Preludio de una teoría más completa, la presente en el Manifiesto número dos, de Diciembre. Que a su mérito precursor, añade haber despertado la confianza del gobernador de Cartagena, don Manuel Rodríguez Torices. Quien, luego de su lectura, y es de presumir lo que sigue: decidió encomendar al recién llegado la tarea de limpiar, en una parte del río mencionado, algunos molestosos reductos del poder colonial. Hecho auténtico punto de partida, por lo demás, de la Campaña Admirable. Los enemigos del equilibrio mundial Hay como una ley que rige el fenómeno del equilibrio, en su dos ámbitos: naturaleza y sociedad. Que indica que ningún equilibrio es absoluto. En el desarrollo social el equilibrio tiende a tener una permanencia relativa. Sobre todo, en tratándose de una sociedad de clase. En un mundo en el que predominan las sociedades de clase, el equilibrio político choca con los designios dominacionistas de las grandes potencias colonialistas que insurgen en su seno. En la actualidad, el más peligroso enemigo del equilibrio mundial son los Estados Unidos (autoapellidados de América). Su práctica imperialista es un duro obstáculo a salvar por cualquier intento de integración en la América Meridional. De esto, esos Estados unidos han dado numerosas pruebas; antes, durante y después de la independencia de esa zona del mundo contra el antiguo imperio español. De Bolívar y su posición anticolonialista, su tesis sobre el equilibrio mundial y su lucha por la integración y soberanía latinoamericana, los Estados Unidos han tenido siempre una actitud de oposición y derribo. No es posible extenderse al respecto en este espacio limitado, pero valgan un par de menciones que ayudan a poner al descubierto el comportamiento estadounidense. Y que se agregan a lo dicho en la primera parte del artículo. a) El incidente de los fusiles. Inmediatamente después del triunfo de la Campaña Admirable, debió defenderse la nación venezolana de los esfuerzos de reconquista por las tropas españolas allí todavía instaladas y las por llegar. Para el cumplimiento de esa misión el lado patriótico decidió adquirir 6.000 fusiles. Inglaterra y Estados Unidos se negaron a venderlos. ¿Cómo interpretar tal negativa, si no como una actitud inamistosa? b) Anti bolivarianismo. Para los Estados Unidos, la figura del Libertador sigue siendo muy antipática, la cual no encaja en sus planes de dominación mundial y por eso contra ella han enrumbado siempre un plan de descrédito. En la versión número cuatro del Documento Santa Fe, hecho a la medida de Bush II y su guerra preventiva, “se duelen, se burlan y se preocupan del bolivarismo”. Hablan allí de la necesidad de volver por los fueros de la “Doctrina Monroe”. Como si quisieran restregar esta mortífero instrumento en la memoria del caraqueño. Les mortifica que la frase, donde se resuma el antiimperialismo de Bolívar, (“Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miseria...”), él la gritara en el mismo año (1823) en que Monroe dijera su discurso. Aquél donde están contenidas las ideas, que después fueron elevadas a doctrina imperialista. Una comparación ilustrativa de Germán Arciniegas Traer a cuento esta comparación daría pie para describir las contradicciones en que Germán Arciniegas incurre en su libro “Bolívar y la Revolución” [6]. Pues se tomaría la parte positiva que, según él, hay en una de las mitades de la obra del Libertador (la otra posee carácter negativo). Reelaborar lo positivo resultaría beneficioso para lo que aquí se quiere demostrar. A punto de comenzar con lo dicho, caigo en cuenta de que los círculos oligárquicos latinoamericanos nunca cejarán, y menos mientras gobiernen, de su empeño de ocultar o sabotear aspectos claves del pensamiento y la lucha revolucionarios del grande hombre [7]. En cuanto a lo específicamente protagonizado por Arciniegas en esta última dirección (lo cual constituye la cara oscura del libro), un rápido análisis permite desvelar la coincidencia de ese hecho con el propósito de los nombrados círculos. Que no es otro que desprender -y en esta época más que nunca- de la obra de Bolívar su lado más importante. Esto es, su actitud indoblegable ante los Estados Unidos autoapellidados de América. El lector recordará que en una nota al final de la parte II del artículo, indicaba yo mi oposición a esa maniobra. Una aclaración en la nota indicada, pudo incluirse no obstante. Con eso se advertía que el libro tiene también una parte brillante. En la cual lo fabuloso de Bolívar como guerrero es su contenido principal. Para Arciniegas, Bolívar es un estratega militar de proyección universal. Tal es su competencia en este campo que si le compara con sus coetáneos Napoleón y Washington, la conclusión es que Bolívar los supera con amplitud. Significa, pues, que el texto del bogotano Arciniegas se debe leer usando el método de separar el fruto de la cizaña. Se tendrá, entonces, que la admiración que siente por los aportes militares de Bolívar, es un cosa, y otra la que niega del gran soldado sus calidadades de estadista y conductor. En su incomprensión (o falacia) en este caso específico, Germán Arciniengas de hecho acusa a Bolívar de alta traición, por el intento que le atribuye de cercenar el ideal independentista e integracionista de nuestro subcontinente. Y que se resuma en la “obstinación” de convertir a éste en protectorado de Inglaterra. A contrario sensu, indagando en el lado brillante, podrá uno toparse con la magnífica valoración que sigue : “Pero por encima de todo, hay que pensar en la guerra absurda, loca, imposible que condujo Bolívar hasta lograr increíbles victorias, haciendo cosas que no contemplaron ni Napoleón ni Washington.” Lo cual, completado con la frase que coloca en otra parte[8], podría ser noticia sobre un aporte de Bolívar tocante a la teoría de la estrategia, ésta como el principal factor dirigente de la guerra. Asunto que está a la espera de que los expertos la estudien. [9] Desentrañada la parte dañosa que el libro “Bolívar y la Revolución” encierra[10], y comprobado que en sus páginas hay asimismo mucho beneficioso, me referiré a la caraterización de las guerras de independencia americana contra el colonialismo español e inglés que Germán Arciniegas formula. Comparándolas, para más, con las napoleónicas. Sostiene el prolífico escritor que los próceres que dirigieron las guerras americanas [11] -Washington, Toussaint L'Ouverture y Bolívar (los otros son San Martín, Artigas, O'Higgins, Hidalgo, Morales, Juárez...)- ni aun el primero le hace sombra. Ni pensar siquiera que eso se podría, cuando se trata de aquel hombre inscrito en la historia como uno de los mayores libertadores de naciones y pueblos. Si además se agrega lo que yo pienso firmemente: que en ello solamente le adelantan dos personajes más que extraordinarios, ambos posteriores en el tiempo, se ve entonces cuánta razón le cabe a Arciniegas cuando también dentro del subcontinente destaca a Bolívar como el más grande. En sustento de su afirmación, narra que entre españoles, ingleses y franceses arribaron a América cosa de 150.000 soldados, todos derrotados. Y señala que de las tres guerras la de las colonias españolas fue la más larga y heroica. Se queja de que en Europa, incluída España, esta guerra fuera prácticamente ignorada. Al respecto anota: “Perdió España su imperio y no fue noticia digna de darla a conocer.” En cambio comenta de modo irónico que la contienda de liberación de Grecia era seguida día a día, con minuciosidad y, seguramente, con exactitud. ¿Le hace mella a la empresa emancipadora de Bolívar el acto deshonesto recién visto ? ¿Mengua, acaso, esta burla a la historia, la grandeza de nuestro máximo patriota y demócrata y su legado inacabable, en plena aplicación, en la actualidad, en la tierra que lo vio nacer (legado, por otra parte, que los pueblos latinoamericanos han empezado a convertir otra vez en enorme fuerza material, sin la cual nunca se podrá conseguir el anhelo que también era de Bolívar, la integración anticolonialista de América Latina) ? ¿Disminuye aquel miserando comportamiento la proeza de las huestes provenientes de los cuatro puntos cardinales de Suramérica, que lucharon con las armas entre 1912 y 1925; y luego en forma política hasta la muerte en 1830 de quien las atrajo y las dirigió con tino, en procura de mantener la independencia declarada en 1810 [12] por la mayoría de las colonias de la América Meridional; y todo lo demás en beneficio de los pueblos y las naciones que la independencia de un país o un grupo de países trae por contera, y por el logro, igualmente, del equilibrio del mundo? La respuesta es que eso de ninguna manera resquebraja las hazañas anotadas y las demás que en la lista faltan. El mundo de hoy sabe que lo realizado por Napoleón (la parte últil de su vida y obra), y lo hecho por Washington mismo, en estricto, en ambos casos, cesó en su vigencia histórica. No es ya aplicable. Y sí, en cambio, y en alto grado, lo correspondiente del Libertador. ¡Cuánta justeza hay en la oración a Bolívar salida de la agudeza mental y el emocionado momento vivido por el cura de Choquehuanca! “Con los siglos crecerá vuestra gloria como crece la sombra cuando el sol declina.” Estas palabras, profecía cierta, tañerán por siempre en el campanario de la historia. Bolívar, hijo y no padre ¡Resulta ilógico que sea Arciniegas quien ampute, como se ha visto, de la personalidad de Bolívar uno de sus lados fundamentales; él quien introduce la más ajustada dimensión humano-política (zoon politikon) del más grande libertador americano! Cuando en el lado brillante del libro postula : “Las patrias estaban ya maduras para la emancipación, y es más correcto considerar al Libertador hijo de la Patria y no su Padre”, se está Arciniegas nada menos que apartando de la posición burguesa que suplanta el papel central del colectivo, el de las masas populares en movimiento, por el del héroe individual, exaltado para esto en forma paroxística. Y continúa : “Desde que América es América, aquí llegaron descontentos de Europa, los esclavos del Africa a fundar imaginarias patrias mejores….” Y líneas arriba había sentado que 50 años anteriores a 1800 hubo en América Meridional una motivación para la independencia. Él tenía porque saberlo, pues fue quien emprendió y concluyó el rescate de la por mucho tiempo olvidada Revolución de los Comuneros de 1781, encabezada por uno de los héroes grandes de Colombia, José Antonio Galán. [13] ¿Significa para la gloria de Simón Bolívar algún menoscabo el restablecimiento de la posición que se acaba de transcribir y ratificar? De ninguna manera, porque conceptos del mismo corte ideológico salieron de sus propios labios, para uso de él mismo. Y principalmente, porque se trata de un punto de vista correcto, que al afirmarse de nuevo, en tiempos del estancamiento político que reina hoy, que se prevé va ser extenso en su duración, por eso sumamente adverso para los de abajo, opinión que al así afirmarse sitúa a esos pueblos, de América Latina y el resto del mundo, en el plano que les corresponde en tanto fuerza principal de las luchas que a pesar de ese fenómeno político a diario se dan; orientadas a “revolucionar” lo que es causa de su desgracia. Hecho que guía a aquéllos a buscar con más tino su suerte fuera del sistema capitalista-imperialista de producción. Hoy a punto de destruir a continentes enteros, como el caso de Africa, asediado inicuamente; su población, incluso en peligro de ser diezmada, y también al propio planeta en donde todos vivimos. Además, de que eso en nada ensombrece la admiración que Arciniegas tiene de la faceta mayor del caraqueño y grancolombiano. “Me rindo -exclama- ante el liderazgo guerrero de Bolívar, de cuya voluntad de fierro nació nuestra liberación a través de las batallas más atrevidas, casi absurdas.” De Trafalgar a Maracaibo La necesidad de establecer el equilibrio político y militar también en el interior de la América Meridional, forzó a Bolívar a marchar con su ejército grancolombiano (formado por neogranadinos y venezolanos) hacia el sur continental. Hacia allí marchaba también el otro ejército emancipador, conformado por argentinos y chilenos y dirigido por San Martín ; con O'Higgins [14] como segundo al mando. Ambos ejércitos avanzaban (adelante se verá por qué de modo tan concreto) hacia los territorios ecuatoriano y peruano. Este en sus dos lados: alto y bajo. Bolívar, a fin de asegurar para su proyecto grancolombiano y américomeridional aquellos territorios, y en su pensamiento, de modo más particular: el ecuatoriano y el bajo peruano, no tuvo otra alternativa que partir inmediatamente después de lograda la victoria en Carabobo (1921). Lo cual iba a ser riesgoso. Pues dejaba sin concluir la tarea de barrer en la antigua Capitanía General de Venezuela los últimos vestigios del ejército español, huido a Puerto Cabello y Maracaibo, para abroquelarse allí. Dentro del marco anterior juegan una doble relación los dos puntos geográficos ligados en el subtítulo de arriba -Trafalgar y Maracaibo. Y esto, a su vez, con lo transcrito asimismo arriba. Que la personalidad de Bolívar en la revolución americana cuadra más con el título del hijo el más dilecto. Pero veamos este candente punto de forma más detallada. En Venezuela se formó tempranamente una tendencia minoritaria que, con apoyo del Estado en más de una ocasión y haciendo uso exagerado de la figura literaria de la sinécdoque, presenta en forma extremada el patriciado de Bolívar y aun la participación misma del pueblo venezolano en la lucha independentista. Hasta el punto que los dirigentes y habitantes de la Nueva Granada (la hoy Colombia), en particular, quedan reducidos en esa historia a una situación de desdorosa insignificancia. Si hasta se los puede imaginar sentados frente a las puertas de sus casas, mirando el paso arrollador de los vecinos impartiendo el don de la libertad. Cornelio Hispano cita en libro publicado en Bogotá en 1914 las siguientes palabras de Rafael María Baralt : “La toma del Callao puso término a la guerra de independencia en la América del Sur, y fue el último triunfo de Bolívar en esta sangrienta y larga lucha, empezada y acabada por los valientes hijos de la heroica Venezuela.” Hispano cita también a Gil Fortoul, que afanoso de borrar el papel del pueblo y las autoridades de la Nueva Granada en la primera Campaña Admirable de Bolívar, termina por negar el carácter hazañoso de esa Campaña. Ésta de tal grado en esa calidad y en su trascendencia, que le valiera a su máximo conductor, Bolívar, ¡ese mismo!, el título de Libertador de Venezuela. Dice Gil Fortoul : “En ocasiones la imaginación alborotada de Bolívar se armoniza por modo singular con el cálculo diplomático. Sus triunfos de 1813, relativamente fáciles, y sobre todo efímeros, él los exagera, los magnifica, los convierte en epopeya para deslumbrar a amigos y enemigos, y como fue con oficiales de la Nueva Granada que se aventuró a la reconquista de Venezuela para ellos canta sin cesar himnos de gloria.” Y corrige Hispano a Duarte Level, cuando omite un par de episodios que ejemplifican la manera armónica como los dos pueblos, bajo la dirección del creador de la Gran Colombia, actuaron en su lucha común : “…Este historiador, tan minucioso en sus estadísticas de los fastos militares de Venezuela, deja sin mención las fuerzas granadinas que asistieron a la batalla de Carabobo, y los miles de granadinos que hicieron campaña con Páez en el Apure.” En cambio, celebra el escritor colombiano la objetividad del pintor caraqueño Martín Tovar y Tovar; que en la majestuosa pintura adorno de las paredes del Salón Elíptico del Palacio Federal, sito en la capital de Venezuela, exalta el comportamiento también heroico de los soldados enviados desde la Nueva Granada por Santander, cuya presencia fue importante factor para el triunfo obtenido en la nombrada batalla de 1921. En buen número esos soldados en esa histórica jornada, a juzgar por la cantidad de combatientes que estuvieron con Páez y los 6.464, sin incluir 115 oficiales, puestos desde Septiembre del mismo año, igualmente por Santander, a disposición del Libertador para la campaña del sur. La epopeya de Padilla [15] El tema Padilla está fuertemente ligado con el descubrimiento de Arciniegas contenido en la frase dicha: Bolívar más que padre, hijo de la revolución. En concordancia con esa posición y punto de vista, cabe que un hombre cuyo progenitor fuera un esclavo liberto, y no oriundo venezolano, sino neogranadino, haya sido quien completase la mencionada inconclusa tarea de Bolívar. Para los componentes de la tendencia minoritaria referida sí que sería incomprensible tan inusitado hecho. Sorprende que en Venezuela, pasadas casi dos centurias de la acción de Padilla, intelectuales con mucha connotación incurran en tal inconsecuencia. Conozco dos casos : los de José Luis Salcedo-Bastardo y Manuel Pérez Vila. Que en sus escritos omiten mencionar aquello tan memorable [16]. Pues debe recordarse una vez más que José Prudencio Padilla, conocido como el mulato (él inicia su campaña el 5 de noviembre de 1822, la cual dura 242 días y culmina con una batalla naval en el lago de Maracaibo el 24 de julio del año siguiente), es por esa hazaña que le viene el calificativo de “Nelson colombiano”. Y quien se lo prodiga es nadie menos que el mismísimo Libertador. Arciniegas e Hispano explican lo acontecido en la petrolera ciudad venezolana de hoy. Cuenta el primero : “La batalla fue en Mar y Tierra, no la dio y ganó un hermoso oficial como Nelson, sino un mulato de Río Hacha, cuyo padre había llegado a Nueva Granada esclavo.” Y narra el sufrimiento de Bolívar camino a Perú, en el transcurso de las interminables para él cuatro semanas del transcurrir real de aquella batalla. Las angustias del grande hombre cesaron sólo cuando varios días después del nombrado 24 de julio supo que el marino y militar mulato, en compañía de gente de su tierra y al frente de una pequeña escuadra, mediante maniobras aquí, allá y acullá había logrado abatir las naves del enemigo español (venidas de La Habana), mayores en número y envergadura. Hispano, a su vez señala : “Padilla, soldado de Trafalgar, sella en Maracaibo, en 1823, (…) la independencia de la Gran Colombia.” Y no se crea que la expresión “soldado de Trafalgar” sea rebuscado tropo de poeta. Padilla peleó allí de verdad verdad. El se había enrolado en la armada española, adonde fue a parar después de que embarcara, a la edad de 14 años, como ayuda de cámara; y lo había hecho de modo incesante en la Nueva Granada y en Venezuela antes de lo de Maracaibo, y siempre del lado de Bolívar. A ello y varias otras actividades del mismo tipo, debe Padilla su enorme experiencia y el conocimiento de la estrategia guerrera, con su correspondiente táctica, en tierra y agua. Sabiduría aplicada, precisamente, en la Campaña de Maracaibo. Estoy planteando estas cosas porque en esto de las guerras de la independencia, dirigidas por Simón Bolívar el Libertador, no se puede ver apenas uno solo de sus lados. Nunca será aconsejable contemplar esa historia de modo sesgado; con estrechez de miras. A partir de una posición nacionalista, en fin. Un punto de vista erróneo como ése no une, sino, lo contrario, divide. En ese sentido, se podría decir que tendería a separar aquella visión a los pueblos de Venezuela y Colombia, si otros se sintiesen tentados a tomar el atajo de Salcedo-Bastardo y Pérez Vila. El pueblo venezolano y colombiano, para resistir y vencer la embestida oligárquica-imperialista que uno y otro vienen afrontando, ahora más que nunca precisan unirse de la mejor manera a la figura de Bolívar. Al redor del Libertador, a quien tanto aman. Pueblos, que en los hechos conforman uno solo. “Colombia y Venezuela, dos Estados y un solo pueblo.” Esta frase estuvo escrita en el frontis de la página virtual de Aporrea.org, durante los meses que duró el incidente entre lo dos países provocado por la ilegal detención del guerrillero Granda. A ese respecto quisiera indicar, que se está en mora de dar cabida en el seno de la nación venezolana a las críticas contenidas en el libro de Cornelio Hispano. Que los conceptos encontrados de Germán Arciniegas sean también objeto de discusión. Que opiniones injustificadas, de historiadores como Francisco González Guinán, emitidas hace ya mucho tiempo, mas todavía con influencia, sean sometidas a crítica. La emitida contra Santander en particular, proferida sobre un caso en que aquél actuó de modo correcto. Incluso a hombres como Santander, funesto las más de las veces frente a la lucha de Bolívar, por ejemplo cuando se trató del mantenimiento de la Gran Colombia y lo que hubiera sido el punto político más alto de aquella lucha -el Congreso Anfictiónico de Panamá-, soy de pensar, con todo, que cuando se trata de hombres de esa clase, incursos en una doble conducta, a las contribuciones que en pro de la lucha hicieron en algún momento de su vida se las debe respetar. González Guinán, según la opinión de Cornelio Hispano, pisotea del llamado “organizador de la victoria”, la obtenida en la Batalla de Boyacá, su magnífico papel en esa batalla. Pero fundamentalmente se pide atención para el aporte del almirante José Prudencio Padilla. Que se le difunda, a la par con los de hombres esclarecidos nacidos en la patria del Libertador ; como Ezequiel Zamora. No es por azar que estos dos actuaran siempre imbuidos del espíritu de Bolívar. La batalla de Santa Inés, que tuviera a Zamora como planificador y conductor, y la de Maracaibo, que contó con Padilla como protagonista, se asemejan como dos gotas de agua. En cuanto a que las dos conforman ejemplos extraordinarios de la aplicación de la estrategia en tanto guía de la guerra de movimientos, en los hechos esas dos batallas fueron trampas tendidas contra el despotismo, la rapiña y la destrucción. Su mérito central es enseñar la estrategia y la táctica de engañar al enemigo superior en tamaño y fuerzas, atraerlo y propinarle una derrota necesaria para la causa de la libertad de los pueblos. Padilla en nada se desmerece estar al lado de Zamora. Fue también un héroe en la historia neogranadina-venezolana del siglo XIX. Armarse de su contribución cobra vital importancia en los tiempos que transcurren, cuando la revolución se retoma en la patria del Libertador. Y de una manera tan clara y contundente, que asombra a gentes en todo el orbe. Conspiración de Brasil y una carta a Funes En la sociedad china han sido acuñados centenares de proverbios. De ésos unos tienen a la guerra como tema. Conozco alguno que encaja a la perfección en lo que voy a escribir a renglón seguido. Lo leí en la revista Beihing Informa hace un poco más de tres décadas, y, no obstante el tiempo pasado, lo puedo, felizmente, citar de memoria : “Cuando se vigila la puerta delantera para que no se nos meta el tigre, no hay que descuidar la trasera porque por ésta se puede colar el lobo.” La civilización china empezó a conformarse en la prehistoria de la humanidad. Mientras que nosotros, Latinoamérica, nos aprestamos apenas a conmemorar, en 2010 [17], las primeras dos centurias de nuestra declaración de independiencia contra al yugo español. Por eso es de admirar la visión del funcionamiento del mundo por un Bolívar casi mozalbete. Asunto expresado por él en 1815, en la Carta de Jamaica. En la parte primera del artículo se describió el modo sigiloso (oportunista) como Brasil se hizo a una extensión grande de territorio amazónico. Al que no tenía ningún derecho (recuérdese lo del Tratado de Tordecillas, del que se habló en esa primera parte). Al que fue sumando otros amazónicos y no amazónicos. Obtenidos, bien de manera fácil (como la porción grande que le vino regalada, como si le hubiera caído del propio cielo -los lectores no han leido mal, se ha dicho regalada-, entregada a principios del Siglo XX por un gobernante de la República del Perú, en representación de los dadivosos dioses, seguramente) ; o bien por la fuerza, hasta acumular la envidiable superficie que hoy ostenta : el 47 % del subcontinente suramericano [18]. Gracias a don Vicente Lecuna, el infatigable intelectual venezolano estudioso de las guerras bolivarianas, que además publicó once gordos volúmenes con las cartas del Libertador, podemos saber qué pensaba de lo dicho el Libertador mismo. Su testimonio figura en el Tomo XI de la compilación de don Vicente. En carta del 28 de mayo de 1825 al doctor Gregorio Funes [19], decía Bolívar ya en el primer párrafo : “Supongo que Vd. estará (...) informado de la invasión que ha hecho un oficial de Brasil, sobre la provincia de Chiquitos, en el Alto Perú.” Y agregaba : “Yo no he podido creer que esta medida tan injusta como impolítica haya sido tomada por orden del Emperador del Brasil (...). Sin embargo, como todo puede suceder, yo deseo que Vd. tenga la bondad de escribirme (...) e informarme todo lo que Vd. sepa respecto al Brasil...” Más adelante, el Libertador se muestra interesado por los progresos hechos dentro del gobierno argentino, que dice interesarle mucho a fin de que “pueda oponerse a esos temerarios realistas de Janeiro.” Y luego sale con esta genial propuesta, digna de su arrojo y capacidad previsora : “Si el Río de la Plata quiere que las tropas del Perú hagan una invasión en el Paraguay, avísemelo Vd. pues entiendo que no es difícil por el río Bermejo. Esta operación nos facilitaría otras ventajas, en caso de que el Brasil continúe con sus temeridades.” Falta de claridad rioplatense En el libro El Grito Sagrado (La historia argentina que no nos contaron), Pacho O'Donnell, su autor, narra un episodio que tiene al gobierno de Buenos Aires como triste protagonista (aquel gobierno del cual se mostraba tan interesado Bolívar en su carta a Funes). Y que en gran medida coadyuvó a dar al traste con la idea de éste de que el Alto Perú (República Bolívar posteriormente y luego Bolivia) y Argentina formasen un solo país. Esta idea está presente en lo que O'Connell observa : “Sucre tenía una gran admiración y dependencia por Simón Bolívar (...) Cuando éste se entera de sus planes independestistas para el Alto Perú, le responde airadamente que estos territorios no deben ser desgajados del Río de la Plata. Bolívar era así muy conciente de evitar el fraccionamiento continental...” Seguidamente da cuenta O'Connell del modo incomprensible como el gobierno de Buenos Aires responde a una carta enviada por el hombre fuerte de Bolivia en el año de 1825. Sucre, quien el 9 de marzo de ese año había convocado una asamblea con representantes de las provincias de la futura Bolivia, de hecho, en su misiva, consultaba al gobierno rioplatense aquel paso. “El 9 de mayo de 1825 -relata O'Connell- el Congreso argentino responde a Sucre (...) que 'es voluntad del Congreso Constituyente que las provincias del Alto Perú queden en plena libertad para disponer de su suerte...' ”. Esa actuación, que O'Donnel le cuesta creer, dio al Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, la oportunidad de sacar adelante su plan independentista para el Alto Perú. Lo cual la historia ha demostrado haber sido desafortunada, un paso incorrecto, puesto que dejó a ese territorio al garete; a merced de los merodeadores que lo rodean, que han aprovechado aquello para devorarse no sólo la mitad de su territorio, sino las ingentes riquezas que contiene. A partir de ese momento, precisamente, Bolivia perdió a manos de sus vecinos un millón de kilómetros cuadrados y hasta su salida al mar. En estos momentos la avidez dicha, aumentada en progresión geométrica, proveniente en especial de la superpotencia dominante hoy, Estados Unidos; que apunta al blanco más apetitoso: que le reasegura el control de los recursos petrolero y gasífero. En la actualidad se recurre a los peores medios para mantener ese control. El pueblo boliviano, por su parte, lucha contra tal iniquidad. Lo ha hecho por años para admiración del mundo. No quiere el pueblo boliviano perder ese bien, necesario para poder sobrevivir. A los imperialistas y sus empresas multinacionales les importa una higa la suerte de Bolivia. Y ni se diga, que esto implique sacrificar a los bolivianos. Tal es la situación, que algunos presagian una “Bolivia a punto de desaparecer”. En vía diferente a la de Sucre, pensaba Bolívar con más profundidad. Sin forzar los hechos, con aplicación de la aceptada doctrina del itu possidetis juris. Como consecuencia tomaba como base la división territorial heredada de la Corona española (cuya delineación más adecuada sería la virreinal), para soñar países grandes, como la destruida Gran Colombia; que asegurarían una mejor defensa en lo mundial y lo regional. De lo que aquí queda claro del incidente de 1925, con sus altos protagonistas, Bolívar, Sucre y el gobierno argentino, más Brasil con sus avances sigilosos o francos, surge el modo como Bolívar a partir de su correcta visión sobre alcanzar el equilibro mundial, sin dejar de lado su correspondiente continental, acertaba en lo que quería, y por lo que luchó a brazo partido para la América Meridional. Subyacen otros aspectos de interés. La falta consabida de espacio no permite siquiera enunciarlos ahora. Será posponerlos, para tratarlos en una otra ocasión. Otras manifestaciones del unionismo Así subtitula Francisco Pividal, en un libro suyo sobre el tema; donde muestra dos propuestas anticolonialistas con origen en Chile y Argentina. A saber : la de Juan Martínez de Rozas (1759-1813), quien en 1810 proponía: “que las colonias españolas… formen una Confederación de Estados con fuerza suficiente para rechazar la dominación española.” Y la de Antonio Alvarez Jonte (1784-1821), también de 1810: de unificar los gobiernos “no sólo para la guerra, sino también en la paz, con el objeto de celebrar pactos comerciales y políticos con otros países.” Pividal termina con México. Cuenta que ¡hasta allá, en ese extremo norte de Hispanoamérica, llegó la corriente integradora ! “No por gusto -dice- al Padre Miguel Hidalgo (1753-1811), se le dio el título de 'Generalísimo de las Américas'.” Revoluciones latinoamericanas de los últimos siglos Son dos y un poco más las centurias comprendidas en este repaso. Del siglo XIX (por razones de espacio), no son incluidas la significativa revolución haitiana de 1804 y tampoco la revolución cubana encabezada por Fidel Castro Ruz y Ernesto 'Che' Guevara y la truncada sandinista de Nicaragua, las dos del Siglo XX ; tan presentes en ellas los pensamientos de Bolívar y Martí (en particular el de este último). Sobre el equilibro mundial ligado a la independencia y la integración de la América Meridional, lo cual Bolívar buscaba con su teoría y su práctica (1810-1830), a ello se referirán la segunda y tercera partes del artículo. La parte final se ocupará del proceso revolucionario en marcha en la patria de Bolívar, donde de modo planificado se aplica aquella tesis. Será parte ello del parangón que, a la luz de esas ideas, se haga de las situaciones contrarias de Venezuela y Colombia hoy.--------Notas :[1] Las clases dominantes despojaron de la lucha de Bolívar este aspecto básico, logrando ocultarlo por largo tiempo. [2] El papel positivo latinoamericanista del Brasil actual se verá en la cuarta parte. 3] Más tempranero, en relación con los que en Suramérica han puesto en práctica de modo consciente la tesis mencionada. [4] Los nombres de las publicaciones que han servido de ayuda a la redacción del artículo, se indicarán al final de la mencionada cuarta parte. [5]Tengo otra contrariedad con lo que Arciniegas (1900-1999) vierte en el libro “Bolívar y la Revolución”; por cierto -no hay motivo para negarlo- un texto enjundioso, lleno de información, comparaciones, interpretaciones. El título genérico con que el escritor colombiano nomina su libro, lo determina el subtítulo : “Fue el guerrero del siglo. Esa es toda su gloria.” Germán Arciniegas, entre las varias señaladas, acusa a Bolívar de querer hacer de la Gran Colombia “un protectorado inglés”. Cosa controvertible. Para contestar ello, se necesitará, al menos, un opúsculo. [6] Estas contradicciones se resumen, página 9 del libro, con esta frase : “Hasta donde Bolívar es eso : caudillo sin par de la guerra de Independencia, su nombre constituye el gran símbolo de nuestra historia. No así en su voluble oratoria política que le llevó a errores tan contrarios a su misma obra, como la introducción de una filosofía monárquica en la Constitución para Bolivia, o la idea de hacer de la Gran Colombia un protectorado inglés.” [7] Un ejemplo del odio a Bolívar por esos sectores, lo muestra lo ocurrido en 2002 con el golpe de estado contra el máximo dirigente del actual proceso revolucionario de Venezuela, Hugo Chávez Frías. Gran número de los involucrados en ello, al mismo tiempo que vivaban en el Palacio de Miraflores al nuevo “presidente”, el llamado Carmona el Breve, se dedicaban a destruir los cuadros con la figura de Bolívar que allí encontraron. [8] Bolívar casi siempre fue a los combates en inferioridad numérica, no lo dice solamente Arciniegas. [9] Intenté en vano conseguir en Estocolmo, en las bibliotecas que disponen de libros en español, los tres tomos en los que don Vicente Lecuna analiza las guerras de Bolívar, pues quería ver si trata allí el tema en cuestión. [10] Sobre el desaguisado anti bolivariano existente en el libro “Bolívar y la Revolución”, insisto en lo dicho en la parte primera del artículo. Que se necesita al menos un opúsculo para ver de enfrentarlo (y refutarlo). [11] Guerras de proyección mundial, no sólo, porque están ligadas a la libertad de todo un continente, sino porque se realizaron contra la Europa colonialista de la época. (Capítulo XII y final del libro).[12] No hay duda que Tupac Amaru en el Perú, Tupac Catari en el Alto Perú (más tarde Bolivia), José Antonio Galán en la Nueva Granada (la hoy Colombia), y otros, como ellos, en otras partes de la América Meridional prepararon con sus rebeliones armadas contra el imperio español lo que después, a partir de 1910, se generalizó en la existosa revolución continental independentista que todos conocen. [13] De las tres rebeliones señaladas en la nota anterior, la neogranadina es la menos conocida. Como se dice arriba en el texto, durante un tiempo estuvo olvidada. Los Comuneros al mando de Galán (hubo otros dirigentes que al final traicionaron la lucha) lograron armar un ejército de 20.000 hombres, que desde el oriente llegó a la goteras de Bogotá, e hizo temblar a las autoridades del virreinato. Y fue por causa de la traición anotada, que se firmaron unas engañosas capitaluciones con el arzobispo virrey Caballero y Góngora ; nunca cumplidas, por supuesto. [14] Alguna vez escuchaba yo cómo se expresaban de modo injusto de O'Higgins, un par de compatriotas suyos. He aquí, a propósito, lo que sienta al respecto Cornelio Hispano, en su libro citado -Colombia en la Guerra de la Independencia : “Bolívar, San Martín, O'Higgins, los tres grandes campeones de la libertad, comprendieron que la independencia no quedaría consumada mientras el poder español imperara en algún punto de Amércia, y así todos tres pensaron llevar sus armas victoriosas al Perú, último baluarte del despotismo español.” [15] Una breve y sustanciosa semblanza de Padilla, cuya autora es Gilma Ríos Peñaloza, puede verse en : http://www.lablaa.org/blaavirtual/letra-b/biogcircu/padijose.htm-18k. [16] El libro de Salcedo-Bastardo se titula en español “Bolívar : un continente, un destino”. En idioma sueco, en el volumen que reposa en mi biblioteca, tiene nombre diferente : Simon Bolívar, befriare av en kontinent (Simón Bolívar, libertador de un continente). La verdad es que Salcedo-Bastardo no sólo calla la acción de Padilla que puso punto final a la presencia del imperio español en Venezuela (da otra versión), sino que hace otro tanto en lo referente a la Batalla de Carabobo. En ésta afirma que combatieron 6.400 hombres, llegados de todos los rincones de Venezuela. Ninguna mención de los soldados colombianos (neogranadinos) enviados por Santander. De Manuel Pérez Vila, su omisión (sobre Padilla) puede verse en el prólogo al libro “Simón Bolívar -ideas fundamentales”, publicado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela, Caracas 1981. Un tercero, Jorge Mier Hoffman (http://www.simon-bolivar.org/bolivar/sb_el_profeta.html-35k) se suma a los dos nombrados. En su artículo “Simón Bolívar, El Profeta”, hace comenzar la Campaña Admirable (1812-1813), con la cual inicia Bolívar sus guerras, en la ciudad fronteriza colombiana de Cúcuta. Con ello despoja a Colombia de aspectos claves, políticos y militares, de esa Campaña, ocurrida en buena parte en su territorio, y sin lo cual esa gesta resulta también cercenada en su contenido. [17] Haití fue el primer país latinoamericano en liberarse. Lo hizo en 1803 mediante una guerra, nada menos que contra el ejército napoleónico. La fecha de 1810 es simbólica en tratándose de los países latinoamericanos de habla hispana. Que son mayoría. [18] La posición de Brasil en la actualidad es bastante diferente de la descrita hasta ahora en el artículo. Cómo ha cambiado y en qué aspectos, se tratará en la parte IV y final del texto. [19] Gregorio Funes (1744-1829). Eclesiástico, historiador y político argentino. Patriota versado, entró en relaciones con Bolívar y Sucre en 1823. Ellos lo nombraron para un alto cargo eclesiástico en Bolivia, que aceptó y desempeñó durante uno o dos años. Fue co creador de la primera Constitución Política de Argentina.
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